ᴄʜᴀɴɢᴇᴅ - ɢɪʏᴜꜱᴀɴᴇɢɪʏᴜ

ᴄʜᴀɴɢᴇᴅ

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⌕ ┆∿ ・. Si este ship no es de tu agrado, te pido que te retires sin dejar comentarios ofensivos, por favor.

→Contenido fluff¡!♡

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—¡Tomioka, cuidado! —el grito desesperado de Sanemi resonó en todo el bosque.

Y aunque le advirtiera al azabache, lo mismo fue golpeado por el demonio.
Sanemi corrió a toda velocidad para evitar la muerte segura de Tomioka y para acabar con ese hijo de puta. Blandió su espada mientras corría a toda velocidad, su intención era saltar cuando estuviera lo suficientemente cerca del demonio y usar una postura para cortarle la cabeza.

Era arriesgado, pero valía la pena con tal de salvar la vida de su compañero.

—¿Crees que con un simple ataque podrás vencerme, pilar? —rió burlesco. Sabía que el "punto débil" del albino era el azabache que yacía en el suelo, así que había decidido hacer sufrir al otro pilar con tal de que el albino, por la rabia, saltara a matarlo de improvisto.

Sonrió al ver al albino cerca de él, ya tenía su ataque preparado.
Pero nunca se esperó que el pelinegro que estaba en el suelo se levantara de repente y atacara junto con el albino.

El demonio entró en pánico y se alejó rápidamente, corrió lo más lejos que pudo y al estar a una cierta distancia decidió usar su técnica de sangre para acabar con ellos.

—Técnica de sangre demoníaca: cambio. —dijo mientras se rasgaba su propia piel. El ambiente se puso pesado de repente y un color rojo vino enjauló a los dos pilares.

—¡Haha, cayeron en mi trampa, malditos idiotas! —rió satisfecho mientras se daba la vuelta para retirarse.

—¡No tan rápido, maldita escoria! —gritó un albino enfurecido. El demonio jamás se esperó que aquel cazador se levantara y se aventara contra él, dio media vuelta y pudo ver cómo la katana cortaba su cabeza en menos de 5 segundos.

La cabeza del demonio cayó al suelo abruptamente junto con el albino, la cabeza comenzó a llorar y a chillar por su derrota, Sanemi se levantó como pudo y pisó la cabeza con enojo. Luego caminó hacia Tomioka, el cual ya estaba en el suelo nuevamente, y se recostó a su lado cayendo desmayado.

Al cabo de un rato, sintió como lo levantaban del suelo y lo colocaban en la espalda de alguien. "serán los kakushi", pensó. Y no se equivocó. Vio de reojo a Giyu y sonrió arrogante al ver que seguía respirando, aunque luego su sonrisa se desvaneció al sentir un fuerte dolor de cabeza, decidió cerrar sus ojos para tratar de quedarse dormido y lo consiguió.

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Abrió lentamente sus ojos, una luz blanca resplandecía fuertemente sobre él, por lo que entrecerró sus ojos para acostumbrarse a la iluminación del lugar.

—Oh, despertaste —la voz de Kocho lo tranquilizó —, ¿cómo te sientes?

—Bien. —respondió. Algo le llamó la atención, su voz era... diferente.

—Que alivio, por un momento creí que habías pasado para el otro lado. —su risa se escuchó en eco por la amplitud del salón. —Como sea, me alegro de que estés bien, Tomioka.

Abrió sus ojos de repente.

—¿Cómo me llamaste? —preguntó abruptamente. Shinobu se tensó en su lugar.

—¿Tomioka...? —dijo mientras arqueaba una ceja. —¿Acaso te golpeaste muy fuerte la cabeza? —preguntó.

Sanemi optó por ver sus manos, estaban limpias y sin cicatrices, luego tocó su cabello, largo y obscuro, observó el resto de su cuerpo, limpio, sin un rasguño permanente.