Vida de casados

Luna de miel~parte 3.

Era un día perfecto,todo listo para el mismo,el viaje,hotel, habitación,todo.

Elizabeth un día antes le había dicho a su esposo que hiciera una maleta de viaje ya que,al día siguiente viajarían en la madrugada.
Yuko les había dicho que todo estaba en orden pero que no se confíen demasiado.

_México era una ciudad un poco escandalosa en cuestión de robos,secuestros y demás,no podían asegurar un viaje perfectamente tranquilo._

–¡Amor!,¿estás listo?–llamaba Elizabeth desde la sala de estar–

En las escaleras se podía ver a un chico peliblanco moviendo la cola mientras bajaba con una mochila en brazos,no sabía a dónde irían así que trato de prepararse para todo tipo de ocasiones.
Estaba seguro de que su mochila pesaba más que el mundo entero.

Saliendo de su casa el carro de Yuko ya estaba instalado y listo para arrancar en la puerta de la misma.

–Asi que..¿que llevas en esa mochila mi pequeño gato?–pregunto juguetona a pesar de su semblante serio llendo hacia el antes nombrado acariciando su cabello–

–Una mochila de viajes.–dijo sin más mirando a la pelinegra que no paraba de tocarle la cabeza–

–Creo que ya deberíamos irnos,¿no Yuko?–

–No,el avión pasa en unas dos horas así que tenemos tiemp–

–Dije que ya nos debemos ir–agarró de la mano a Yuko arrastrándola hacia el carro para irse de una vez–

No mentiría que tenía un poco de celos,a pesar de que Mio pareciera no importarle el que lo acaricien o toquen no se permitía hacerlo,ya que,la intimidad era lo más valioso que una persona tenía,no podía simplemente llegar y tocarlo como si nada,ella se decidió a hacer ese tipo de cosas cuando lleguen a más allá de los besos y abrazos.

••• ••• •••

El avión volaba hacia su destino,México.
El peliblanco estaba neutral hacia el asunto,en su mente vacía solo había un pensamiento el cual le molestaba y le molestó durando el viaje.
Su pensamiento era
"No sé hablar español.."

Si bien en la escuela secundaria les enseñaban el idioma nunca fue bueno en eso,tan solo se sabe unas cuantas cosas,y hasta para decirlas le es difícil.
Y eso le llevo a preguntarse una cosa..

–¿Tú sabes hablar español?–Dijo mirando a la más alta quien miraba un comercial el cual trataba de unos chicos adolescentes que se hacían pasar por superheroes–

–¿Eh?,Ah,nunca te dije,lo siento–

–¿...?–

–¡Yo soy de México!–Dijo sonriente mirando al chico sin decir o hacer absolutamente nada ante lo dicho–

–Oh..,puedes..¿enseñarme?–dijo apenado sintiendo su corazón latir fuertemente y empezar a ruborizarse aunque su pregunta fuera tan normal–

–¡Claro!–

~∆}\~∆

El avión había llegado, pasó un día máximo y no tuvieron ningún tipo de problema.

Bajaron del avión siendo la primera Elizabeth emocionada por regresar a su país natal,irían directo al hotel.

Yuko había reservado una habitación matrimonial.

Al igual que les había encargado guardaespaldas por las dudas,así que fue un tanto sorprendente el como un carro negro último modelo se estacionó frente a ellos después de bajar del avión.

Sin embargo Yuko les llamo al instante para decirles que era su guardaespaldas y que lo llamaran cuando lo necesiten.
Parecían famosos o algo así.

-+)/-&

Llegaron al hotel,cinco estrellas,de los mejores que hay en la ciudad.
La gente los miraba atentamente cuando pasaron por la recepción a pedir la llave.

Y es que,¿quién no miraría a dos tipos los cuales llevan un guardaespaldas y que además uno de ellos es un gato casi albino?

Elizabeth estaba muy apenada al notar las miradas,la gente era muy fisgona así que no era de esperarse,hasta se empezaron a hacer murmullos entre la misma.

Elizabeth sabía lo que decían,pero se hacía parecer que no,no quería causar problemas en su día especial.

La chica de la recepción les había dado su llave,la 2108.
Llegaron y era una habitación literalmente gigante,una cama grande,tele grande,baño grande,terraza grande y hasta teléfono grande!

Estaban impresionados,nunca habían estado en un lugar tan grande y extremadamente caro.
Y el más asustado era el peliblanco,movía su cola frenéticamente apesar de estar erizada,nunca había estado en este tipo de lugares y es que,era muy lindo,la cama tenía forma de corazón y hasta había un tubo como el de los bomberos.
El fundador se esmeró bastante,pensó el gatuno.

Mientras que por otra parte Elizabeth estaba roja hasta los pies por ver ese tipo de "decoraciones" sabiendo que eran y para que.

Yuko le había dicho sobre que era una habitación exclusiva y que además era para un matrimonio recién.Para una luna de miel.

Mio se aproximó a la cama sentándose en ella casi sumergiéndose en la misma,era suave,y calientita que podría dormirse en ese mismo momento.
Pero su sueño se vió interrumpido por su esposa,quien lo veía divertida ayudándolo ya que la cama lo había succionado completamente.

–No te vayas a dormir cariño,¡aún tenemos que ir a explorar los parques!–

–Lo siento,pero ahora mismo esta cama me dice que no puedo dejarla sola–

–¿Acaso me estás engañando con una cama calentita?–dijo simulando llorar ante lo dicho–

El gato se quedó plasmado en su lugar por unos minutos.
Pensándolo bien,la cama no se veía tan cómoda..

Y así fueron a su primera parada,el parque acuático,no tenían hambre,y eso es lo único que estaba abierto por la hora.

Elizabeth llevaba un traje de baño de dos piezas,sombrero y lentes oscuros,se veía hermosa ante la gente y primeramente ante Mio.

En cambio,el peliblanco llevaba un suéter y pantalón largo,no saldría tan descubierto,eso estaba mal visto y no se atrevería a salir así.

Aunque cuando veía a la demás gente..todos llevaban trajes demasiado expuestos,no le gustaba,siempre creyó que era algo malo.

–¿Por qué los miras así?,no se ven mal–dijo la rubia sentándose en una de las camillas cerca de la piscina–

–Creo que están muy expuestos..,no pienso que se vean mal si no..–

–Tranquilo,esto es "normal" en este tipo de lugares,puede que parezca raro para alguien que apenas acaba de llegar pero,creeme,esto es más normal de lo que crees.–

–Y no es excusa para verte sin ese suéter y pantalón largo–dijo moviendo las manos mirando al peliblanco quien analizaba lo que acaba de decir, nuevamente sin entender–

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