Giving To Me °WangXian°

02

Después de horas razonando porque Wei Ying le dejaría, terminó enfureciendo ante la idea de perder a su esposo y decidió confrontarlo. Encontrarlo era... Algo predecible. Probablemente estaría con su hermano, con quién realmente no se llevaba bien, y probablemente le estuviera lavando la cabeza sobre no volver a casa.

Tomando su chaqueta y sus llaves corrió a su auto rumbo a casa de su cuñado, en donde su adorado esposo probablemente estaría escondiéndose.

Al llegar, notó el vecindario silencioso y tranquilo, de alguna manera, la paz que otras personas tenían y él no, lo terminó enfureciendo. Bajó del auto y trotó a la puerta para golpear con brusquedad.

Al cabo de unos segundos la puerta se abrió y reveló un par de ojos azules eléctricos, furiosos y helados.

-¿Qué haces aquí?

-¿Dónde está mi esposo?

-Él no tiene nada que hablar contigo

-Es mi esposo -gruñó entre dientes-

-¿Y? ¿Eso te detuvo antes? -preguntó confundiendo un poco a Wangji ¿Deternerlo de qué?-

-Dejame hablar con él

-No, de mi depende que nunca más le vuelvas a dirigir siquiera un saludo

Suspirando harto, retrocedió un paso y preparo sus pulmones.

-¡Wei Ying! -le llamó desesperado- ¡Se que estas aquí! ¡Tenemos que hablar!

-¡¿Quieres callarte?! ¡Estás armando un escándalo! -gruñó el Jiang-

-Jiang Wanyin -habló duramente- no hay poder humano sobre esta tierra que me impida hablar con mi esposo

-No vas a...

-¡Wei Ying! ¡Vamos a hablar! ¡¿Qué es toda esta ridiculez que estás haciendo?!

-¡Él no está haciendo ninguna...!

-Jiang Cheng -escuchó que hablaron a sus espaldas- basta, los dos ya basta

Cuando ambos giraron, vieron al doncel parado detrás de su hermano menor.

Y a como creía que estaría su esposo, Wangji notó lo decaído que Wei Ying estaba.

Sos hermosos ojos grises eran opacos entorpecidos con ojeras e hinchados por tanto llorar, supuso. Se veía anormalmente pálido y agotado, como si no hubiera dormido en días.

-¿Wei Ying? -llamó confundido-

-¿Qué haces aquí? -preguntó serio, sin esa cálida sonrisa que solía darle cada que le hablaba-

-¿Qué hago aquí? ¿En serio? Llego a casa y descubro que no estás, que te has ido sin explicación alguna ¿Qué se supone que debo hacer? ¿Darte por perdido y ya?

-Eres un cínico -refutó molesto- un sinvergüenza

-¿Perdón? -se descolocó, su esposo nunca le hablaba mal-

-¿Quieres una explicación? ¡Bien! ¡Te detesto! ¡Como no tienes idea! ¡No soporto estar a tu lado un segundo más!

-¿Qué... ? -sintió su corazón romperse y pulverizarse ante tales palabras-

-Quiero el divorcio y no me importa si estás de acuerdo o no ¡Lo voy a firmar y será tu decisión si hacerlo o no! ¡Pero no quiero volver a ver tu traicionera cara nunca más!

-Wei Ying -Llamó- esto está saliendo de la nada ¿Ha pasado algo? ¿He hecho algo que te moleste?

-¡Como si no lo supieras! ¡Infiel!