Mapas (Ensayo)

10 2 1
                                    

Varados en el desierto de una idea que nos condena a la incertidumbre es difícil razonar, es difícil respirar, es difícil encontrar el camino. Dicen que los idiotas se apresuran donde ángeles temen pisar… en la vida no hay señales de tránsito y la velocidad de las emociones solo la sentimos en el dolor del impacto, o en la profundidad de la herida, o en la marca de la cicatriz. Nunca conocemos hasta entonces la repercusión de un deseo.
Perderse es fácil cuando buscamos en el mundo sin encontrar en nuestro interior primero el mapa que nos enseñe lo imposible, lo inevitable, y lo necesario… y aprendamos a aceptarlo. Hay guías, si, pero nunca atajos, solo caminos que ya estaban escritos para nosotros. Encontraremos que el dolor es un maestro que enseña con la experiencia, se jacta de ser el mejor y sus enseñanzas son las únicas que siempre aciertan, que siempre importan, que siempre recordamos… parte de ellas las llevaremos a la tumba en nuestra piel.
Que un deseo es siempre un profeta ciego de lo inesperado y un aprendiz del azar. Hay que armarse de valor y voluntad para recorrer el camino que nos lleva a un sueño, y hasta de suerte si ese camino nos lleva a otra persona… somos bombas de deseos, impredecibles como fugaces, apaciguables como inevitables… la potencia de los sueños nos hace víctimas de nuestros infiernos y maestros de nuestros pasos.
No existe un camino cierto, o senderos superfluos de experiencias, solo malos aprendices de lo que un momento podía significar en la vida. “Nunca se sabe sino lo que se descubre”. Tenemos la capacidad de crear nuestros paraisos y la maldición de enlazar a ellos nuestros infiernos, del deseo nace el sufrimiento, según buda en las 4 grandes verdades. El camino se bifurca, los propósitos se nublan si no disfrutamos el viaje… y hay acompañantes que tanto nos pueden llevar al cielo en un pedazo de tierra como condenar nuestro mundo a nunca ver el amanecer.
Hay 3 grandes visiones de la vida que definen a una persona… quienes encontraron a alguien que se convirtió en su mundo y en su vida, quienes hicieron su vida sin nadie con quien compartir su mundo, y quienes encontraron a alguien que los iluminó y los dejó luego en total oscuridad por la inercia de acostumbrar su visión a luces ajenas… los 3 caminos son diferentes y sinceramente… ninguno vale la pena usarlo de lente en el proyector de nuestra obra… vive el momento aunque parezca budista, vive tu historia aunque parezca nihilista, vive tus sueños aunque parezca infantil, vive tu vida… pero si lo harás, hazlo con ganas. Y no busques un camino que te ilumine la vida, busca en tu interior una luz que te ilumine los pasos, porque el verdadero viaje comienza y termina en nosotros.

MapasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora