Prólogo

19 5 0
                                    

Un infierno de dos, un intervalo entre el tiempo desdibujado y la transgresión convertida en deseo...


Su cuerpo desnudo la espera impaciente en la cama, ella se toma su tiempo para admirar la figura tendida de ojos cerrados.
Con su piel estremecida se posa sobre él razando con sus labios aquella boca que sabe hambrienta.
Las manos acariciando su pecho bronceado y el suave... se siente celosa por un sol que puede rozarlo sin restricciones.
El alma al descubierto entre las sábanas
que los acogen como eternos amantes en la penumbra de la habitación. 
Caricias insaciables que se transforman en corazones acelerados, miradas que sostienen una muda conversación,
un te eché de menos, un no puedo estar sin ti de respuesta, el cual se fundió en un beso incontenible, lascivo, formándose humedad en lugares ocultos
y absoluta firmeza en un miembro rebosante de deseo.
Provocación, un labio mordido, un gemido descolocado,  un ven no puedo más, una inspiración saturada de placer,
dos cuerpos sincronizados en movimiento, un bésame, unos dedos
que acarician el pelo en la nuca descubierta los cuales se deslizan trazando surcos en la espalda.
Mientras, los otros labios devoran senos y moldean cintura agarrándose como si le fuera la vida en cada embestida,  
cada vez más rápidas, más fuertes,
el ruego de un no pares susurrado al oído, el sonido de los suspiros más apremiantes, la llegada casi al unísono al final de su delirio...
una exclamación inconfundible de placer.
Colmada la fusión de dos, todavía en ese infierno tan suyo,
el reposo queda en un abrazo disminuyendo latidos, indeseado preludio de la inevitable separación.

Eres Mi Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora