Divagando en nuestros sueños.

¡Despierta!

Me posiciono junto a la vista que da a mi balcón. Miro la luna, yace despejada y muy iluminada. Siempre tan iluminada entre tanto vacío y oscuridad.

Es de madrugada.
Mi reloj marca las 4:00am

Voy a mi mesa de noche, enciendo mi lámpara para luego tomar mi hoja en blanco y escribo, escribo, escribo hasta que se hace las 6:00am.

Cuando me di cuenta estoy envuelta en hojas arrugadas y muchas en mi escritorio.

¿Es bueno sentirse tan perdida?

Me voy a las ducha tomando un largo baño relajante.

A los 15 minutos ya estoy lista

—Giustina, ven y desayuna —mi nana me dice dándome un platillo blanco con un sándwich relleno de mucha lechuga y atún.

Me siento y lo como junto a un vaso de jugo natural.

—¿Sabes? —me mira fijamente para luego sentarse a mi lado — Es hora de despertar. Ya van 3 años de más de lo mismo.

La miro y le hago un chasquido con la boca y ella automáticamente sabe que no quiero hablar.

—Debes valorar más lo que tienes en frente. Valorar a los que darían todo por no hacerte sufrir —me levanto de un salto dejando todo en la mesa sucio.

Me voy pero como ella es más testaruda me grita.

—¡Despierta!