II

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" Proponer o posponer "

Al año de conocerse, Jungkook decidió dar el paso una tarde cualquiera de noviembre.

No había planeado algo muy romántico -Taehyung había sido muy claro en qué detestaba los detalles tan cursis- pero si había pedido consejo a su grupo de amigos. Haría algo pequeño por supuesto, quizá una cena en el restaurante de cinco tenedores o un paseo por el río Han. Jungkook estaba imaginando tantos escenarios en los que su castaño le decía que sí y luego saltaba a sus brazos.

Llegada la noche, pidió prestado el auto de su padre y en el camino a la casa de Taehyung compro un par de flores y una caja de chocolates. Bastante cliché si le preguntaban, pero entendía que las tradiciones nunca morían y sabía que Taehyung lo quería.

Para su sorpresa, cuando estacionó el auto y vio a través de la ventana, Taehyung estaba despidiendo a una muchacha de vestido blanco, el escote en su pecho la hacia ver sensual y bonita. Jungkook recordó entonces que no le había dicho nada a Taehyung de su llegada, quería que fuera una sorpresa. Entonces, se fijó en la apariencia de su castaño, tenía un short que llegaba a la mitad de su rodilla y la camisa que traía estaba arrugada y abierta en el pecho, mal abotonada. Tenía el cabello alborotado, algo húmedo además de estar descalzo y con una risueña sonrisa en su bonito rostro.

Jungkook no quiso ver más, así que aparto la mirada cuando ella se inclino y dejo un beso en su mejilla, muy cerca de su boca.

Pasaron eternos minutos mientras el, estacionado al otra lado de la acera, veía como ella partía y Taehyung se daba la vuelta para entrar en su casa. Nada, ni una sola mirada. Su pecho ardía y la garganta le picaba, el ramo de flores lo apretó entre los dedos y lágrimas comenzaron a deslizarse por sus pómulos. Porque... ¿Por qué su Taehyung haría algo así? ¿Por qué? ¿Por qué si decía que lo quería tanto había dejado que ella lo besara de esa manera? ¿Por qué el...?

Frotó sus ojos con fuerza, dejando ardiendo su propia piel y salió del auto. Cruzo la acera y con pasos largos llega a la puerta de la casa, tocó insistente, sus nudillos rojos y temblorosos. A lo lejos escucho la voz de Taehyung acercándose, teñida de diversión.

—Espero que no hayas olvidado nada... —su voz murió cuando lo vio directo a los ojos. —Jungkook, uh... ¿Que haces aquí?

—¿Qué, no puedo? —masculló brusco, Taehyung arrugó su entrecejo dándole una mirada a lo que traía en las manos.

—No dije eso, pasa. Está haciendo frío, tienes las mejillas rojas, corazón.

Jungkook no se movió y miro el suelo, tenía la mente hecha jirones asimilando aún lo ocurrido antes y lo que se negaba a aceptar. Entonces arrojo las cosas a los pies de Taehyung, el castaño salto debido al estrépito y dió un grito cuando Jungkook tomo su cuello y lo empujó dentro de su casa, empujando su cuerpo contra la puerta para cerrarla. El golpe le saco el aire.

—¿¡Crees que soy idiota?! Ah, ¿¡Eso crees, Taehyung?! — le gritó en el rostro, el castaño arañaba sus brazos tratando de apartarlo—Maldita mierda, como puedes... Cómo p-pudiste hacer algo así Tae

El pelinegro apretó los dedos, dejando rastros de sus uñas en la piel del chico que se sacudía en busca de aire. Lo vio a los ojos o un intento porque Taehyung jadeaba y tenía los ojos llorosos, sus manos perdiendo fuerza. Jungkook abrió los ojos y fue entonces que recién lo soltó, dejando que se deslizara y cayera al suelo.

Taehyung comenzó a toser desesperadamente, tocando su garganta y respirando como un adicto, buscando llevar el aire a sus pulmones. El menor notó que la yema de sus dedos tenía manchas rojas frescas, bajo la mirada a sus brazos y vio las líneas que se marcaban, las uñas de Taehyung habían abierto su piel y pequeñas gotitas de sangre caían al suelo. Ignoró el ardor y se acuclillo frente a él, acercando sus temblorosos dedos hacia la mandíbula del chico que preso del miedo y el asombro, tembló y trato de alejarse, más la puerta detrás de él se lo impidió.

—Que... Qué te pasa, casi... Casi me matas, idiota— farfullo, su voz débil mientras seguía frotando su cuello magullado.

—Perdón, perdón. Yo enserio no quería reaccionar así, Tae es que tú... Tú estabas allí con...con ella, como...

—No seas imbécil, está es la última vez que me haces algo así ¿Oíste? —Jungkook bajo la cabeza y asintió, los ojos de Taehyung llenos de dureza ahora—Y recoje tu mierda, has arruinando mi piso.

—Sí...

Ambos se pusieron de pie, Jungkook levantando las flores ya rotas y casi sin pétalos. La caja de chocolates se había abierto y algunos habían terminado en el piso, el los recogió uno por uno, bajo la mirada del castaño que lo observaba desde el sillón con una bolsa de hielo presionada contra su cuello.

—Muy bien, ven aquí —dijo el mayor, dejando de lado el hielo. Jungkook se acercó y se puso frente a el, Taehyung alzó la vista y volvió a hablar—De rodillas.

Cuando acato la orden, Jungkook sintió el escozor en su mejilla, la palma de Taehyung le había volteado el rostro y movido el cabello ligeramente. Sus manos, detrás de su espalda, se apretaron. Taehyung tomo su mandíbula y presiono fuerte, obligándolo a alzar la mirada.

—¿Ibas a proponer algo, Jungkookie? —burló— Uh, quizá viste algo que no debías. Pero te portaste como un niño, así que debes compensarme —su voz se torno suave, acercándose más al rostro del chico. Sus labios cepillaron los del otro—¿Quieres esto, uhm?

—Sí, si lo quiero... —lloriqueó.

—¿Qué tanto?

—Mucho, Hyung. Lo quiero, lo quiero...

Taehyung se rió y palmeó su mejilla caliente y con la marca de sus dedos en ella. Con un movimiento de cabeza le indico su habitación y Jungkook sostuvo detrás de sus rodillas para alzarlo en sus brazos y conducirlos a ambos al cuarto, sacándole una risita al mayor. Ahí fue cuando la primera bandera roja se alzó, pero ninguno de ellos le tomo importancia, no mientras estuvieran entre las sábanas.

*

El novio de Jeon Jungkook  嫉妬  kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora