Una experiencia sin igual

27 0 0
                                    

-          Annie, ¿estás segura que quieres hacer esto? Te juro que si no quieres yo no te obligaré – me dijo con mucha dulzura Antonio.

-          De verdad quiero, no hay nada que quiera más – le respondí. Era verdad, no había nada en este mundo que deseara más que entregarme a Antonio por completo, sentir su cuerpo tibio sobre mí.

 Antonio comenzó a desvestirme y yo sentía a cada momento que el corazón se me saldría de ansiedad por saber qué pasaría. Ambos éramos inexpertos en ese momento, así que nos comportábamos un tanto… raros.

-          Tranquila, mi amor. Mientras más tranquila estás, esto dolerá menos – Me dijo para tranquilizarme. Yo sabía que esto me iba a doler, lo tenía más que claro, pero lo único que rogaba era que el dolor no fuera tan intenso y poder disfrutar este momento. 

Comenzó a besarme cada centímetro de piel y parecía que en cada beso quería memorizarme completa. Mi cuerpo respondía ante cada beso y sentía que ya estaba preparada, así que lentamente hice que Antonio me moviera hacia la cama. Dando pasos perdidos logramos tumbarnos y de repente… sentí un dolor muy intenso en mi entrepierna, algo que jamás había sentido. No podía respirar, porque con cada respiro me dolía más y más y sólo rogaba que esa telita llamada himen de la que tanto he escuchado se rompiera y pudiera disfrutar. Hasta que el dolor terminó, y Antonio continuó amándome. De repente lo escuché hablar, pero no entendía lo que me decía. Agudicé mi oído y me di cuenta que mientras lo hacíamos me recitaba un poema. No sé mucho de poemas, pero éste de verdad era hermoso. Lo abracé con todas mis fuerzas y le dije cuanto lo amaba. Seguimos amándonos hasta que Antonio culminó.

-          Te amo mucho – le dije y acto seguido le di un beso que jamás se me olvidará.

-          Te amo también, mi Anastasia – me dijo –. Gracias por compartir algo tan lindo conmigo, jamás lo olvidaré – y me besó. 

Dicen que la primera vez jamás se olvida y ya entiendo por qué.

-          ¿Ana?, ¿Ana , te encuentras bien? – escucho de parte de Filomena y logro volver al tiempo presente.

-          Sí, lo siento. Jamás olvidaré esa noche con Antonio.

-          Te entiendo, pero ya debes superarlo. Hay mucha gente que te ama y te aseguro que queremos lo mejor para ti. Este será nuestro último año en la escuela, el último de la secundaria, y no puedes pasártelo sumida en la tristeza. Debes salir adelante, Annie, hazlo por tus amigos y más que nada por ti y tu felicidad. 

Filo tiene razón, éste será mi último año en la secundaria y debo estar bien. Debo salir adelante, ya que “aquel suceso” fue hace 1 año. –Quizás conozca a otro chico y… - pienso. ¡No, Anastasia! Antonio es y será el amor de mi vida, lo sé. Nadie podrá reemplazarlo jamás.

-          Tienes razón, debo salir adelante. Es nuestro último año, debemos pasarlo espectacular y hacer de éste un año inolvidable. Te quiero, Filo, y muchas gracias – le digo a mi amiga abrazándola.

-          De nada, siempre estaré para ti cuando me necesites – me respondió en el abrazo -. Ahora debo irme, mi mamá debe estar preocupándose porque es tarde y no he vuelto a casa.

Me despido de ella, la dejo en la puerta de mi casa y subo a mi dormitorio. Éste fue un día de muchas emociones y necesito descansar.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Mar 06, 2013 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Pasado inquietanteWhere stories live. Discover now