Cautivada / Jenlisa

Capítulo 2 ⚠️

Advertencia contenido explícito si no les gusta salten el capítulo.
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Las manos de Lisa se deslizaron alrededor de su cintura, despertándola de su sueño ligero. Jennie se sobresaltó por un segundo, luego sonrió y se acomodó en sus brazos.

Sabía que era ella sin mirar. Ella había regresado como había dicho.

"Lis". ella la reconoció. No sabía si quería volver a tener sexo o si acababa de regresar para cucharearla.

Lisa parecía sentir la obligación de cumplir su condena abrazada y acostada en su cama después, como una novia esperaría de ella. A menudo no podía quedarse a pasar la noche debido a sus obligaciones con Irene, pero regresaba más tarde para ver a Jennie nuevamente y simplemente estar con ella.

"Ey." ella respondió. El aliento caliente de Lisa contra su cuello envió escalofríos por la columna vertebral de Jennie. La necesitaba de nuevo sin importar si había venido aquí por eso o no. Se dio la vuelta para mirar a la chica más joven con una pequeña sonrisa.

"Te extrañé mucho." dijo ella, colocando pequeños besos a lo largo de su mandíbula.

"Yo también te extrañé". Lisa dijo, alcanzando y acariciando su mejilla.

"Seguí pensando en ti toda la noche. Tuve que parar antes de que la mamá de Irene viera mi erección".

Jennie se rió. Deslizó su mano izquierda por su cuerpo y la frotó suavemente, "No es broma", ella dijo.

"Tu polla está dolorosamente dura".

"Bueno, entonces es bueno que te tenga aquí para cuidarlo". Lisa dijo. Tomó la otra mano de Jennie entre las suyas y la metió debajo de las sábanas.

"Bien." Jennie se quejó. Sin embargo, su tono solo se usó en broma. No le importaba hacer nada por Lisa, la hacía feliz.

Abrió la cremallera de los jeans ajustados de Lisa y los bajó. Lisa la ayudó, arrojando sus jeans al suelo. Luego se quitó el suéter de la cabeza. Besó el pecho de Lisa, justo encima de su sostén deportivo, masajeando suavemente los monticulos.

Luego dejo caer más besos lentamente por su pecho hasta su estómago. Movió la lengua a través de ella, en círculos, justo por encima de la cintura de su boxer.

"Uh, oh dios Jen me duele, por favor date prisa". Lisa tenía los ojos cerrados con fuerza, esperando ser liberada de su dolor. Jennie se había vuelto muy buena para prolongar su tortura.

Ella se rió y movió la cabeza hacia atrás, besando su estómago de nuevo.

"No." Lisa también se rió un poco.

"Por favor Jen". Jennie cedió. Era demasiado adorable para aguantar demasiado tiempo. Se quitó el bóxer y movió la boca alrededor de la punta de la polla.

Lisa gimió en voz alta por el repentino placer. Lamió la punta, disfrutando de sus gemidos, luego tomó más de ella en su boca.

La primera vez que Jennie había estado con ella, no había podido subir tan lejos como ahora. Lisa colocó sus manos sobre su cabeza, sintiendo que se movía hacia arriba y hacia abajo cada vez más rápido. Finalmente se corrió, disparándose en su boca.

"Mmm." Jennie dijo, moviéndose hacia arriba y emergiendo de debajo de las sábanas.

"Ey." Lisa respondió con una sonrisa, besando su frente.

"Ey." Jennie respondió, sonriendo. Lisa colocó sus manos debajo de su sudadera, frotándose el estómago desnudo. Luego los movió hacia sus senos, apretándolos y dándoles un rodillazo suavemente.

Jennie alcanzó la parte inferior de su sudadera, Intentando quitársela por la cabeza. Lisa la ayudó a salir y luego volvió a concentrarse en su pecho. Besó el valle entre sus pechos.

Luego tomó uno en su boca, colocando su mano sobre el otro y masajeándolo. Jennie respiró hondo y pasó las manos por los largos mechones color chocolate de Lisa.

Su lengua recorría ambos pechos, besándolos y lamiéndolos con entusiasmo.

Presionó su cabeza más cerca de ella, gimiendo en éxtasis.

"¡ Jennie!" La puerta de su dormitorio se abrió. Jennie dejó escapar un grito ensordecedor, asustando a Lisa y haciendo que gritara sorprendida. Se tapó la cabeza con las mantas para esconderse del intruso.

"¿Qué haces aquí, Rosé?" Jennie preguntó con frustración.

"¿Qué está pasando aquí?" Rosé intervino, sintiendo que su lado protector se activaba. Jennie agarró el edredón sobre su pecho, tratando de mantenerse cubierta. Lisa se quitó la manta de la cabeza tímidamente, aliviada de que solo fuera la mejor amiga de Jennie y no alguien mucho peor, como su padre.

Los Kim estaban de vacaciones en Hawai en este momento, pero estaba aterrorizada de que hubieran regresado temprano. Si ese hubiera sido el caso, y el padre nortoriamente protector de Jennie hubiera entrado por la puerta, Lisa sabía que las cosas se habrían puesto extremadamente feas para ella muy rápido.

"Dejalo." Jennie le dijo a Rosé, con ojos suplicantes.

"¿Qué estás haciendo aquí?" Rosé señaló con un dedo acusador a Lisa.

"¿Y por qué estás en la cama con Jennie? ¿ Rompiste con Irene? ¡No, no lo hiciste! ¡Sé que no lo hiciste!¿La estás engañando? ¿Con Jennie? Jennie, esto está mal. No puedes haz esto. ¡Oh, Dios mío, no puedes hacer esto! Rosé divagó en voz alta, su ira crecía.

"Rosie, cálmate, te explicaré todo más tarde". Jennie suplicó, con los ojos muy abiertos.

"Debería ir a llamar a Irene ahora mismo". Rosé ignoró a su mejor amiga, mirando a Lisa.

"Rosé, por favor no hagas eso!" Lisa le suplicó.

"Rosie!" Jennie gimió "Vete y no digas nada. Te lo prometo, hablaremos de esto más tarde".

Rosé los miró a los dos con enojo, "Bien". ella cedió. Empezó a salir de la habitación, pero cambió de opinión y se dio la vuelta, "No le hagas daño Manoban".

Rosé la miró fijamente. Lisa sintió que un escalofrio le recorría la espalda ante la mirada fría que la niña mayor le estaba dando y asintió dócilmente, encogiéndose en la cama lentamente.

Dejó escapar un suspiro de alivio cuando la puerta se cerró de golpe, murmurando. "Maldición."

Jennie se movió un poco para mirarla, con la culpa plasmada en su rostro. "Lo siento por ella. Es solo. Muy protectora. Es como mi hermana".

"Yo, por mi parte, estoy muy contenta de que no seas mi hermana". Lisa dijo, inclinándose sobre ella otra vez, olvidándose de Rosé.

Jennie le sonrió y se deslizó hacia abajo acostándose completamente sobre su espalda.

Lisa tomó una de sus manos y comenzó a chuparse los dedos uno a la vez.

"Porque si lo fueras, y yo estuviera viviendo aquí contigo, todavía no creo que sería capaz de resistirme". Besó y mordisqueó las yemas de los dedos.

"Rosé no tiene idea de lo que se está perdiendo". Jennie se rió entre dientes, acercando su boca a la de Lisa y besándola. Ella se echó hacia atrás solo un poco, por lo que sus labios todavía se tocaban ligeramente.

"Irene tampoco." susurró, y luego la besó profundamente de nuevo.

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