Cuando todo esto del virus empezó se armó un buen revuelo, poco a poco las vacunas empezaron a aparecer, pero gracias a lo fácil que el virus mutaba hacía que no fuesen de mucha ayuda. Habías visto demasiados vídeos de gente que tenía efectos secundarios tras recibir la dosis, vídeos que te hacían tener más miedo de las vacunas que del propio virus. Al fin y al cabo eras joven por lo que no formabas parte de la población de riesgo, además, ¿para que te ibas a poner una vacuna que quedase obsoleta cuando el virus volviese a mutar?, al menos eso era lo que te repetías.
Por eso mismo, en cuanto recibiste el correo de sanidad avisándote de que ya podías vacunarte empezaste a repasar todas tus teorías conspiratorias. Al fin y al cabo, era obvio de que el gobierno estaba detrás del virus, era muy extraño que mutase siempre después de que saliese una vacuna nueva, haciendo que quedase inservible, sin hablar de que mas del 80% de los afectados eran varones. Demasiadas casualidades, y tu puede que no fueses un genio, pero tampoco eras tan imbécil como para darte cuenta. Eso era lo que te decías a ti mismo para reafirmarte que lo mejor era ignorar ese mensaje. Con tus pensamientos ordenados y y mas seguro que nunca, partiste para el trabajo, mas te valía no llegar tarde.
Serian las once menos cuarto de la mañana cuando llegaste al restaurante, y tu compañeros ya habían empezado y andaba trasteando en la cocina y poniendo las mesas, hoy al ser fiesta del barrio iba a haber mucho ajetreo y mas comandas de lo habitual. Así que, te vestiste con tu uniforme de camarero y empezaste tu jornada. Las horas pasaron lentamente pese a que no parabas de correr de un lado para otro con los pedidos y los platos. Cuando llego tu descanso volviste a mirar el correo de la vacuna mientras fumabas, ¿estabas haciendo lo correcto? ¿lo mejor era no vacunarse? Antes de que pudieses volver a aclararte tu encargado te puso los pies de nuevo en la tierra, tu descanso había terminado y era la hora de prepararse para las cenas.
Serian las once de la noche cuando una chica que acababa de entrar llamo tu atención, tendría una veintipocos, cabello largo castaño recogido, vestía una chaqueta para la lluvia negra, unos pantalones blancos y unas botas altas negras, acompañado de un bolso blanco y estaba maquillada para ir fiesta. Se miraba las uñas de las manos, no tenias mucha idea de eso pero por como se las miraba y lo mucho que lo hacia o bien se había hecho las uñas hace no mucho o es que le encantaban.
- Bienvenida, ¿en que podemos atenderla esta noche? -dijiste como tu mensaje de bienvenida habitual.
- Mesa para uno. -te contesto sin apartar la mirada de sus uñas.
- Por supuesto, sígame por favor. -la acompañaste a su mesa e incluso la retiraste el asiento como se suponen que hacen los caballeros para que ella se siente- ¿Qué va a ser?
- Una ensalada de pollo. -dijo esta vez mientras sacaba el móvil del bolso.
- ¿Y para beber? -dijiste un poco desilusionado, podías ver que era la típica tia que sabe lo buena que esta y por eso anda siempre con esos aires.
- Agua... -dijo con un pequeño suspiro, que solo reforzo tu opinión.
- Se lo serviremos lo antes posible. -te retiraste para continuar con tu trabajo.
La verdad es que los minutos pasaban y no podías evitar que tus ojos se desviasen hacia la hermosa joven. Era una pena su actitud, aunque mayor pena era que no se hubiese interesado en ti, aunque fuese un poco.
No sabes muy bien porque pero empezaste a sentir una leve sensación de mareo, miraste a tu alrededor buscando a uno de tus compañeros camareros solo para darte cuenta de que solo había dos señoras de unos cuarenta y pocos años hablando entre ellas mientras terminaban de cenar, no estaba ni la hermosa y borde joven. Te agarraste a una silla para intentar no perder el equilibrio ya que el mareo cada vez iba a mas, hasta que de pronto se te nublo la vista. En cuanto la recuperaste te viste en una sitio desconocido para ti, estabas en una amplia esplanada con pilares de madera por alguna razón, también se oía un fuerte golpe en la lejanía, sonaba fuertemente, PUM, PUM, PUM...