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⋇ 𝐏𝐞𝐧𝐧𝐞𝐝 𝐀𝐟𝐟𝐞𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧𝐬 ⋇

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Comenzó con una carta.

Después vinieron dos, luego tres.

A finales de mes, kunikuzushi había recibido cuatro cartas. Una carta para cada semana. Todas entregadas a él por una pequeña criatura con piel blanca como la nieve y ojos azules.

Un gatito se convirtió en el mensajero que entregaba cartas para él. Parecía increíble. Pensar que el príncipe de Inazuma usó un animal como una forma de entregar sus cartas, la idea sonaba absurda.

El propio Kunikuzushi al principio se quedó sorprendido.

Cuando la primera vez que un pequeño gato golpeó su ventana y dejó un pequeño pergamino, se sorprendió, sin palabras. Estaba confundido sobre lo que estaba pasando hacer. El gato solo se limitó a mirarlo a través del cristal.

Había una pequeña abertura entre la ventana y la pared de su habitación . Era tan pequeño hasta el punto de que casi nada podía pasar. Pero la carta sí podía con su capa tan fina y delicada. Kunikuzushi logró tomar la carta y la acarició con cariño.

Fue cauteloso, nadie fuera del Tenshukaku lo había visto nunca, estaba confundido sobre quién era el propietario de la carta.

El miedo persistía entre sus dedos.

Pasó su dedos por el suave papel, dejó escapar un suspiro vacilante, sus ojos miraron al gato por un breve momento.

El gato solo inclinó la cabeza mientras aún permanecía fuera de su ventana. No se molestó en entrar en su cálida habitación, no pudo evitar abrazar a la pobre criatura.

"Debe hacer frío estar afuera a esta hora," habló suavemente pero no permitiendo que el felino entrará aún.

Aún no tenía no tenía claro por qué el gato le entregó una carta ni de dónde venía. Quién era su dueño era un misterio para Kunikuzushi, apenas había visto gatos en toda su vida y especialmente no tan cerca.

La mayor parte del tiempo los gatos que veía vagaban por los jardines del Tenshukaku. Los animales callejeros no estaban permitidos dentro de las fronteras de Tenshukaku, pero su madre solo los dejaba en paz, La mayoría de los soldados y sirvientes los ignoraban, pero a veces los ahuyentaban.

A Kunikuzushi no se le permitía jugar con ellos, solo podía mirar. Con una expresión de anhelo en su rostro se preguntaba cómo se sentiría tocar su piel.

¿Era suave? ¿peludo? No lo sabía, pero deseaba tanto saberlo.

Aún a pesar de sentirse así hacía los animales, permaneció cauteloso. El gato y la carta se sentían tan confusos.

No estaba seguro de cómo reaccionaría su cuerpo cuando se acercara a los animales. Su madre nunca permitió que ningún tipo de criatura estuviera en el mismo espacio que él. Su naturaleza sobreprotectora es extremadamente paranoica ante lo qué pasaría ¿si?.

Pensando que el cuerpo de Kunikuzushi reaccionaría negativamente hacia ellos.

Ninguno de ellos sabía cómo respondería realmente su cuerpo cuando estuviera cerca de los animales. El propio Kunikuzushi no se atrevió a intentar averiguarlo.

De ninguna manera era un cobarde. No realmente, esperaba. Solo era cauteloso.

Con su condición tenía que serlo.

No fue una peculiaridad trivial que desarrolló de la nada, fue el resultado del entorno en el que creció y las situaciones que lo llevaron a mantenerse con vida. Era débil y lo sabía. Como tal, tenía que tener cuidado.

𝐓𝐨 𝐛𝐞 𝐅𝐫𝐞𝐞-𝘬𝘢𝘻𝘶𝘴𝘤𝘢𝘳𝘢 {𝓣𝓻𝓪𝓭𝓾𝓬𝓬𝓲𝓸́𝓷}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora