Capítulo 1

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La vida de Kim Taehyung no era, ni la más complicada, ni la más despreocupada tampoco. Vivía con su abuelita en Heedong. Su madre, abandonó a su papá con el pequeño Tae y luego, su papá se cansó de tratar de sobrevivir, quitando su propia vida, dejando atrás a un TaeHyung de 6 meses de nacido con su abuelita. 

Tae era muy feliz. Vivir con sus abuelos era una de las cosas que le daban sentido a la vida de Tae. Su abuelita había tenido muy joven al padre de Taehyung por lo que, cuando se quedaron con Tae, todavía conservaba sus fuerzas casi intactas. El abuelito de Tae, por otra parte, era un hombre de casa. La abuelita de Tae solía pensar que, en realidad, su esposo se comportaba como padre más que su propio hijo. 

Cuando su madre lo abandonó y posteriormente, su padre se suicidó, pensaron que Tae a lo mejor moriría puesto que, el lazo de sus ambos padres estaba ausente. Increíblemente, fue uno de esos pequeños casos de bebés que sobreviven a pesar del lazo roto, siendo reemplazado por el lazo de un nuevo cuidador. 

Tae ciertamente amaba a sus abuelos. 

En este momento, estaba dándole la bienvenida a un par de personas que iban a visitar la granja que tenían de duraznos. Con esos duraznos tan rosaditos y jugosos, se mantenían los abuelos de Tae y él mismo. Tenían un gran cultivo de los mismos y, los enviaban a diferentes partes del país. Cuando la gente empezaba a  tener curiosidad por saber en dónde se cultivaban aquellos manjares rosaditos, empezaron a visitar la dirección que aparecía en la caja en donde se comercializaban. Por esa razón, decidieron hacer un tipo de actividad donde, ellos mismos podían cortar sus duraznos, empacarlos y luego, llevarlos a casa. Muchas personas llegaban a esta granja, incluso algunos turistas. 

Gracias a esto, habían podido pagar los estudios de Tae. Se había graduado como escritor, ahora solo esperaba poder publicar su primer manuscrito. 

—¡Buenos días! Bienvenidos a la granja de duraznos de la Familia Kim—dijo Tae en la entrada, entregándole unos gorritos y una canasta a una pareja que entraba—¡Espero que les guste el recorrido!—dijo para después mostrar esa hermosa sonrisa cuadrada. 

Tomó sus herramientas y su sombrerito y se acercó al campo donde había que cosechar. Tenían algunos trabajadores que los ayudaban pero, a él le gustaba ayudarlos para pasar tiempo en el campo. 

Empezó a recortar algunos duraznos mientras los metía en una canastita y, tarareaba una canción. 

Un chico le tocó el brazo por lo que, volteó a ver. Era la pareja que estaba en el inicio. Les sonrió y les preguntó:

—¿Necesitan ayuda con algo?

—Sí—mencionó el omega que tomaba a su esposo de la mano—Mi esposo acaba de romper la canastita que le entregaron en el inicio. ¿Podrías darme una nueva?—dijo amablemente el omega con labios rellenitos. Eran muy bonitos, desde el punto de vista de Tae. 

—¡Claro! Vengan por aquí—dijo Tae para empezar a guiarlos. 

Mientras iban caminando, Tae escuchó que el alfa le decía a su omega:

—Lo siento Jinnie, no quería que esto sucediera así. Soy alguien demasiado torpe. 

—Pues eres el torpe del que me enamoré, NamJoonie—dijo el omega. 

Bien, ahora sabía que aquella parejita melosa se componía por Jin y NamJoon. 

Se acercó al almacén y tomó una canastita. Se las entregó y dijo:

—¿Les gustaría que les de yo el recorrido por el campo de cosecha?

—Me parece bien, se nota que conoces del tema—dijo el chico moreno que, por la voz, suponía que era NamJoon. 

—Bien. Entonces, antes de empezar, ¿puedo saber sus nombres?—preguntó Tae. 

—Soy Kim SeokJin y, él es mi esposo Kim NamJoon—dijo el chico de labios rellenitos. 

—Soy Kim TaeHyung. Mucho gusto—dijo sonriendo. Tomaron sus cosas y empezaron a caminar hacia el campo. 

 ...

En Seúl, JungKook corría de un lado a otro desesperado por no saber qué hacer. Su asistente y, uno de sus mejores amigos YoonGi, le preguntó:

—Oye, oye. ¿Por qué no le pides ayuda a NamJoon si tanto se te dificulta?

—NamJoon decidió ir con su lindo "caramelito de miel"—haciendo las comillas con los dedos—a una granja de duraznos en medio de la nada y encima, olvidó su teléfono en mi escritorio desde ayer. Dudo mucho que Jin me conteste. No entiendo porqué se le ocurrió ir a ese lugar cuando estamos dopados de trabajo. 

—No lo entiendes porque no sabes lo que es tener pareja, JungKook. Cuando Mimi y yo queremos perdernos del radar, vamos a dar a esa granjita. Sabes que Jimin hace amigos rápido, por esa razón, se hizo amigo del chico que siempre nos da el recorrido. Nos gusta ir allí y él le recomendó a SeokJin que llevara a NamJoon a esa granja. 

—Pues gracias por recordarme lo solo y olvidado que estoy—dijo JungKook viendo de reojo a YoonGi. 

JungKook tenía razón. De todos sus amigos, solo él y Hoseok—el hijo de YoonGi y Jimin, un bebé de 6 meses de gestación—no tenían pareja. Cuando estaba creciendo, estaba muy enfocado en estudiar y en ser el mejor. Fue tanto que se olvidó de lo que era tener amigos o, tan siquiera tener un crush por alguien. Se fue a vivir a Boston por algunos años mientras terminaba la universidad y, ahora estaba de regreso en su país natal. Estaba solo, sin haber dado su primer beso y con sus amigos. 

Millonario pero, a qué costo. 

Pretendía que no le importaba pero, en realidad, le dolía estar solo. Cuando NamJoon se casó y, cuando hace unos meses YoonGi supo que sería padre, se dio cuenta de lo solo, triste y dejado que estaba. Creo que Jeon se encontraba igual o más solo que nosotros, ¿no creen?.

Él no pedía demasiado, solo amar y ser amado. Esperaría encontrarse con su destinado. Llámenle tonto pero, a sus 25 años, esperaba poder encontrarse a su destinado como la leyenda lo contaba. Quería tener bebés, ese era un punto importante. Quería a alguien que quisiera tenerlos, no quería a nadie obligado. Él más que nadie era un ejemplo de lo que puede pasar cuando solo uno quiere tener hijos y obliga al otro a tenerlos, es un fastidio. Le encantaría tener a dos o un bebé en su casa, corriendo y jugando. Quería regresar del trabajo, sentarse en el sofá y leerle cuentos a sus cachorritos, el producto de amor entre él y el amor de su vida. 

JungKook, en medio del ensueño, recibió una llamada. 

—¡JEON JUNGKOOK!—gritó el papá de JungKook del otro lado de la línea. 

—¿Papá? ¿Estás bien?—dijo JungKook asustado por el tono de voz en el que había hablado. 

—Escúchame bien. Tu mamá y yo vamos a regresar a casa dentro de 7 días. Si no mal recuerdo, te encargué antes de irme hace dos meses que, buscaras al siguiente escritor estrella de nuestra empresa. Los vecinos, los nefastos Choi, publicarán un libro pronto y, si nosotros no contraatacamos, sabes bien que eso afectará nuestras acciones. No me has mandado el correo aún con el manuscrito. Quiero tenerlo en mis manos dentro de 5 días para leerlo durante mi vuelo de regreso a casa. Más te vale tenerlo junto, ¿entiendes, Jeon?—dijo su padre con tono amenazante. 

JungKook se quedó tan asustado que se heló. Ni si quiera pudo responder, su papá cortó la llamada. 

¡Santo cielo! ¿Qué haría ahora? No tenía nada hecho, no había podido adelantar nada y estaba perdido en las nubes. Ni en sus años de preparatoria y universidad había estado tan perdido. 

YoonGi, que estaba a la par de él esperando a que terminara la llamada, le comentó:

—Jeon, definitivamente estás muerto. 

Peaches - KookV OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora