Baño de miedo

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Se hacia cada vez más oscuro, de mi se apoderaba un tremendo terror al pensar lo que podía pasarme en ese bosque.

Aun manchada de sangre volvi al auto sin pensarlo dos veces. Tenia que haber algo alli que me ayudara a cubrirme. Fui a la maletera y aunque estaba oscuro, pude palpar una bolsa negra. De que se trataba, me pregunte. Desate el nudo y saque una chaqueta gris. No recordaba haber colocado esa chaqueta en esa bolsa. La chaqueta me parecia familiar pero en el momento no me llegaba a la mente de quien era, porque ... mia no podia ser. De manera instintiva me puse a oler la chaqueta. Olia a cocoa y flores. Mi pensamiento se fue haciendo paso hasta traer un recuerdo.

Recuerdo sin fecha ...

- Mira, mami. Ahí está Ana. - Agitaba la niña por la chaqueta a su mama. La blancura de su mano con la frialdad de su color gris daba un hermoso contraste.

- Si, nena. Ahí está - Le respondía de manera dulce. - Ana! Ana! Aquí estamos - agitaba el brazo para saludar.

- Ahí voy, cariño. - Las piernas bronceadas y bien torneadas de Ana bajo ese vestido denotaban ejercicio físico y mucho autocuidado. - mi vida! Le dio un beso en los labios a la madre - Cariño! Se agacho y dio un abrazo a Sofia, la niña. Fue el último abrazo. Pero ninguna lo sabia en ese momento.

-Vamos!- Tomo Clara a la niña y Ana de las manos y empezaron a andar. Estaban tan jubilosas y alegres que no pudieron percibir que alguien las tenía asechadas, que alguien las tenía.

Fin del recuerdo.

Como iba a olvidar las mujeres y la niña que aparecieron rebanadas en un parque, junto a un carrusel. Eso fue noticia nacional en todas partes. Se televiso durante meses. Esa chaqueta que tenía entre manos se parecía tanto a la que llevaba aquella mujer esa tarde.

Se la coloco y se subió al auto. El frio empezaba a apretar. Condujo más deprisa que de costumbre y llego en menos de una hora a su residencia actual. Donde vivía con su madre. Llego y encontró todo desordenado. Se extraño mucho, porque su madre solía tener todo en su lugar siempre. No vio nadie en la sala. Se asomo en la cocina, y tampoco allí estaba. Estaba todo desparramado y habían platos rotos. El ambiente estaba muy gris y desolado. Quiso tomar algo de del refrigerador y al abrirlo se espantó. Estaba todo en descomposición y de un pedazo de carne chorreaban pequeños gusanos. El olor era fétido. El artefacto ni siquiera estaba conectado a la corriente. Jenny tiro la puerta salió corriendo escaleras arribas.

Fue directo a su habitación y no tenía las maletas hechas, se preguntó dónde había estado su madre... y porque no había hecho sus maletas. Ella se encargaba de todo , todo el tiempo. También se preguntó el porque estaba todo tan descuidado y desaseado. Todo lo opuesto a lo que había dejado esa mañana. Se acerco a las gavetas una por una y saco toda la ropa que pudo, abrió la maleta sobre la cama y empezó a tirar todo dentro como podía. Abrió el closet y tomo todo lo que pudo. En la parte inferior, en el interior, estaba una caja de madera cerrada con candado. La puso como pudo dentro de la maleta y la forzó para cerrar todo. Corrió cuesta abajo con la maleta sin cuidar si se tropezaría. Tomo el manubrio de la puerta temblorosa, sospechando que algo pasaba, lo sostuvo un momento, pero luego abrió la puerta, salió y la cerro tras ella.

Tiro todo al auto y condujo lo más rápido que pudo a toda velocidad, sin mirar atrás, por todo el camino, esquivando todo a su paso... vehículos, personas, faros de luz, basureros.

Se paro en una gasolinera pues tenía poco combustible. Al lado habia un pequeño bar de paso. Dejo la tarjeta al dependiente y se metio corriendo al pequeño baño junto a la estación. Era estrecho y con colores poco vivos. Inclinó la cabeza, abrió la llave del lavabo, creó un cuenco con las manos y recolectó agua. Se la llevó a la cara para lavarsela y al mirarse al espejo vio su cabello pegado y una sombra en la esquina del baño. Era una sombra oscura y sombría. Plagada de dientes blancos y un solo ojo en la frente. Jenny se quedó congelada, intentó hablar y no le salió el habla. El espíritu se metió en su cuerpo de un solo zambullido.

Jenny intentaba luchar y se calló al suelo. Se apretaba el cuello porque lo que sentía le estaba desgarrando la garganta. La sensación era como arañas llenándole el cuerpo.

Después de tanto forcejear, se quedó tendida en el suelo y no luchó. Escuchó de pronto algo a la distancia.

- Señorita, señorita. - tocaban la puerta del baño. -Se encuentra bien?- se asombró al ver la escena de la chica tendida en el amplio suelo del baño.

- Estoy bien - el joven le tendió la mano para ayudarla a incorporarse- Jenny se sentía extrañar, pero no por lo que era de esperarse. Si no porque se encontraba en un baño totalmente diferente en el que había entrado. Miraba asustada a todos lados pensando que había colapsado la realidad. Miró al jóven incluso, para asegurarse de que el fuese el mismo. - Qué pasó con el baño?- preguntó, asustada.

- A qué se refiere, joven?- devolvió el chico con otra pregunta, extrañado.

- Este baño está totalmente diferente al que entré hace unos minutos.

- Joven...tiene casi media hora en este baño. Por eso salí a buscarla. Habían llegado varios clientes, por eso no había salido a por usted. Y es justamente el mismo baño al que entró. No hay otro.

- Tengo que irme - respondió con expresión sombría - el joven se sacó del bolsillo de la chaqueta la tarjeta y se la tendió - gracias.

- Entiendo. - dijo. Demasiado confundido. Se habrá dado algún golpe en la cabeza, supuso.


Jenny regresó a su auto. Que fue lo que pasó? Se preguntó. Se reincorporó al camino. Pretendía llegar antes de lo esperado.

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⏰ Última actualización: Feb 06, 2023 ⏰

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