ʚ 𝕮𝖚𝖊𝖓𝖙𝖔 𝕯𝖊 𝕳𝖆𝖉𝖆𝖘 ɞ
Andy tenía dificultades para socializar, especialmente después de mudarse a México a los 13 años. Sin embargo, su vida cambió para mejor cuando conoció a Alex, un joven mexicano de su misma edad. Con el tiempo...
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02/09/2013
Ese típico lunes por la mañana que gran parte de los estudiantes detestan. Como era de esperar, no tenía muchas ganas de empezar un nuevo año escolar. Sin embargo, el despertador de mi reloj no dejaba de sonar, emitiendo un estridente sonido que nunca me agradó.
Traté de reunir toda la fuerza de voluntad posible para levantarme de mi cómoda cama y dirigirme al baño que comparto con mis hermanos. Este se encontraba a solo un metro de la puerta de mi habitación, por lo que no era tan fastidioso llegar hasta allí.
Mi hermano mayor, José, parecía estar con un humor reluciente ese día, lo cual me pareció raro. Si yo normalmente no tenía ánimos en las mañanas, él menos. No solo por el hecho que él estaba estudiando casi todos los días para su simulacro del examen de ingreso a la universidad, sino que varias veces lo había escuchado hablando con sus amigos de madrugada.
Decidí no darle importancia e inicié con mi aseo personal para terminar de despertarme. Después de eso, me dirigí a mi habitación para poder cambiarme al uniforme escolar y luego fui a la cocina para preparar algo de desayuno para mí y mis hermanos.
Es posible que te estés preguntando por qué un chico de trece años está preparando el desayuno para él y sus hermanos. La respuesta breve sería que siempre hemos tenido un padre muy ausente y, en ese momento, nuestra madre estaba en Estados Unidos trabajando en un proyecto que le habían asignado. Sin embargo, en dos días volvería a casa. Estábamos muy acostumbrados a esa situación en aquel entonces.
━Creo que solo haré panes con jamón. ━dije para mi mismo mientras abría el refrigerador.
━Hola Alex. ━escuché la voz de mi hermana ━. ¿Quieres que te ayude?
Alejandra siempre fue una persona dispuesta a ayudar en todo lo posible. Sabía perfectamente que si le decía o le pedía que me dejara hacer cosas como cocinar, limpiar la casa o la ropa solo, casi sería como hablarle a una pared, pero en el buen sentido.
━No entiendo por qué preguntas si igual vas a hacerlo. ━le dije con una sonrisa en mi rostro mientras me hacía a un lado para que ella tuviera espacio.
━Costumbre. ━respondió simple y con su característica sonrisa de siempre.
Y sin más, había empezado a hacer jugo de frutas porque mi hermana decía que quería intentar una receta de desayuno que había visto en una página de internet, algo un tanto típico de ella, si les soy sincero.
Sin embargo, después de un rato ella se quejó porque la receta de internet no estaba saliendo como ella esperaba. Al final, dejó de insistir y solo hicimos los panes con jamón que yo había sugerido desde el principio.
Mi hermano llegó al poco rato y ayudó en poner la mesa. Los tres nos sentamos en nuestros respectivos sitios y empezamos a comer nuestra primera comida del día, la cual no estaba nada mal.
