Noah Lemaire ♡

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Noah Lemaire, hija única de Jake Lemaire, un reconocido traficante de armas en Francia y de Hinata Maaya, quien falleció cuando ella nació.
Ahora tiene que viajar a Japón como intermediaria en un negocio entre Bonten y la mafia de su padre que trata de un intercambio de las armas fabricadas por la mafia Lemaire y narcóticos de Bonten.

–no te confies, esos hombres son peligrosos –ordenó el hombre tras la línea.

–no lo haré papá –respondió Noah.
El avión anuncia su aterrizaje mientras Noah cuelga y se coloca el cinturón de seguridad.

"Que miedo" piensa la pelirroja.
No me malinterpreten, a Noah no le asustan las alturas; tiene miedo de que las cosas no salgan tan bien como se planeó. A oído hablar de Bonten y sus ejecutivos y sobre todo de lo dementes que están. No quiere decepcionar a su padre.

El avión aterriza y Noah es de las primeras en bajar junto con su guardaespaldas.
Un Range Rover negro conducida por un chófer la recoge para llevarla al hotel previamente reservado por su padre, Jake.

Al llegar,  su guardaespaldas se bajó para abrirle la puerta. Los ojos grises de Noah se posaron en los rosales que decoraban el lindo lugar.
Caminó hasta el vestíbulo donde le entregaron las llaves de la suite, luego ella y su guardaespaldas subieron al elevador, pero antes de que las puertas se cerraran una mano interrumpió forzando las puertas a abrirse nuevamente.

POV. Noah
Un hombre de cabello rosa con mullet, preciosos ojos azules y cicatrices en ambos lados de sus labios abrió las puertas del elevador y entró con la respiración agitada.
–buenas –saludó el hombre con un ademán.
–buen día –saludé de igual forma.
Esperamos hasta que el elevador se detuvo en el penúltimo piso y bajamos mi guardaespaldas y yo.
–bay bay~ –se despidió el pelirosa con una sonrisa ladina.
Confundida hice un gesto con la mano despidiéndome de él mientras las puertas se cerraban.

Entré a mi habitación con mi maleta y  me preparé para la reunión con Bonten.
Después de ducharme me puse una falda negra, pegada que me llegaba hasta las rodillas, una blusa blanca de botones de manga larga y encima me puse un saco negro.

Después de ducharme me puse una falda negra, pegada que me llegaba hasta las rodillas, una blusa blanca de botones de manga larga y encima me puse un saco negro

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Mi guardaespaldas tocó la puerta para avisarme que ya era hora de irnos. Tomé mi arma y la escondí en el tirante de mi falda mientras salía.

Adam, mi guardaespaldas, me guió al estacionamiento donde el chófer nos esperaba para llevarnos al edificio de Bonten.

–señorita Lemaire –me llamó Adam entregándome unos papeles –los envió su padre. Son tanto el presupuesto como la cantidad de armas y las marcas de estas.

Asentí mientras ojeaba los papeles.
–¿Qué hay de la información que te pedí de Bonten? –le pregunté.

–la tengo –respondió –los ejecutivos son ocho, cinco ejecutivos, el segundo al mando, el consejero y el líder, Manjiro Sano conocido como Mikey.

Lo escuchaba atentamente hablar de los miembros de Bonten hasta que llegamos a un edificio bastante alto en medio de la ciudad.

–Llegamos –dijo Adam mientras me habría la puerta para salir.

–gracias –dije al bajar, dando golpesitos en su hombro. Entramos y nos recibió una mujer joven bastante dotada y linda.

–Bienvenidos –dijo tras el recibidor –¿les puedo ayudar en algo?

–tenemos una reunión con los ejecutivos –respondió Adam.

–su nombre, por favor –pidió amablemente.

–Noah Lemaire –dije con una sonrisa.

–¡Oh! Claro –exclamó la chica con una enorme sonrisa –esperen un momento por favor, le avisaré a los ejecutivos de su llegada.

Asentí y la chica utilizó el teléfono de su escritorio para avisar.
Después de unos segundos, salió de detrás del recibidor y se paró frente a nosotros.

–Bonten la espera en el piso 24, señorita Lemaire –dijo en un tono dulce –uno de los guardias la guiará a usted y a su acompañante.

Asentí y Adam y yo entramos al elevador, Adam presionó el botón "24" que indicaba el último piso y esperamos a llegar.

El elevador se detuvo en el piso 17 y entró un hombre delgado de cabello largo y platinado con un tatuaje de carta hanafuda en la parte rapada de su cabeza; supe de inmediato que se trataba de Kokonoi Hajime, uno de los ejecutivos apodado "genio del dinero"

Kokonoi me miró de pies a cabeza sin vergüenza alguna y cuando me miró a los ojos alzó una ceja.

–no te había visto antes ¿Qué hace tal lindura peliroja por aquí? –preguntó con picardia y una sonrisa ladina.

–Kokonoi Hajime, no te miras tan atrevido a decir verdad –respondí con la misma sonrisa y tono burlón –¿Bonten no es muy preventivo, cierto?

Kokonoi se mantuvo impasible y eso me molestó un poco.

–¿cuál es tu nombre? –cuestiona mientras la puerta del elevador se detiene por fin en el último piso.

–Noah Lemaire –respondí mientras salía con Adam y Kokonoi tras de mí.

–oooh, ya veo –musita sorprendido –¿así que tu eres la intermediaria? No imaginé que Jake fuera a enviar a su esposa.

–soy su hija –respondo fulminándolo con la mirada.

–ya, ya, no te enojes que no sabía –dijo alzando sus manos en son de paz –no te pareces mucho a él.

–ya me lo han dicho –respondí en un tono monótono –¿dónde está la sala de reuniones?

–sígueme, linda –habló comenzando a caminar.

Lo seguí y entramos a una sala con una mesa enorme en medio, al rededor habían bastantes sillas las cuales estaban ocupadas por hombres con apariencias bastante excéntricas.
Reconocía a la mayoría. En la cabecera estaba sentado Manjiro quién se levantó cuando entré y caminó hacia mí acomodándose el saco.

–Lemaire Noah –habló en japonés extendiendo su mano para que la estrechara –me da gusto conocerte, tu padre nos a hablado de ti.

Estreché su mano con una sonrisa.
–Manjiro, también e oído de ustedes.
"Aunque más bien lo investigué" pensé.

–puedes sentarte –Manjiro arrastró hacia atrás una de las sillas para que me sentara y eso hice.

–muy bien, señorita Lemaire –habló Kokonoi –¿gusta algo de tomar?

–no, gracias –rechacé de inmediato –mejor vayamos al grano.

Kokonoi dejó escapar una risa ronca y profunda y se inclinó hacia mí desde su silla con una sonrisa ladina.

–bie- –fue interrumpido por cierto pelirosa que entró de forma abrupta a la sala con el cabello y la ropa desordenados y la respiración agitada. Empiezo a creer que lo veré con la respiración agitada siempre.

–lamento llegar tarde –dijo sentándose del lado derecho de Manjiro.

–que no vuelva a pasar –escuché decir a Manjiro entre dientes.

El pelirosa levantó la cabeza y me miró sorprendido por unos segundos para después fruncir el ceño.

–¿ella es el intermediario del que nos habló Jake?

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El prólogo del problema| Bonten×OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora