"77"

326 43 0
                                    

Narra Fabián Hoffman

—Hermanos —pronunció con su semblante serio

Jake corrió hacía nosotros y se posó detrás de mí, tomé la mano de Grecia y la presioné un poco

—¿Qué haces aquí? —le pregunté

La irá me recorrió al solo recordar todo lo que ha hecho, y que aún no lo he confrontado; no lo he hecho por Grecia y Elena, soy capaz de hacerle cualquier cosa pero también sé que llevamos la misma sangre, aunque sienta odio por el.

—Vine a verlos, hola Jake —el niño me miró y se cubrió más con mi cuerpo

—papá... —me susurró. Me gire un poco y le puse atención —si está aquí tal vez mi papá Albert este también

Tenía lógica. Su hermana tiene siete meses de embarazo y no se había aparecido por aquí, ni siquiera había llamado.

—¿Por qué viniste a vernos Luca? —Hablo Grecia. Él miró su pancita y suspiró

—Se que lo saben. Saben lo que hice, hace nueve años —ella se tensa en su lugar y siento como presiona mi mano

—Y aún no puedo creer eso de ti —dice con lágrimas en los ojos —Iba a...matarme. Me quitó a mi hijo.. Secuestro a nuestra madre y todo lo que hizo antes... —dejó salir sus lágrimas —Nunca pensé que fueras capaz de algo así... Siempre fuiste el hermano protector y de pronto...

—Mi esposa y mi hija corrían peligro —se acercó y me puse frente a Grecia —Eras tú o mis hijos

—Eso no justifica lo que me hiciste, lo que nos hiciste Luca.

—Pudimos haberlo resuelto, si tan solo no te hubieras dejado convencer por el —dije —Y créeme que me decepciona

—Me di cuenta que no le importo, ni yo ni tú y nuestros hijos —me miró a los ojos —Me dejé llevar por el miedo y luego por el dinero, pero llevó todos estos años viendo cómo se aprovechó de mi para llevarse a mi hermana y quitarles a Jake. Perdóname

—¿Dónde está Albert? —hablé enseguida

Se quedó en silencio. Tenía un semblante de arrepentimiento, pero eso ya no valía, ya el mal está hecho, y nada puede cambiar lo que hizo.

—Luca ¿Donde esta Albert?

—Quisiera haber recapacitado antes

—Luca —Grecia dió un paso hacia el frente —¿De qué hablas? ¿Qué otra cosa hiciste? ¡Luca!

—Lo siento hermana. Solo venía a pedir perdón. Porque como dije, ustedes o mis hijos

Dio media vuelta y salió del jardín a toda marcha. Apreté mis puños y mi impulso de seguirlo se hizo presente. Tenía que hacerlo, pero, una mala idea cruzó mi mente ¿Cómo entró en la hacienda y los guardias no me avisaron de su llegada?

Miré a Grecia y estaba llorando. Jake miraba el suelo y jugaba nerviosamente con sus manitos, me puse a su altura y tomé sus mejillas.

—Oye campeón, todo está bien ¿Si? —asintió —Necesito que cuides a Grecia, llévala a descansar a la habitación, y no te alejas de ella ¿Si? ¿Me harías ese favor?

Asintió
—Yo voy a cuidarlas —dijo seguro de sí mismo

—Gracias hijo

Me levanté y saqué mi teléfono enseguida. Sabía que aún no había salido de los límites de la hacienda. Llamé al guardia que maneja la entrada.

—No lo dejen salir —oí su respuesta positiva y colgué enseguida

—Fabián —mire a mi esposa —¿Qué haces? No cometas una locura...

—Tranquila, recuerda que debes estar tranquila —acaricié su mejilla

—Pero...

—Jake lleva a tu mamá adentro —el asintió y tomó la mano de Grecia

—Fabián...

—Todo estará bien —besé su frente y salí directo a una camioneta para llegar a la reja principal

Conduje rápidamente hacia allí, baje de la camioneta y lo ví recostado en su auto.









Narra Grecia Evans

Entramos en la habitación y mi hijo me obligó a sentarme en la cama, subió mis pies al mismo y puso una fina sábana sobre mis piernas.

—¿Te sientes bien? —se sentó a mi lado

Era un niño excepcional, no me cabía la alegría cuando actuaba así, se parecía a Fabián en ese aspecto, se preocupa y siempre intenta que este comoda, yo y su futura hermana.

—Si, no te preocupes —acaricio su cabello

Quería transmitirle que estaba tranquila, pero no era cierto, estaba muy, muy nerviosa por lo que pudiera pasar entre Luca y Fabián en ese momento: además de que estaba sola con el niño ahora.

Jake me sonrió y puso una de sus manos en mi panza, a veces le hablaba a su hermana.

—Hola —sonrió contra mi vientre —¿Cómo estás hermanita? ¿Cuando voy a conocerteeee? —alargó la última palabra sacándome una sonrisa

La bebé ya parecía conocer su voz, tanto como la de Fabián, ya que sentí como se empezó a mover, sonreí.

—Observa —tomé su mano y la puse sobre mi lado derecho —Se está moviendo, continúa hablándole

Sus ojos brillaron al notar cómo pateaba contra su mano.

—Nace rápido, quiero jugar con alguien. Aquí tenemos caballos y una piscina, papá nos puede enseñar cómo subir en tequila —rió al decir lo último, cuando mencionó el viejo caballo de Fabián —¿Cómo va a llamarse? —se sentó en la cama y me observó

Eso no lo había pensado...

—¿No lo sabes? —negué, rodó los ojos y me rei, ya que el mismo gesto lo hacía yo al rodar los ojos igual

—¿Tienes uno en mente? —entre cerré mis ojos en su dirección

Asintió rápidamente

—Si estaba pensando en...

Iba a responder sorprendida, pero un extraño sonido que provenía de afuera de la habitación me alarmó

—Yo voy —iba a bajarse de la cama pero lo detuve

—No, por favor mi amor. Quédate aquí. —asintió poco convencido —¡¿Fabián?! —grité en dirección a la puerta

Oí disparos que parecían provenir de la parte de afuera de la casa. Apreté las manos sobre la cama.

Se volvió a oír el mismo sonido, pero se oía fuera de la habitación, y pude confirmar que se trataba de un arma, siendo cargada

Me levanté rápido y jale a Jake hacia el baño, nos encerramos ahí y pase el seguro. Con mi teléfono en mano busque el contacto de Fabián.

—Hay alguien afuera —habló mi hijo asustado, le hice señas de que hiciera silencio

Intente marcar, y oí el teléfono de mi marido sonar desde la habitación

—¿Es Fabián? —miré a mi hijo

Algo no estaba bien, al gritar su nombre hubiera respondido. Haber oído disparos me tenía temblando.

Apagué mi teléfono. Pero el miedo me recorre al abrirse la puerta y ver a quien tenía frente a mí, habían pasado años pero su rostro no se borraba de mi memoria.

—Gabriela

Una sonrisa llena de maldad se firmó en sus labios, mientras yo solo tomé la mano de Jake y lo acerqué a mi. Mire su arma en su mano, soltó una pequeña risa y nos a ambos

—Hola, señora Hoffman

Una Vida a tu Lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora