Wanna do Nothing with you

Dos

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"Jesús", gruñe Harry, moviendo el brazo bajo la espalda de Louis mientras ajusta su agarre. "Pensé que deberías empezar a sentirte mejor después de un tiempo. ¿Estás seguro que esto no es una especie de engaño para que te cargue a todas partes?"

Es absolutamente un engaño. Durante los primeros días, Louis apenas podía tolerar moverse por sí mismo, y mucho menos chocar como lo hacen. Harry tiene cuidado, pero nunca ha sido capaz de caminar en línea recta. Sigue doliendo, pero no le duele más que moverse él solo.

"Claro que no", suelta Louis, tocando el suelo con los dedos de sus pies cuando Harry lo deja con cautela. "Además, fuiste tú quien quiso venir aquí. Te recuerdo que nunca pedí que lo hicieras".

Harry le mira, cruzando los brazos contra su pecho. Lleva una camiseta desgastada, una tan deteriorada que Louis ni siquiera puede distinguir lo que deberían decir las letras. Combinado con unos shorts que lucen suaves, parece estar muy a gusto en casa de Louis como siempre. El pensamiento se abre paso en su cabeza, agradable e irritante al mismo tiempo.

"Te cargaré cuando quieras", dice Harry en lugar de caer por la distracción.

Louis resopla y pone sus ojos en blanco, dando un pequeño paso hacia el sofá. Pues Harry lo dejó demasiado lejos de este. "¿Puedes hacer un poco de té?"

"Cuando quieras", repite Harry. Su voz es suave y calmada, pero hay algo en él que suena un poco— mal. Louis hace una pausa y se gira para mirarle de frente. "Sabes que haría cualquier cosa por ti".

Louis lo sabe, pero— "¿Cualquier cosa?", insiste. Hay tensión entre ellos en el aire, y no sabe de dónde viene. O incluso si es nueva.

"Literalmente cualquier cosa", confirma Harry. En definitiva no quiere decir literalmente cualquier cosa, pero antes de que Louis pueda señalarlo, Harry continúa con un pequeño encogimiento de hombros, "Estoy enamorado de ti, no sé por qué esperarías algo diferente".

Todo el aliento en los pulmones de Louis escapa de golpe, saliendo en una exhalación fuerte y dramática. "¿Qué?", logra decir.

Harry levanta una ceja, sin inmutarse. El ritmo cardíaco de Louis se acelera un poco, golpeando incómodamente su pecho. "Estoy enamorado de ti", repite Harry. Una sonrisa divertida se dibuja en la comisura de su labio, lo que le recuerda que la arrogancia es el peor rasgo de su personalidad.

"No, no lo estás", niega Louis.

"Estoy bastante seguro de que sí", dice Harry pensativo. "¿O crees que dejaría todo para cuidar a mis amigos?".

El shock da lugar rápidamente a algo más. Louis se pone a la defensiva, levantándose a pesar de que duele. "Jódete", dice, "no actúes como si esta situación fuera relevante. No estás enamorado de mí. Habría notado si estuvieras enamorado de mí".

"Sabes, siempre pensé eso", asiente Harry. "Pero nunca dijiste nada al respecto, así que pensé que te estaba dando demasiado mérito".

"Idiota", dice Louis con amargura. El suelo se siente frío bajo sus pies, dándole algo en lo que concentrarse. "Dices ese tipo de mierdas como si fuera algo que ya debería saber. Sabes que odio cuando haces eso".

Harry pone los ojos en blanco. Sólo sirve para que Louis se enoje más. "Porque en la década pasada fue muy difícil decir lo que siento por ti", dice Harry, un poco exasperado.

De acuerdo, eso es una mierda. Completamente injusto.

"¿Cómo iba a saberlo?" Louis suelta entre dientes, frustrado. Sólo Harry es capaz de hacerlo sentir tan frustrado. "Tú— joder, sabes que odio este término, pero eres mi mejor amigo, Harry. Eso fue— siempre fue así".