Su respiración agitada delataba lo agotado que se encontraba en ese momento. El pequeño príncipe había estado huyendo de algo que lo atemorizaba y por más que se ocultaba, eso siempre lo encontraba.
—¡Mamita! —gritaba el niño en cuanto aquella materia oscura aparecía repentinamente y se apoderaba de su cuerpo.
Al principio Elizabeth no sabía a qué le temía su hijo, hasta que Meliodas comprendió que aquello de lo que el pequeño huía asustadizo, era de su propio poder de oscuridad.

ESTÁS LEYENDO
Tristan Liones Headcanons
Short StoryHeadcanons y pequeños textos sobre el príncipe Tristan.