Intentos de reacción y emparejamiento

Capítulo 33 : Conclusión de la batalla naval (206/207)

Beacrox* torció un viejo pero bien cuidado cuchillo en sus manos, mostrando su destreza superior y aterradora. Era uno de los pocos recuerdos que le quedaban a su padre, y Beacrox* lo usa para dar el golpe mortal a sus enemigos. De esta manera, su padre aún puede luchar y vengar a los miembros de su familia caídos, así como su propia muerte.

El experto en torturas y chef tiene más de cuarenta años, sus días de gloria son cosa del pasado y siente que se debilita y envejece a medida que pasan los meses. Con cada día que pasa, sus posibilidades de obtener la venganza deseada son cada vez más bajas.

Los ojos marrones de Beacrox*, a diferencia de los de su contraparte, en su mayoría divertidos, si no exasperados, reflejan la aceptación abatida del hecho de que morirá como su padre, sin vengarse.

Los números de la oposición están disminuyendo cada día y Beacrox* honestamente no puede ver la manera de que ellos sigan ganando. La Estrella Blanca* y sus secuaces están ganando; ningún milagro los salvará. Con ojos errantes, el chef abarcó los otros mundos.

El lado A es tonto y seguirá los pasos de su mundo, aunque no lo reflejen, Beacrox* puede ver que esos estúpidos nobles y supuestos líderes aún no pueden aceptar el camino a la ruina por el que viajan. No tienen tiempo para prepararse y pronto serán testigos del poder aterrador y cruel de las fuerzas enemigas.

El lado B es un enigma.

La forma en que manejaron la Alianza Indomable fue una experiencia novedosa pero también dejó un sentimiento amargo en su pecho. Estaban preparados y lucharon con una ventaja llamada Cale Henitus. Los lados A y C nunca podrán copiarlos, ya que todos los planes se hicieron bajo la dirección de Cale. Si algunas cosas cambian o es necesario hacer enmiendas repentinas, Cale Henitus puede hacerlo muy bien, sin embargo, si el Lado A copia sus planes y una nueva variable entra en juego, ¿quién adaptará los planes para que se ajusten a la situación?

La gente piensa diferente. No pueden engañarse a sí mismos creyendo honestamente que pueden copiar los planes y cálculos de Cale Henitus simplemente observando.

Beacrox* dejó de girar el cuchillo.

Una pequeña parte de él espera que los dioses todavía tengan un poco de compasión y borre los recuerdos de este encuentro de su mente ya cansada. Saber que existe un mundo que tiene todo lo que soñó y más, mientras él se revuelca en la miseria, es terriblemente doloroso. Beacrox* miró las dos versiones de su padre. Quiere recordarlos y verlos aquí es una tortura además de una salvación.

Perder a su padre era un sentimiento que no podía describir, aunque quisiera.

Se sentía como si una parte de su alma, así como su corazón, fueran arrancados y aplastados en miles de pedazos sangrientos, para nunca volver a ensamblarse y dejando un gran agujero. Incluso ahora, años después, la sangre todavía goteaba del lugar donde una vez estuvo su última pizca de cordura y alegría.

Lloró cuando perdió a su madre, abuelos y amigos cuando Arm* vino y destruyó su hogar. Sin embargo, la espalda fuerte de su padre, que mantuvo su ira y su deseo de venganza fuertemente envueltos, eligiendo huir por el bien de su hijo, mantuvo a Beacrox * con los pies en la tierra. Le dio un propósito, una meta futura y una persona que defendería hasta el final.

Su padre está muerto.

Al igual que su corazón y alma.

Beacrox* sobrevivía, pero no vivía. Cada día se sentía como una tortura y quien dijo que 'el tiempo disminuirá el dolor' es un tonto estúpido. Fue todo lo contrario. Justo cuando se acostumbró a existir sin la reconfortante presencia de su confiable padre, cada pequeña cosa se convirtió en un recuerdo de él.