Mía

6.

20-9-2021 Manchester, Reino Unido
Olivia

Primer día de clases, una gran pesadilla para todos incluyéndome. No había sido precisamente un verano grandioso pero tampoco me entusiasmaba volver a estudiar y mucho menos en una universidad nueva. En cuanto a mi vida no había pasado nada demasiado interesante. Tras aquella fiesta apenas había vuelto a ver a Phil cosa que agradecía bastante y simplemente Carla y yo habíamos estado adaptandonos a la ciudad. Si que había salido pero solo con los hermanos Laporte y como mucho con alguno de sus compañeros.

Miré el móvil mientras me terminaba de arreglar el pelo viendo que tenía media hora para prepararme si no quería llegar tarde mi primer día de curso. Carla apareció en el baño ya casi preparada y me miró con cara de pocos amigos.

—¿Todavía estás asi?

—Pero si me quedan tres cositas por hacer y estoy lista.

—Pues con prisa, en veinticinco minutos me voy y no pienso esperarte asi que como no termines te va tocar llamar a mi hermano y ya sabes lo pesado que es con la puntualidad.

Asentí y salí del baño para calzarme y preparar mi bolso, por que realmente al ser mi primer día no iba a cargar con una mochila. Cogí algo de agua, dinero y poco más y lo agarré junto mi mochila saliendo de casa con mi amiga exactamente a las doce menos cuarto.

Por lo que me había comentado la chica que ahora llevaba el coche nuestra universidad quedaba a unos quince minutos de nuestro apartamento.

Mientras llegabamos sonaba música de Taylor Swift en el coche y yo miraba por la ventana pensando.
Lo cierto es que aymeric tenía bastante razón ya que desde que estaba alli con ellos me sentía mucho más tranquila y feliz. Lo único a lo cual le podía poner pegas es a tener que vivir cerca de Phil Foden y sobretodo que Carla estudiara una carrera diferente a la mía lo cual implicaba tenerla mucho más tiempo separada de mi.
Me daba muchísimo miedo los nuevos comienzos, tener que conocer a tanta gente derrepente. Aunque normalmente acababa adaptándome bien me agobiaba.

—Ya estamos señorita. —Carla me miró sonriendo— Verás que va a ir todo genial. Por cierto, a la salida voy a ir a comer con un amigo asi que dile a mi hermano que venga por ti.

Asentí y me despedí cogiendo mi bolso, perfecto pues allá íbamos.

(...)

Tras un par de horas en las cuales no habíamos echo nada ya que era nuestro primer día, había mantenido conversación con una chica de mi clase ya que compartiamos idioma, la rubia se llamaba Antonella y era de nacionalidad Argentina. Nos habíamos pasado el instagram y me dijo que el siguiente día nos sentaríamos juntas en las clases que compartieramos.
También, nuestra tutora había comentado que deberíamos empezar a buscar algunas practicas por estar en trecero de carrera. Dijo que serían siemplemente para ir cogiendo confianza con la camara.

Llamé a Laporte en lo que salía por la puerta principal de la facultad.

—¿Oli? Que pasa.

—Nada, es que acabo de salir de la uni y Carlita me dijo que ella había quedado despues y que hablara contigo.

—¿Tía ahora? Es que de verás que no puedo. Tengo que hacerme unas pruebas del equipo.

—¿Y yo que hago?

—Puedo mantarte a alguien del equipo.

Bufé y pensé en que decirle, a saber quien venía.

—Vale, pero que no tarde eh.

Mientras miraba mi feed de Instagram en el cual era mencionada en muchísimas cuentas de fanáticos del City. Lo cierto es que en estas semanas había salido muchisimo con el grupo de chicos y eran demasiado agradables, cosa la cual me había ayudado a no pensar en mi pasado en Barcelona.
Pensar. Eso es lo que más me costaba, dejar de pensar aun que fuera por un segundo.
Y pensar. Eso fue lo que no me dió tiempo ha hacer en ese momento debido a el sonido de un coche.
Levanté la cabeza y cuando pensé en encontrarme a algún agradable chico como Jack Grealish o Joao Cancelo lo uno que vi fue al mayor idiota que he conocido jamas. Phil Foden. Estaba segura al cien por cien que muchísimas chicas les gustaría estar en mi lugar pero yo lo único que quería en ese momento era que me tragara la tierra y no verle más su arrogante sonrisa.
Bajó la ventanilla y me miro con sus gafas de sol puestas.

—¿Piensas subir o he venido para que estes ahí tirada con el móvil?

—¿Perdona, me hablas a mi?
Ya que me iba a hacer pasar mal rato iba yo a vacilarle un poco.

—No reina, le hablo a la pared.

—Pues suerte a ver si te contesta.

Me negaba a subirme en ese coche, no, no y no.

—Mira bonita o subes al coche o te subo yo.

—Hazlo—. Llevaba un par de minutos con él y ya me sacaba de quicio.

Se bajó del coche, tenía pinta de estar desesperandose. Se me acerco y me subió a su espalda.

—¡Bajame! Te lo juro que me pongo a gritar.

—Yo he dicho que te iba a llevar a casa asi que eso hare y no acepto protestas. 
Tras ver que mis protestas eran en vano espere hasta que llegó al coche y me dejo en el suelo. Sabía perfectamente que me estaba mirando el culo mientras me cogía y a saber que imaginaba su mente.
A regañadientes acabe en su coche poniendome el cinturon, y he de decir que su coche olía demasiado bien a vainilla. No me imaginaba ni de lejos que una persona como él tuviera un ambientador asi en su coche.

—¿Qué tal la uni?

—Bien.

—Mira yo se que preferirías ver a Grealish aquí pero no hace falta que seas una puta borde.

—¿Grealish? ¿Quién te ha dicho a ti que yo quiero ver aquí a Jack?

—Tengo ojos en la cara pero que sepas que no te conviene, todos sabemos sus juergas.

—¿Te puedes mirar a un espejo antes de hablar? Por que con sus juergas o no me sigue pareciendo alguein el triple menos insoportable que tú.

—No te lo digo a malas, ni si quiera me importas como para preocuparme.
Empieza dandome una charla sobre Grealish y ahora viene con que no le importo, desesperante.

El camino de apenas diez minutos me pareció una vida entera. Hasta que no baje de su coche y entre en mi piso casi sin despedirme de él no fue cuando respiré tranquila. La tensión en ese coche era horriblemente insoportable.
Definitivamente iba a matar a Laporte con mis propias manos.

perdón por la ausencia/