La luz de un farol ilumina mi sombra, que al compás de mis pasos recorre las calles silenciosas. Llego a la cuadra más familiar, un perro blanco con manchas en su rostro, me mira fijamente puedo notar su intensidad y amigabilidad. Mi fiel compañero me sigue a paso corto y lento el trayecto a casa.
Abro la puerta oscura patinada y siento esa cálida sensación de estar en el hogar , mis piernas invitan a pasar a mi recamara.
Mi cuerpo no se resiste a la cama de pino, cubierto de un acolchado de plumas, que tengo delante de mí y caigo rendida porque sé que el sueño me habitara con su ropaje blanco. Entre sueño lo vivido en esta larga jornada empieza a reavivarse.
El agudo sonido de mi mejor amiga me alarma y me obliga a levantarme.
Apoyo lentamente mis pies sobre el suelo, se puede sentir el frió del mármol blanco. Todavía sin abrir completamente los ojos, me pongo las pantuflas y voy hacia la puerta.
El grito me altera
- ¡CUÉNTAME TODO JENNA SMITH! ... ¿Qué paso? ¿Cómo estuvo la fiesta? ¿El estaba?
Sus preguntas no activaban mi cerebro dormido, como odiaba que me llamara por mi nombre completo.
Son las 11 de la mañana y me viene a gritar a mi puerta –pienso-
- Pasa y te cuento, pero primero déjame tomar un café
- Dale, yo quiero uno también- me responde entusiasmada mirándome con sus ojos bien abiertos
- ...Me parece que te vendrá mejor un tranquilizante Mery
- Muy graciosa- dice sarcásticamente.
Ya en la cocina, preparo el café y logro encontrar un poco de manteca y pan lactal, le pregunto a Mery si quiere algo de comer
- No, un café solo, gracias –responde ya más calmada.
Terminamos el desayuno y le empiezo a contar de la fiesta de anoche, no había mucho que contar, amigos borrachos etc.
- ¿Pero él estaba?
Mis manos empezaron a temblar y mis mejillas tomaron un color rojizo. Siempre me pasa cuando menciona su nombre, John Biersnak me gusta hace 9 años, desde segundo grado, sus ojos marrones y cabellera rubia me enamoran, no ,el no es el típico rubio ojos celestes o verdes. El es diferente... se podría decir que somos amigos porque tenemos buena relación.
- Si... hablamos pero nada- le digo
- ¿Jenna cuando vas a romper el hielo? Yo puedo hablar con Harold que es amigo de John.
- No, gracias, no quiero meter a tu novio, prefiero yo manejar mi tema de timidez con John.
No podía dejar de pensar en el, en lo lindo que estaba en la fiesta de Ken, mi compañero de clase, nada lindo pero muy buen amigo.
Nos quedamos hablando hasta el mediodía, y ya me había agarrado apetito
- ¿Mery vamos a comer algo?- le pregunto
- Bueno, pero ¿A dónde?
- ¡Estamos en Londres! Hay miles de lugares. Recorramos un poco y vemos donde
Mery asiente.
Regreso a mi habitacion y me cambio, me pongo algo casual, una blusa blanca, unos jeans ajustados y unas vans rosas. Pensaba atarme el pelo, pero mi mama me dice que siempre lo tenga suelto porque es muy lacio y lo tengo que lucir, es castaño claro, pero finalmente me pongo una chalina celeste para acompañar. Vuelvo a la cocina y recojo las llaves.
Le aviso a mi madre que me iba a comer algo con Mery, que después volvía. Ella me contesto desde su habitacion con su voz todavía dormida, ya que trabajaba hasta tarde de guardia en un hospital, me respondió que no había problema, abrimos la puerta y nos fuimos.
En el camino Mery me habla sobre Harold, yo asentía sin prestar demasiada atención, no podía sacarme de la cabeza a John, en su mirada cuando me hablaba, era algo que me atraía.
- ¿Jenna te parece comer algo acá?
Era un lugar muy pintoresco, una casa antigua reciclada, transformada en un pequeño restaurante, paredes blancas ,con columnas blancas y una gran puerta de madera.
- Esta bien – le contesto
Nos sentamos en una mesa afuera. Mientras esperábamos a que nos atendieran saco mi teléfono, tenía un mensaje de mi padre:
"Hija soy papa, estoy en la ruta todavía, estaré llegando en 2 horas, te paso a buscar a la casa de tu madre así cenamos juntos. Besos".
Mi padre trabajaba en un edificio en el centro, pero tenía que irse de viaje al sur de Londres por una semana y hoy volvía. Mis padres se separaron poco después de que yo nací, pero siguen siendo amigos, por suerte.
¿Buenas tardes le ofrezco la carta? – nos pregunta el mozo, una voz muy familiar, al levantar la mirada, era John
- Jenna y Mery!- dijo muy sorprendido- ¡me alegra verlas!
- Jo...hn- logro decir
- ¿Cómo les va? ¿Qué les traigo?
- 2 capuchinos por favor- llego a decir Mery porque yo no podía hablar- y John siéntate con nosotras.
- Si Jenna no tiene problema... -dice con su sonrisa blanca
- Nono ninguno – le respondo
- Bueno ahora les traigo los capuchinos y hablamos
- Esta vez te luciste- le llegue a decir a Mery después de que John entro.
- Lose, soy la mejor amiga del mundo- me dice acariciándose su melena rubia
Al fin iba a poder hablar con John devuelta, en la fiesta no habíamos hablado casi nada. Con John éramos buenos amigos de esos que están siempre pero mis posibilidades de estar con él son nulas.
- Bueno dos capuchinos para las chicas- dijo con amabilidad
- Gracias – dije cuando me lo sirvió.
Hubo unos minutos de silencio
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Alas
Romance"No me quedan fuerzas para forzar mas todo esto, no siento lo mismo" soy nueva en esto disfruten de mi propia novela...todos los derechos de autor reservados sigan en tw: viole_lerena