I.

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12 mayo 2022

Olivia torres.

Hoy era un día muy especial, me mudare a Barcelona porque me iré de intercambio.
Soy muy buena en la universidad, la carrera que estaba estudiando era licenciatura en fotografía. Me emocionaba mucho ir también porque en Barcelona se encontraba mi mejor amigo, el hombre que yo más quería.
Estuve haciendo la maleta hasta que mi mamá me habló para comer.

-Ahorita que acabes de comer nos vamos al aeropuerto liv.- dijo mi mamá recogiendo su plato de la mesa

-Claro, solo me lavo los dientes y vamos.

Subí a mi habitación a lavarme los dientes, llevaba puesto algo cómodo, un pans gris y una camisa blanca sencilla.
Baje y mi mamá me llevo al aeropuerto, estuvimos esperando a que anunciaran mi vuelo.

-Vuelo A Barcelona- anunciaban por los altavoces.

-Llamame siempre, hija.

-Claro mami, te llamaré cuando pueda, haré lo posible para hacerlo todos los días.

-Si necesitas algo no dudes en llamarme, o si necesitas hablar, solo llámame, te voy a extrañar hija.- dijo mi madre abrazándome

-Y yo a tí mami, pero es hora de irme, o perderé el vuelo.- dije dejándola de abrazar, nos despedimos para ahora sí poder subir al avión.

Una nueva etapa iba a comenzar en mi vida, una nueva etapa que me emocionaba vivir.

El vuelo fue como de 7 horas alrededor, cuando llegue a Barcelona no dude en llamar a mi mejor amigo, Ferran.

Narrador omnisciente

-Liv- grito Ferran para que la nombrada pudiera verlo.

-Fer- Olivia corrió a los brazos de el chico, el chico no tardó en corresponder el abrazo.

-Dios te extrañe bastante liv- dijo aquel separandose del abrazo.

-Yo a tí.

-Vamos, anda que tenemos muchas cosas de que platicar.

Olivia torres

Subimos al auto de ferran, estuvimos todo el camino poniéndonos al tanto de nuestras vidas. Me conto que lo habían fichado en el equipo del Barcelona. Y que estaba muy emocionado porque lo fuera a ver en su siguiente partido.

Llegamos a mi nuevo departamento, ferran había insistido en que me quedara con él, pero no acepte, prefería tener mi espacio.

-Es bastante lindo- dije entrando al departamento.

-Aún puedes aceptar quedarte en mi casa liv-intento convencer ferran

-de verdad, no hace falta Fer, sabes que me gusta estar sola.

-Bien, bajemos las cosas del carro.- Ferran fue directo a la cajuela del auto para empezar a bajar las maletas.

Después de un rato más platicando con ferran tuvo que irse, ya que tenía entrenamiento. Me invitó a cenar, a lo que obvio acepte. Dijo que me pasaría a buscar a las 8:30, así que mientras acomodaría mi ropa.

Ya eran las 7:30 así que decidí empezarme a alistar porque conociéndome sabía que se me haría tarde. Me di una ducha rápida, me puse un vestido blanco un poco corto, unos tacones blancos y el cabello me lo deje suelto. Me puse un poco de maquillaje y acabe justo a tiempo. Ferran aparco fuera de mi departamento para mandarme mensaje para que saliera. Salí y subí al auto de mi mejor amigo.

-Que linda estas liv.

-Gracias, igual tú Fer- conteste con una sonrisa.

Arranco el auto mientras íbamos cantando canciones de Bad Bunny a todo pulmón.
Aparco el auto en un restaurante muy lindo a decir verdad, bajamos y nos sentamos en la mesa que había reservado Ferran.

-Es muy lindo todo- dije observando el lugar.

-Si está muy lindo.

Ordenamos lo que queríamos de comer, la verdad es que extrañaba tanto estos momentos, lo extrañaba bastante a él.

-Cuando acabemos de cenar vamos a mi casa, sira está ansiosa por verte.-Dijo Ferran con la sonrisa más grande.

-Claro, me parece bien- seguimos comiendo mientras platicamos, acabamos de comer y nos fuimos directo a la casa de ferran. La casa era muy linda, era muy grande y estaba pintada de color blanco, estaba igualita a la última vez que vine. Bajamos del auto y entramos en la casa, conversamos un rato.

-Sigues con la esperanza de encontrarlo algún día, liv?- pregunto intrigado Ferran

-A quién?- respondí, rogando para que no nombrara a aquel niño.

-Ya sabes, a Pedro.

-Oh, no claro que no, ya ni lo recordaba mucho- solté una risa nerviosa.

En ese momento sonó el timbre, ferran fue a abrir, me dejó ver qué era Sira, la novia de mi mejor amigo.

-¡Liv!- Sira corrió a abrazarme.

-Te extrañe bastante Sira.

-Yo a tí pequeñita.

Pasamos un rato más platicando los tres, me hacía muy bien hablar todo con ellos. En la anterior ciudad no tenía tantos amigos, y los que tenía no eran de mucha confianza.
Un rato después me llevaron a mi departamento, ya que era tarde y mañana me tendría que levantar temprano para poder ir a comprar los libros de la universidad.

Mi chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora