3° Capitulo. ⚠️🔞

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Los besos comenzaron a intensificarse más, cuando Suleimán mordió con suavidad el labio inferior del contrario, para que éste abriera su boca. La lengua del mayor aprovechó para juntarse con la ajena, provocando indecorosos sonidos que resonaban en la habitación.

—S-sultán, espere - soltó entre jadeos, mientras el nombrado presionaba más el agarre de su cintura.

—Ibrahim, ¿Realmente quieres que me detenga ahora? -Dijo de forma provocativa y seductora.

Volvió a aprisionar los labios del menor, aprovechando el momento de vacilación ante aquella interrogante.
Con lentitud, guío al joven hasta la gran cama cerca de ellos, para recostarlo en un repentino y sutil empujón.

Dicha acción lo sorprendió aún más cuando el sultán se posicionó sobre él, aprisionando su cuerpo contra las finas sábanas del tálamo.

—Su majestad...

—Mi nombre.

—¿Eh?

-Llámame por mi nombre, Ibrahim. - su voz tenía un tono demandante.

—S-suleimán. —Sus mejillas se tiñeron un poco más al llamarlo de esa manera tan íntima.

—Bien. —se aproximó a su oído — Ésta noche te permito utilizar solo mi nombre para dirigirte a mi. Aunque... no permitiré que te oigas tan apacible.

Un escalofrío recorrió toda su espalda al sentir la respiración del monarca tan cerca. Y sin esperar más, sus labios fueron nuevamente unidos, mientras sus lenguas danzaban dulcemente entre sí.

Las finas prendas comenzaban a caer una a una por los bordes de la cama, quedando ambos amantes con la pasión a flor de piel.

Suleimán se dispuso a ver su creación, y en como había convertido en un desastre a su habitualmente pulcro acompañante. Con la respiración agitada, las pupilas dilatadas y la boca entreabierta, con su blanquecina piel totalmente al descubierto.

—Por favor, no me mire así. — La vergüenza hizo un poco de las suyas al sentir tal mirada sobre su cuerpo.

—Es la primera vez que estoy con un hombre, y además, ese hombre es mi mejor amigo Ibrahim. —Acorto más la distancia que había entre sus miradas—. ¿Cómo esperas que no me tomé el tiempo de deleitarme, en el tal estado en el que te dejé?

El joven envolvió sus brazos en el cuello del contrario, para comenzar otro lujurioso beso, aunque algo corto.

—Esta noche... me entrego a su majestad, puede hacerme lo que usted desee.

—Es lo que estoy haciendo ahora, y voy a hacer que tú lo disfrutes y experimentes conmigo  — le respondió con una suave sonrisa, mientras sus ojos aún reflejaban el deseo recientemente provocado.

Unos momentos después de comenzar con el ritual de unión, Suleimán ya no podía esperar para unirse realmente con su amante.

Al intentar introducir su miembro por el único orificio disponible para tal acto, notó que estaba un poco estrecho y seco. Al ver las pequeñas muecas de dolor en su acompañante causadas por solo un poco de intromisión, se detuvo por un momento.

—(Con las mujeres suele estar bastante húmedo ahí abajo. Tal vez... si logro algo parecido ahora, funcione) — Una de sus ideas parecía la más indicada para hallar una solución rápida, así que sus ojos buscaron con rapidez a su alrededor.

Su mirada captó las bandejas con bocadillos en la mesa, lo cual le hizo pensar en algo que podría funcionar.

Se puso de pie para ir a la mesa en busca de algo, dejando momentáneamente aturdido a la persona que se encontraba entre las sábanas.
Al regresar sobre el cuerpo ajeno, fue depositando tiernos besos desde el cuello, hasta el abdomen.

—Trata de relajar un poco tú cuerpo Ibrahim — habló con suavidad.

—Suleimán, que va a-ah — sus palabras fueron interrumpidas al sentir como un lugar estaba siendo profanado.

Una sustancia aceitosa y un poco viscosa se encontraba entre los dedos del sultán y el orificio a preparar.

—¡Ah! E-espere Suleimán, ese lugar... — Las palabras se negaban a salir correctamente de sus labios.

—No te preocupes, estoy siendo gentil, solo trata de relajarte para que sea más fácil.

Los jadeos eran cada vez un poco más audibles, siendo provocados por cada movimiento de los dedos que se encontraban explorando su interior.

Unos momentos después de haber comenzado esa preparación, el mayor alineó su miembro con el lugar ahora dilatado.

—Aquí voy Ibrahim. — Comenzó a ingresar lentamente por el estrecho lugar.

—¡Ah! A-aguarde, creo que es un poco ah. —Su mente y su cuerpo estaban aturdidos por la oleada de sensaciones.

—(Éste método si funcionó. Solo un poco más..) — Una pequeña estocada dio por hecho que toda su longitud estaba completamente dentro del cuerpo ajeno.

—Ah, Ibrahim, está un poco apretado y caliente en tú interior. — La pasión ya se había apoderado por completo del soberano. - Se siente increíble estar unido a ti, ah.

—Su majestad, hágame suyo de una vez, por favor-. Pedía entre gemidos. — Y-ya no puedo esperar más.

—No me provoques, Ibrahim. — Dio una profunda estocada.

—¡Ah!

—No te quejes si no puedo contenerme después, acuérdate que... — se acercó más a sus labios-. Tú lo pediste.

Sus labios volvieron a unirse en la pasión, mientras sus cuerpos chocaban desesperadamente, buscando el placer mutuo.
Numerosas marcas fueron quedando en la blanquecina piel del antiguo halconero, manchas muy visibles y dispersas que parecían demostrar a quien pertenecía.

Una Velada Para Recordar (Suleimán x Ibrahim)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora