Capítulo 3

2 1 0
                                    

Naelson y yo nos sentamos en un banco frente al chino con un par de monsters blancas y unas patatas fritas.

-Tío, no vuelvo a fumar.
-¿Por qué bro?
-Mi madre me a dejado a mi hermano, ella ya no se quiere hacer cargo de él, ya sabes.
-¿Y le has dejado solo?
-No, contraté una canguro para que le cuidase mientras no estoy.
-Joder bro, ¿y las clases?
-Canguro.
-Vaya putada bro.
-Si, pero es mi hermano, él me necesita ahora.
-Ya.

Naelson recibió una llamada.

-Mi madre, me tengo que ir bro, suerte con tu hermano, si necesitas ayuda llámame.
-Claro bro, gracias.
-De nada bro, adiós.

Se despidió mientras se alejaba corriendo, quedándome solo en el banco con la monster. Me la terminé y volví a mi casa. Cuando llegué la chica estaba jugando con mi hermano.

-Ya llegué, ya puedes irte.

La chica asintió y se fue despidiéndose de mi hermano con la mano.

-¿Qué tal peque, te lo has pasado bien con la canguro?
-¡Sí! ¡Fue muy divertido!

Le cargue en brazos y le lleve a la cama mientras el me contaba lo que había echo en la tarde.

-¿De veras habéis capturado a un dragón?
-¡Sí! ¡Uno muy grande, era rojo y echaba fuego por la boca! ¡Así!

Me mostró como hacían los dragones soplando con fuerza con su boca y estirando los brazos haciéndose ver más grande.

-¿Así? Wooow. Que guay, ¿no?
-¡Síii!

El niño río feliz y se dejó caer en la cama tumbándose, yo me tumbé también quedándome a su lado, mi hermano me miro y me acarició la mejilla.

-Kim..
-Dime peque.
-¿Tienes novia?
-¿Qué?
-¿La tienes?
-No, ¿por qué?
-Jo, quiero que tengas novia.
-¿Para qué?
-Quiero una amigaaa.
-¿Y la canguro?
-¡Otra!
-¿Y un chico te sirve?
-Tal vez, ¡pero quiero que tengas novia!
-No voy a tener novia, al menos no por ahora. Mañana vendrá Naelson ¿vale?
-¿Quién es ese?
-Mi mejor amigo.
-Siiii.
-Pero ahora, a dormir, que es tarde.
-Bueno vale.

El niño se estiró y cerro sus pequeños ojos azules, tan profundos y hermosos como el océano en el atardecer. Sus pestañas eran largas lo cual le hacia ver más lindo. Tenía las mejillas rosadas por la emoción de lo que me contó momentos antes, arriba del rosado de sus mejillas se veían pequeñas pecas dispersas. Dormido abrió su boquita y susurró.

-Kim..

Yo sonreí y le abracé quedándome dormido con él.

Ya era el día siguiente, mi alarma sonó a las seis de la mañana como cada día para ir a clase. Me levanté tratando de no despertar a Dylan y me fui a la ducha. Salí y para mi sorpresa mi hermano estaba despierto, sentado en mi cama mirando por la ventana.

-¿Qué haces despierto Dylan?
-Está lloviendo.
-¿Enserio?
-Sí.
-Vaya, hoy no podré usar la moto.

Mi hermano asintió y se giró para mirarme.

-Kai, ¿hoy viene tu amigo?
-Sí, después de clases vendrá conmigo y comerá con nosotros.
-Que bien...

Se estaba quedando dormido. Se tumbó de nuevo en la cama y se durmió de nuevo, yo me acerqué y le arropé para que no tuviese frío.

Luego me vestí y le mande un mensaje a la canguro. Mientras esperaba para que la chica llegase me acomode el pelo y me puse la capucha de la sudadera, no tengo paraguas.

Diez minutos después llegó la chica, le pagué, agarré mi mochila y me dirigí al Instituto. Dylan tenía razón, estaba lloviendo bastante.

Cuando llegué no había casi nadie fuera y los que estaban fuera llevaban paraguas.

Caminaba a través del parking para llegar a la puerta principal cuando ví un coche negro lujoso parar frente a la puerta de entrada. Me acerqué para entrar al edificio cuando la puerta del coche fue abierta por un hombre todo vestido de negro. De ahí salió una muchacha que yo ya conocía. Elisabeth.

En el camino al Instituto estuve pensando en lo que Dylan me dijo. Novia. No tenía intención de tener novia, son una pérdida de tiempo. Una amiga, ya tengo a Naelson, para que quiero una amiga, y más mujer. Solo piensan en compras y cosas así. Estoy bien solo con Naelson.

-Hola Kai, ¿has venido caminando sin paraguas? Estás empapado. ¿Necesitas una chaqueta o algo? Puedo prestarte algo.
-No hace falta Elisabeth, gracias.
-Como quieras. ¿Vamos a clase juntos?

Asentí y seguido de la chica fui a clase, ella no habló en todo el camino, solo se dedicó a caminar junto a mí en silencio, tratando de evitar las miradas de la gente.
Cuando llegamos a la clase yo me senté en mi sitio, ella no se sentó muy lejos, dejó sus cosas y se acercó a mí.

-Oye Kai.. ¿Puedo pedirte un favor?
-Depende.
-¿Puedo quedarme hoy en tu casa?
-¿Cómo?

Sorprendido dejé de mirar mis libros para mirarla a ella.

-Es que, no puedo volver a casa por temas personales. ¿Puedo quedarme contigo? Eres lo más parecido que tengo a un amigo y no me gustaría quedarme esta tarde bajo la lluvia..
-Déjame pensarlo. Más tarde te daré una respuesta.
-Esta bien. Gracias Kai.

Asentí y ella volvió a su lugar. Cinco minutos después llegó Naelson.

-¿Bro, te vienes a comer a mi casa?
-Claro tío, deja le digo a mi madre.

Naelson escribió en su móvil y luego me miró de vuelta. Hablando le conté lo que la modelo me había pedido, cómo no, él reaccionó emocionado.

-¡Dile que sí!
-No grites que estamos en clase Naelson.

La profesora, que había llegado hace poco, nos miró muy mal a ambos para luego seguir con la clase.

-Tío tienes que decirle que sí, pobrecita, ¿vas a dejar que se congele bajo la lluvia toda la tarde? ¿Y si le pasa algo? O la secuestran, o la matan.
-Cállate.
-Pero pobrecita, mírala, ¿no te da pena?

La miré y ella se veía incómoda y triste mientras un compañero la hablaba sin parar.
Volví a mirar a Naelson y le mentí.

-No.
-¿No? ¿Cómo que no?
-No me da pena, la vida es dura, tu y yo lo sabemos.
-Pero..
-Ya dije que no.
-Lo que tú digas.

Naelson se giró y fingió atender a la clase dándome la espalda e ignorandome. No me habló en toda la clase.

-Naelson.
-Naelson.
-Naelson.
-Naelson.
-¡Escuchame coño!

Naelson me miró al ver que estaba perdiendo la paciencia. Me detuve en mi taquilla para agarrar los libros mientras el rubio me miraba.

-¿Qué?
-La voy a invitar.
-¿A quién?
-¿¿Ya lo has olvidado?? ¡A Elisabeth!
-Aaaah, coño, ya sabía. ¿La vas a invitar entonces?
-Sí, pero para que no estés tan pesado.
-Tomaaa.

El día continuó normal, Naelson y yo con nuestras mierdas tranquilos y Elisabeth con sus mierdas no tan tranquila.

A la hora del almuerzo me acerqué a ella con mi bandeja de comida y me senté junto a ella empujando un poco a las interesadas que tenía al lado molestándola.

-¿Puedes hablar modelo?

Ella asintió con rapidez, yo me levanté de nuevo, agarré mi bandeja y la agarré a ella por la mano llevándola a mi mesa con Naelson.

-La cosa, esta mañana me preguntaste algo, lo he pensado, y bueno, dale las gracias a él.

Señalé a Naelson y ella le sonrió agradecida para luego darme un abrazo rápido.

-¡Gracias gracias gracias!
-Sí, Emm.. Ya, no es gratis eh modelo. Me debes una.
-¡Claro! Lo que quieras.

Asentí y ella se quedó a comer con nosotros. Más tarde volvimos a clase. El resto del día fue relativamente normal. Chicas acosando a la modelo solo por interés, chicos haciendo comentaros fuera de lugar, y Naelson y yo cuidando que no se coman cual ovejita indefensa.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 17 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Una historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora