14.

98 2 0
                                    

Olivia

6-10-2021 • Manchester, Reino Unido.

Al ir al "trabajo" con un jugador de la plantilla había llegado un poco antes de mi hora de entrada y pude dedicarme a visitar un poco los interiores de la ciudad deportiva, creo que ya lo mencioné en algún momento pero aquellas instalaciones situadas en el centro de Manchester estaba prácticamente entero decorado con tonos azules y blancos y las paredes eran decorados con muchas fotos de jugadores.

Además por lo que había podido leer en aquellas instalaciones había capacidad para unos siete mil aficionados citizens.

Agarré una de las correas de mi mochila y me dispuse a caminar hacía el césped.

Los últimos meses e incluso me atrevería a decir años no había hecho las cosas que amaba, ni si quiera me había centrado en mi. Había ocupado tanto mi mente con otros problemas y preocupaciones que ni si quiera debería tener una cría de dieciocho o veinte años, pero que aun así los tenía, y no había sido capaz de centrarme tan solo en mi.
De los pequeños detalles, como por ejemplo el pisar el césped verde o acostarme en él al hacer una fotografía, a pesar de que mi ropa acabe verde, o amaba los abrazos de Laporte y estos últimos meses parecía que estaba en su contra.
Mientras me sentaba en el césped y hacia una fotografía del campo ya que estaba despejado comencé a escuchar bastante ruido como risas o sonidos de botas resonando por el suelo.

Después de aquello un chico con el cuello adornado por algún tatuaje llego al verde, obviamente acompañado de sus compañeros.
Sus ojos claros se posaron en mi en ese momento sentada sobre el pasto.
No le puse demasiado atención, yo estaba trabajando y él entrenando.
Bastante espectáculo había tenido ya con Grealish el anterior entrenamiento, como para que me relacionen con Phil ahora.
No obstante, los ojos azules del chico me atravesaban con la mirada, y casi por inercia yo no era capaz de dejar de mirarle a él. Pero me acabé obligando a no hacerlo, por que era capaz de distraerme solo con su maldita mirada. 

Saqué la cámara de su funda para comenzar a preparar mis cosas de trabajo y que la jornada transcurriera como debía, supongo que estaba algo cansada del ritmo de fiestas, comidas y salidas accidentadas y simplemente necesitaba un tiempo de calma, universidad y trabajo. Escuche el pitido del silbato del entrenador indicando que el entrenamiento había comenzado y con ello mi trabajo también, por ello comencé a sacar fotos de todo aquello que me parecía necesario. Nuestro trabajo se dividía en cuatro sectores, en cada esquina del campo había un fotógrafo y cada uno tenía una función diferente como tomar fotos de algunos jugadores, del entrenador, las instalaciones...

A mi me había tocado sacar fotos a la mitad del sector de jugadores que estaban en mi lado de campo y me iba moviendo al rededor de este para poder tener más ángulos de foto.

Supongo que no era el trabajo más divertido del mundo pero a mi si me gustaba, juntaba mis dos cosas favoritas: fútbol y fotografía                                                                                                                          Y de paso ver y conocer a muchísimos futbolistas, que tampoco estaba nada mal. 

─¡Foden pasala tío!─ Mi mirada se desvió casi automáticamente hacia aquella escena. El nombrado pasó el balón y su compañero acabo metiendo un gol para concluir ese ejercicio. Fue un entrenamiento bastante tranquilo sin ningún incidente ni nada que me involucrara a mí. 

(...)

Tras acabar mi jornada tendría que adelantar algunos trabajos de la universidad por que el trabajo no era más que unas practicas y mis demás tareas seguían ahí. El problema es que mi pereza y el dolor de cabeza me ganaba. Además Aymeric me invitó a salir con algunos compañeros del equipo a tomar algo y era demasiado vulnerable como para decir que no a una invitación así. 

Con lo cual, cuando recogí mi cámara y mi mochila me dispuse a buscar a los chicos en el parking, los cuales estaban organizándose en coches. 

Laporte olía a su habitual gel, sabía que se duchaban justo al terminar de entrenar ya que yo también podía hacerlo si quería pero apenas había sudado ese día. Abracé al moreno parándome un segundo a oler su perfume y cuando acabó de hablar con sus compañeros subimos al coche. 

Me estaba mirando de reojo una vez arrancó el coche y sabía lo que venía ahora. 

—Olivia, el sitio que hemos elegido está a las afueras así que tenemos un largo camino para hablar, y sabes a lo que me refiero.— Suspiré sonoramente y al ver que no emitía palabra siguió con su charla de hermano mayor —No me gusta lo que hiciste, no me gustó desde un primer momento, pero aún así nada de lo que ha pasado es tu culpa, y si yo te he hecho sentir así lo siento, de verdad. Pero quiero que entiendas que tu pasado es el que tienes, y enserio me alegro muchísimo que estés consiguiendo rehacer tu vida, sabía que eras capaz de ello porque eres la persona más fuerte que conozco, pero Olivia... yo...— Se tomó un descanso suspirando y apretando el volante antes de volver a hablar.— Yo sentía como si te estuviera fallando, por que tengo que protegerte, y no quiero agobiarte pero tampoco quiero que te pase nada. Y que el imbécil de Grealish vaya diciendo cosas me importa una mierda, pero que esas cosas te afecten a ti sí, y mucho. Creo que no he sabido abordar todo, y te voy a dejar que conozcas chicos y que seas feliz haciendo tu vida, pero ten constancia de que siempre voy a estar ahí para ayudarte ¿Vale?— Asentí haciendo un leve sonido.— Te quiero muchísimo, no sabes cuanto Liv. 


//Estoy intentando volver a escribir, byyye. 

Mía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora