Parte Uno

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Tiene que dejar de morderse las uñas con la excusa de no tenerlas largas para poder tocar la guitarra.

Es una mala manía que su madre le reprocha desde pequeño, pero no puede evitar hacerlo todo el tiempo. Tal vez ayudaría de algo no estar jodidamente nervioso todo el rato. Siempre tiene algo en lo que pensar y que lo hace estar intranquilo.

Con las manos en los bolsillos de su jean azul extremadamente estrecho y sin quitarse sus gafas de sol negras, Harry entra al supermercado en busca de la brillante cena de esa noche.

Pizza congelada siempre era una buena opción.

Lleva meses sin ir a su casa en Holmes Chapel y sabe que es por no aguantar a su madre haciéndole preguntas constantes sobre su alimentación y el cómo le va la vida en Londres. Le iba bastante bien. De verdad.

Terminó su grado en producción musical en la gran ciudad, compatibilizándolo con un trabajo a media jornada tocando en una cafetería con su mejor amigo. Zayn era el que cantaba principalmente, pero Harry no ponía mucha oposición a hacer los coros. Le gustaba cantar y Zayn siempre le animaba a hacerlo, pero todavía le daba algo de vergüenza dar ese paso.

Actualmente trabaja a tiempo completo en una tienda de discos y vinilos. Quizás no era lo mejor ni para lo que había estudiado, pero acaba de salir de la carrera, por lo que conformarse con algo que se relaciona con la música no lo ve nada mal.

Sin embargo, no ha dejado ni por un momento atrás el sueño de todo músico. Triunfar en ella.

Quiere ser cantautor y guitarrista, pero su timidez de cara al público y su falta de presupuesto le impide lograrlo. Su familia le apoya, aunque no ocultan su preocupación ante la falta de oportunidades. La presión frenó un poco cuando consiguió un sueldo fijo que le permite vivir de manera humilde pero bastante tranquila.

En cualquier caso, ahora mismo acaba de salir del trabajo, son las ocho de la tarde y está cansado. Solo quiere llegar a su casa, comer y dormir como un bebé. Qué mejor plan de viernes que ese.

Acomodando el mechón de pelo que le cae por la frente detrás de la oreja al haberse salido de su moño mal hecho, se inclina hacia la zona de los congelados y agarra la primera pizza que ve. De camino a la caja, coge un par de cosas más que cree le hacen falta o simplemente sabe que se le antojarán en algún momento. No puede evitarlo.

Con un cordial asentimiento de cabeza, Harry paga su compra y se dirige a su apartamento pensando en qué hará mañana. Quizás un poco de composición por la mañana y noche de bar con Zayn y Liam. Suena bien para él.

Pensar en componer y tocar hace que tararee una canción mientras se acerca a su puerta, lo que le hace distraerse y no darse cuenta de la persona que sale del apartamento frente al suyo. No es hasta que oye unos pasos que se da la vuelta sorprendido.

Analiza al hombre que tiene enfrente y reza para no estar babeando en ese momento.

"H-Hola, no te había visto" Quiere que se lo trague la tierra. Los ojos más azules que ha visto en su vida le miran divertido a la vez que tímido justo cuando termina de cerrar la puerta.

Se ve absolutamente precioso. Sus pantalones negros vaqueros realzan sus curvas junto con la camisa blanca pegada que lleva; la cual apenas se ve, dado que el hombre algo más bajo que él cubre su cuerpo con una chaqueta vaquera bastante más grande de la que debería ser su talla.

"¿Qué canción era?" Harry abre los ojos cómicamente. Le ha escuchado, esto es vergonzoso. Sin embargo tiene que contestar para no parecer más idiota que de costumbre.

"¿La qué estaba tarareando?" El bonito castaño asiente adorablemente con una sonrisa. Harry no es tan fuerte "Bueno, e-es mía" Louis alza las cejas y sonríe más amplio, dejando asomar sus hermosas arruguitas al lado de sus ojos.

Right in front of us || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora