Entre todo y más, siempre juntos.

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Narrador: Jake.

Les contaré una historia que ocurrió hace unos tres años entre mi pareja y yo, si quieren verlo, lean:

Ya habían sido unas pocas semanas desde que volví del programa al cual me habían citado a ir. Pero había un pequeño detalle, volví sin un centavo. Todos lo hicieron, gracias a los acontecimientos que ocurrieron y los locos que estaban los dos a cargo ninguno se fue con algo a su casa, pero creo que ninguna familia reaccionó como lo hizo la mía. Ninguno de ellos vio un sólo segundo del programa, desde que empezó hasta el fin ninguno lo vio, excepto una; mi primita. Ella era la única que se interesaba por mi o la única con la que tenía una relación cercana, con todos me llevaba mal, de padres hasta primos.

Al ser la única que vio el programa fue la única que sabía de mi relación, pero realmente el que sólo ella lo sepa duró muy poco, para ser claro unas dos semanas hasta que uso mi secreto para su propia beneficencia.

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-¡Pe-pero! -Decía nerviosa mi prima a quien la estaban regañando por haber arruinado la sorpresa que había preparado su hermana sobre que se estaba por casar.

-¡Qué pero ni pero, tú no tienes que contar nada de lo que te cuentan tus hermanos! ¡¿Cómo es posible que hayas arruinado está sorpresa?! -La regañaba mi tía muy enojada apuntandola con un dedo.

-Pe-pe...es que yo...¡Jake tiene novio! -Soltó de la nada. En un instante toda la mesa en la que estaba reunida mi familia se giró hacia a mi con un semblante de sorpresa.

-¡¿Qué, qué?! -Exclamaron todos al mismo tiempo con los ojos más que abiertos.

-Que Jake tiene...

Cállate chismosa, tú sólo lo sabías!

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Apuesto a que nunca escucharon una anécdota así de como una familia se enteró de que un familiar era homosexual, y de paso que tenía pareja, bueno, yo soy único y especial.

Días después...bueno, horas después...¡Bueno! Minutos después de que se hayan enterado de que tenía pareja comenzaron a interrogarme de como era y molestarme de que querían conocerlo ya mismo, como si él no tuviera vida propia y estuviera pendiente de mi todo el tiempo. No hace falta aclarar que gracias al trabajo que poseía Tom no podía verlo casi nunca, las pocas veces que nos podíamos ver no pensaba en ir a mi casa, claro que no, si me trataban mal a mi ¿Qué se esperaba mi novio? Además, no quería que lo incomodaran con preguntas como: "¿De qué trabajas?", "¿Por qué usas esa máscara?", "¿Tú ganaste algo en el campamento?". No quería que mi familia lo conozca, ellos eran ignorantes y Tom era simplemente perfecto.

Al no darles respuesta, ni una en lo absoluto, mi familia pensó que la mejor idea era darle igual mi privacidad y seguirme en una de mis citas con mi hermoso azabache.

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-Te digo que me digas tú lo que quieres, helado, compras, comida, cualquier cosa. -Me decía ya un poco fastidiado Tom mientras caminábamos por un shopping.


-Ya te he dicho cinco veces, lo que tú quieras. ¡No lo volveré a repetir! -Yo estaba igual que Tom, quería que él elegiría, siempre era yo el qu elegia cada una de las citas, excepto la primera que tuvimos cuando salimos del campamento, esa la planeo él y fue verdaderamente hermosa...

No puedo no amarte. [One-shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora