Llamas entre hojas demoníacas.

Capítulo 1.

Creyó que cuando despertara sentiría de los dolores más terribles de su vida, pero no fue así en absoluto.

Se sentía casi completamente recuperado y muy comodo en realidad, ¿había dormido en una cama así alguna vez? No recordaba alguna ocasión así.

Sus ojos azules se abrieron siendo rápidamente cegados por luz natural o eso creía él.

Intentó usar sus brazos para recostarse pero rápidamente sintió la ausencia de uno de sus miembros a la vez que los recuerdos de su última lucha eran revividas.

"¡Tch!"

Chasqueó algo irritado, suspiró y posteriormente logró su objetivo con su único brazo.

-¿Dónde est...? -iba a preguntar pero fue allí que notó la presencia de esa pequeña persona quien lo miraba fijamente.

Sus ojos eran tan azules como los suyos propios, sus cabellos dorados atados en dos largas coletas y vestía de una forma bastante presuntuosa, básicamente era una niña rica.

Los dos pares de orbes zafiro se miraron por unos cuantos segundos esperando algo.

-Tú... -el rubio habló curioso a la chica sentada al lado de su cama.

-No hubo caso con tu brazo, ya no estaba cuando te encontramos -la chica como si hubiera notado su primera incomodidad habló asombrando levemente al adolescente- ¿Tu nombre cuál es? Me gustaría saber al menos eso a quien le salve la vida -habló cruzándose de brazos con un tono algo engreído pero realmente curioso.

-U...Uzumaki Naruto -respondió levantando una ceja por la curiosa actitud de la niña.

Este se confundió más cuando notó un fuerte rubor aparecer en el rostro de la rubia, esta lo detallaba de arriba a abajo hasta que finalmente fingió cubrirsrse su rostro.

No es que ya no haya visto su cuerpo desnudo, así como sus heridas y aquel extraño tatuaje en su vientre pero verlo despierto no ayudaba mucho a calmar sus nervios de doncella.

-¡Pu...puedes taparte un poco! -exclamó molesta fue allí que Naruto notó la ausencia de su ropa cosa que lo exaltó levemente usando las frazadas blancas para cubrirse.

-¿Y...y mi ropa? -preguntó avergonzado el Uzumaki a la joven que bufó aún sonrojada.

-¿Qué ropas? Todo estaba quemado, destruido, básicamente harapos sucios -expresó con asco.

-Oh, qué mal, realmente me gustaba mi ropa naranja -se quejó levemente el rubio suspirando con resignación.

-Vistete rápidamente -ordenó mientras lanzava un conjunto de ropa.

Una camiseta negra de mangas largas y pantalones cortos color azul. La rubia se giró luego de aquello dándole espacio al chico para que se vista, aunque este seguía nervioso por la presencia de la muchacha allí.

Nunca antes se había cambiado de ropa en frente de una mujer.

-Supongo que fuiste tú quien me salvó, muchas gracias en verdad, no sé que jutsu pudiste usar pero es sumamente efectivo -expresó el rubio confundiendo levemente a la muchacha.

-¿Jutsu? ¿de qué hablas? -cuestionó girándose notando que el chico ya estaba completamente vestido.

La manga derecha colgaba por la ausencia del brazo.

Naruto levantó una ceja, aquello sonó genuinamente confuso.

Sus ojos rápidamente se cerraron buscando concentrarse.

"Kurama..."

-Mocoso, no sé muy bien que ha pasado, pero ten mucho cuidado con cualquier cosa que vayas a hacer, no es un momento para ser imprudente -habló el enorme zorro de pelaje naranaja en frenre de Naruto en aquellas alcantarillas.

-¿A qué te refieres? -preguntó serio.

-No estamos precisamente en un lugar conocido, ni yo mismo entiendo lo que ocurre, pero lo que usaron para curarte no es nada similar a jutsus y dudo mucho que el chakra esté involucrado -explicó totalmente serio- Además esa muchacha no es humana, su olor, su esencia misma... no es común -un gruñido fue lanzado al finalizar.

Naruto palideció, esto no estaba yendo muy bien.

-¿Entonces qué hago? No puedo simplemente atacarla, me salvó la vida -preguntó Naruto nervioso.

-Estudia la situación, debemos saber al menos donde estamos -respondió serio el Kyuubi.

-¿Y Sasuke? Él acaso... -sus ojos expresaron melancolía.

Lo último que recordaba de su "amigo" era el impacto de sus poderes en aquel valle.

-¡Oye! ¿qué es lo que estás haciendo allí? ¡Despierta de una vez! -exclamó la rubia parada en frente de Naruto con sus dos manos en su cintura y expresión irritada.

-E...eh, lo siento -reia nervioso, lo suyo no era mentir, pero sabía muy bien fingir ignorancia y felicidad- Aún no sé el nombre de mi salvadora-chan, ¿me lo puedes decir? -preguntó con una amable sonrisa que exaltó levemente a la rubia.

"Coff, coff"

-¡Cla...claro! Yo soy tu salvadora, la grandiosa Ravel Phenex -se presentó cual noble que era caminando hasta la puerta- Pero soy yo quien ahora tiene muchas preguntas pues tú ahora eres mi siervo, Uzumaki Naruto -habló confundiendo por completo al portador del zorro de las nueve colas.

Sus ojos se entrecerraron tratando de entender lo que había dicho.

-¿Siervo? ¿esclavo? -preguntó riendo.

-Claro, ese es el costo de tu vida, ¿no te parece justo? -preguntó con una expresión totalmente seria que dejó sin palabras a Naruto.

-¿Estás bromeando verdad? -preguntó intentando no mostrar su inseguridad.

-Para nada, ¿crees que los gastos de tu salvación no serán cobrados? -preguntó como si fuera obvio- Tuve que convencer a mi madre para poder hacerlo después de todo, además sé que no eres un humano común y corriente pues no cualquiera sobreviviría a esas terribles heridas -explicó pensativa.

-Pe...pero, yo no puedo servirte, tengo cosas que hacer en mi aldea -expresó más seria.

-Mejor olvídate de todo eso, ahora tu vida pertenece a los Phenex, a uno de los clanes de demonios más prestigiosos del inframundo -bufó con simpleza.

Eso sí fue un baldazo de agua fría para Naruto.

¿Inframundo? ¿clan demoníaco? ¿prestigio? ¿siervo?

"Glup"

Tragó seco, ¿en qué mierda se había metido ahora?

Salía de una guerra para volverse en un simple esclavo, eso no le parecía para nada justo.

-Tienes suerte de servirme a mí, hay muchos privilegios en eso, creeme, aunque no lo entiendas ahora lo harás y para ello debemos ir a hablar con la matriarca del Clan -explicó cerrando sus ojos con una pequeña sonrisa- Mi madre.

--Fin del capítulo--

Pero volví, volvi. Espero que este primer capítulo les haya gustado por más corto que sea, escribo por hobby chicos, no es que deba hacerlo, es para mi entretención y de ustedes.

Dejen sus comentarios, me gustaría saber sus opiniones.