* * *
En el día más brillante, en la noche más obscura.
¿Por qué comienza así el juramento? Tú has de saber, nadie lo ha escuchado tantas veces como tú. Creo que tiene que ver con rifársela tanto en las buenas como en las malas, así son los superhéroes después de todo, pero no solo existen días claros u oscuros, también los hay grises, "días de mierda" les digo de cariño, de aquellas veces en las que no importan tus buenas intenciones, sencillamente todo lo que te rodea está contra ti...como el día en que nos conocimos.
No importa que no estés a mi lado, o que no me respondas, ¡yo sé que me escuchas!, y también sé que lo recuerdas. Eres todo lo que tengo y el único con quien puedo hablar, y por eso quiero contarte un poco sobre lo que hubo antes de tu llegada, porque déjame decirte que no llegaste a mí ni en el día más brillante ni en la noche más obscura, llegaste a mí justo en un día gris, en un día de mierda...
Mi día de mierda.
* * *
CAPÍTULO 1
Encuentros
"No puedo volver".
El pensamiento me saltó tan claramente, mientras pasaban las noticias en la pantalla de un puesto de tortas del mercado municipal. La dueña se me quedaba viendo, pero no se atrevía a hablarme. Un viejo que estaba sentado cerca de mí también me observaba, incluso me llamó un par de veces, pero no respondí en ningún momento. Mi celular recibió otra llamada, pero rápidamente colgué, no quería hablar con nadie, no podía hablar con nadie. El anciano aproximó su asiento hacia mi mientras volvía a llamarme, pero tenía la vista clavada en las noticias en busca de algún indicio de lo que sucedió. El celular volvió a encenderse, estaba temblando, no sabía qué hacer. De pronto sentí la mano del viejo en mi hombro, y sin decir nada le solté un golpe en su nariz, lo que le hizo caer al suelo entre quejas. Todos me observaron con sorpresa, mi corazón no paraba de latir, así que solo salí corriendo del mercado para perderme entre las calles.
Luego de varias cuadras noté que nadie me seguía, afortunadamente a nadie le importaba un carajo el asunto, así que pude salirme con la mía, al menos por un rato. Me senté en una de las banquetas mientras comenzaba a lloviznar, por lo que me moví hasta quedar bajo el techito de una papelería. Algunas personas sacaban sus sombrillas al caminar, pero otros aceleraban el paso o esperaban en diversos locales de la colonia a que la lluvia bajara un poco. Se me hizo el momento perfecto para empezar a llorar, nadie notaría mis lágrimas entre las gotas que caían del cielo, y el ruido escondería mis sollozos. Me puse a temblar, recordando lo que pasó. El celular volvió a encenderse al recibir una nueva llamada, y decidí finalmente apagarlo. "No puedo volver", volví a pensar entre la lluvia; solo podía mantenerme en movimiento, rezando que no me atraparan, o que nadie me reconociera. Alcé la vista hacia uno de los negocios al otro lado de la calle, y noté cómo algunas personas me miraban, conocidos de mi madre. Volvió a invadirme el miedo, así que me puse la capucha de mi chamarra y me largué de ahí.
Caminé por algunas colonias que no conocía, y en una ocasión pude ver una patrulla a la distancia, así que me escondí entre botes de basura. Supuse que las cosas tendrían que ser así de ahora en adelante. En mi escondite aproveché para levantarme las mangas de mi suéter, desde hace rato sentía escozor en mis brazos y descubrí algunos moretones.
Cuando la patrulla pasó de largo seguí mi camino por las avenidas llenas de transportes públicos y puestos ambulantes, aún había mucha gente por esa zona, y no era para menos. Sin resistir la curiosidad me acerqué al centro deportivo, y entre la gente distinguí una ambulancia estacionada en la que cargaban un cuerpo, específicamente el del maestro de Taekwondo. Volví a sentir escalofríos, pero esta vez del puro coraje que me provocaba verlo, tanto asco que quería volver a llorar.
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LINTERNAS GUARDIANAS - EL PRIMER JURAMENTO
Science FictionLa vida es dura para Sofía Valdez. Desconfianza, acoso, inseguridad y problemas familiares provocan en ella una actitud rebelde y despectiva ante el mundo que le rodea, pero un día todo aquello alcanza un punto insoportable cuando se ve forzada a hu...