En el cuarto de una enorme casa en su noche de bodas, Park Jimin se encontraba recargado en la puerta, con Min Yoongi frente a él. Habían iniciado en la cama, pero con cada paso que Yoongi daba, Jimin retrocedía claramente asustado.
El rubio estaba aterrado conciente de que en cualquier momento el pelinegro podría simplemente tirarlo a la cama y tomar lo que hacía un par de horas se había convertido en su propiedad.
Yoongi por otro lado, estaba tranquilo, intentando acercarse a su ahora esposo.
La historia es simple, la familia de los Park habían hecho un trato con los Min, habían acordado un precio que al final fueron incapaces de pagar. Los Min pidieron entonces una alianza entre los políticos Park y el grupo de mafiosas de los Min. Necesitaban asegurarse de su protección y era un trato justo, su manera de sellar aquel trato había sido un matrimonio entre los herederos de cada familia.
Ahora estaban a punto de consumar su matrimonio. Los ojos asustados de Jimin se llenaron de lágrimas cuando Yoongi se acercó para besarlo. El pelinegro era cuidadoso, consciente del miedo del menor, no sabía que era lo que lo tenía tan aterrado, pero estaba seguro de que no tenía experiencia así que asumió que era eso. Mantuvo su distancia, inclinando su torso para alcanzarlo, dándole aire al menor.
Cuando se acercó un poco más al menor posando una mano delicadamente en su cintura, sintió el sabor salado de las lágrimas que se colaban en el beso.
Se separó de él viéndole a los ojos, que tenía apretados con fuerza intentando contener sus lágrimas.
Cuando el rubio abrió sus ojos expresó en ellos su pánico. El mayor lo veía intenso. Se había hartado de la torpeza del rubio. Iba a golpearlo.
Pero no lo hizo, levantó su mano a la altura de la cara del rubio, iba a acercarla a su mejilla para limpiar sus lágrimas, pero Jimin se asustó y por reflejo movió un poco su cabeza, esperando recibir una cachetada.
La mirada del pelinegro se suavizó. Le tomó de la mano para llevárselo a la cama, pero justo antes de llegar a esta el rubio salió corriendo, encerrándose en el baño de la habitación.
Se sentó en el piso tras la puerta, cubriendo sus ojos con sus brazos intentando sacarse de la cabeza los recuerdos.
Habían pasado ya diez años, pero nunca en todo ese tiempo lo recordó tan claramente. Nunca se sintió tan real. El dolor, los rasguños, las mordidas, la mano en su boca que le dificultaba la respiración, la costilla rota.
Del otro lado de la puerta, su ahora esposo tenía la mirada fija en la puerta cerrada mientras escuchaba los débiles sollozos del rubio. No era bueno consolando a la gente, en especial si no sabía que era lo que estaba mal para empezar.
Toco la puerta débilmente.
—Jimin ¿Estas bien?
—Si...—Su voz apenas un susurro que se escuchó únicamente por el silencio que reinaba en aquella casa.
—¿Me abres la puerta? —La voz de Yoongi era suave, una caricia en su dañando cuerpo.
— Perdón —Salió de su boca cuando se quitó de la puerta. Se levantó para abrir. Era su deber complot con esa parte de la noche, no era cuestión de deseo o placer, había un trato importante de por medio. La situación era más grande e importante que él.
Se limpió las lágrimas con agresividad mientras la puerta se abría.
—¿qué pasó? —pregunto Yoongi con la preocupación dibujada en el rostro— ¿Que hice?
—Nada, no hiciste nada. —Negó— Todo está bien.
Palabras vacías.
Fue Jimin quien tomó la iniciativa esta vez, dispuesto a terminar lo que ya estaba empezado. Tomó al pelinegro de la mano y no lo soltó hasta que ambos estuvieron frente a la cama.
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Fragmentos YoonMin (+18)
أدب الهواةHistorias Yoonmin La mayoria de estas historias estan inspiradas en publicacones que se hicieron en facebook. Si quieren una historia específica, pueden pedirla. Solo voy a redactar historias Yoonmin. Van a tocarse temas delicados (problemas aliment...