La venganza [Liza Báez x Luis Velody]

prologo

Una tragedia unió a estás 2 almas, sin embargo por mucho que intentas destruir a una persona, puede terminar destruyéndote a tí.
Es mañana unos pocos rayos de luz se asomaban por la ventana, el canto de los pájaros, ajenos al dolor dentro de esa habitación.
La puerta se abrió dejando ver a un hombre canoso que asomo su cabeza hacia el interior para ver a su pequeña hija envuelta en las sábanas.
—Hija—la llamó pero no obtuvo respuesta—Cariño despierta.
—Estoy despierta—se escuchó un susurro que hizo al hombre verla con melancolía.
—Preparé el desayuno para ti.
—No tengo hambre.
—Debes de comer, no puedes estar siempre así.
—Dame tiempo....por favor—pidió al mismo tiempo que una lágrima resbalaba por su mejilla de porcelana.
—De acuerdo, cuando quieras estaré abajo—la miró antes de cerrar la puerta.
Sin duda su niña estaba sufriendo.
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—Viniste Liza, te extrañamos tanto—Carlos la abrazo mientras dejaba un beso en su mejilla.
Ale y Carlos eran sus mejores amigos de la vida, la conocían en todos los sentidos, era su niña consentida.
La fiesta era un lugar impresionante, luces bebidas, sexo, alcohol.
La chica miraba todo con gran asombro hasta que la voz de su amigo la hizo girar viendo que saludaba a alguien.
—Me alegra que hayas venido Luis.
—Unos altibajos pero llegué—rió sin notar la presencia de la chica atrás de su amigo.
—Lo lamento, ella—tomó a la chica del brazo a la acercó a Luis—Ella es Liza Baez mi mejor amiga, Liza el es Luis Velázquez.
Su sonrisa se borró en ese momento, un escalofrío recorría su columna, "Velázquez" "Velázquez", ese apellido.
Con una mano temblorosa la acercó al chico quien la seguía viendo con una sonrisa boba.
—Encantado Liza—respondió cautivado por la belleza de la joven.
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Miles de pensamientos pasaban por su cabeza, odiaba el maldito sentimiento que él causaba en ella, pero debía mantenerse fuerte, el amor era solo una emoción que tenía que aprender a controlar, sin olvidar su verdadero propósito, que era vengar a su madre.
Pero fingir que lo amaba a veces era tan fácil, como si no lo estuviera haciendo, había que mantenerse firme hasta encontrar al asesino incluso si lo que sentía salía herido.
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—De acuerdo, no olvides nada—tenia el celular en llamada y sin darse cuanta Luis entro en la habitación.
Colgó de inmediato mientras el besaba su hombro.
—¿Con quién hablas nena?.
—Solo hablaba con Carlos de unas cosas de mi mamá—sonrió regalándole un beso.
—Aún me faltan cosas por saber sobre ti, tienes muchos secretos.
La chica solo río abrazándolo mientras en su mente solo pasaba una cosa "No más que los que guarda tu asquerosa familia".
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—Hola nena—se acercó a ella en un intento de abrazarla pero ella lo rechazó.
—¿Sucede algo?
—¿Lo conoces?—mostro una foto vieja y arrugada con sus pálidas manos temblorosas.
—Es mi tío, ¿Cómo tienes esa fotografía?—la miró confundido a lo que ella soltó una risa.
—Tenia que conocer la cara del asesino de mi madre—una lágrima rodó por su mejilla mientras él la miraba perplejo.
—¿De que estás hablando?
—Hace un año, entraron a mi casa, escuché los gritos de mi madre, rompieron todo a su alrededor, se llevaron nuestras cosas, y creí que todo había acabado y sabes que pasó—lo miró importante tratando de controlar su respiración.
—No se de que hablas, tranquilízate, hay que calmarnos, me estás asustando....—ni siquiera pudo terminar cuando la chica boto el jarrón que había en la mesita a lado de ellos.
—¡Tu maldito tío regresó y le disparó frente a mis ojos! ¡por las noches aún puedo sentir el calor de su sangre, lo viscosa que se sentía, veo sus ojos buscando la vida! ¡El la mató y no mostró siquiera piedad por ella!—su garganta se desgarró con el grito que soltó.
—Basta, no voy a creer semejante estupidez—la miró serio.
—Cree lo que quieras, busque venganza y la voy a tener—salió de la habitación dando un portazo.
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—Por fin despiertas.
El hombre tenía las manos amarradas a la silla al igual que los tobillos, la miraba con temor, estaba confundido, no tenía idea de en dónde estaba o de quién era la chica frente a sus ojos que lo miraba con odio y rencor.
—Se que tú no me conoces, pero yo si, soy Liza Baez.... Villarreal, ¿Conoces ese apellido? ¿Es lindo o no?—lo miró con una sonrisa burlona.
—No lo conozco, no te conozco, déjame ir.
—Yo se que si lo sabes maldito, Laurel Villarreal, ¿Te suena acaso?
—¿Yo no hice nada? ¿En dónde estoy?—forcejeaba con las cadenas pero le era imposible zafarse.
—En un lugar en dónde nadie escuchará tu dolor.
Metió su mano dentro de su bolso sacando un arma apuntando hacia él, el hombre la miró horrorizado pidiendo ayuda.
—Ya que dices no saber nada, veamos si esto te refresca la memoria—chasqueo los dedos y dos hombres completamente de negro traían a rastras a una anciana de no más de 70 años quien tenía los ojos llorosos.
—Tu mataste a mi madre, yo mataré a la tuya, ¿Es un buen trato o no?—lo miró apuntando hacia la anciana.
Un estruendo se escuchó, Luis entro viéndola, pero ella ni se inmuto y siguió apuntando hacia la anciana.
—Se que estás molesta, dolida, pero tú no eres así, baja esa arma....por favor.
Liza lo miró impotente, su mano temblaba con el arma mas no la soltaba.
—Liza detente, por favor para, no les hagas daño, ten piedad de ellos te lo ruego.
—¿¡Y acaso ellos tuvieron piedad por mi mamá!?—las lágrimas resbalaban por sus ojos.
De pronto de escuchó un disparo que sumergió todo en un gran silencio y obscuridad.
—¡No!—se escuchó un grito desgarrador.