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— ¿Cuántos besos tendría que darte para borrarte las pecas? — preguntó Jongseong, intentando animar a su novio.

Jungwon estaba por volver a rapar su cabello a cero, para no sufrir cuando comenzara a caer por los súbitos y fuertes medicamentos nuevos , y estaba lagrimeando y sorbiendo su nariz constantemente porque siempre había cuidado mucho su corto cabello.

Las pruebas, de alguna forma, habían dado lo justo para que volviera a tratamiento, y mañana estaría yendo de nuevo al hospital.

— No se pueden borrar, tonto— dijo Jungwon.

— Desarrolla al respecto.

— No.

Jongseong vió su puchero, su expresión triste, el menor miraba la afeitadora eléctrica y suspiró, antes de apretar el botón que la encendía.

— Deja, bebé— Jongseong detuvo su mano para tomarla él—. Lo haré yo, nene, así te dejo bonito, es fácil porque ya eres hermoso.

Jungwon cubrió sus ojitos y sus hombros temblaron con algo de llanto, Jongseong detuvo la maquinita y lo abrazó por la espalda,vio a ambos en el espejo del baño, y sonrió porque en serio se veían bonitos juntos.

— Vamos, Jungwonie— murmuró el mayor, dejó besos en sus manos, en su cuello y en lo que llegaba a mostrar de su mejilla—, te llevaré a teñir tu cabello todas las semanas si quieres, muy pronto, muy, muy, ¿Lo sabes?

Jungwon sorbió su nariz, asintió levemente.

— Te amo, nene, y eres lo más bello que hay, bebé— dijo el mayor, su tono rebosaba de sinceridad.

Jungwon se borró las lágrimas y se dejó abrazar por su novio, hasta que se tranquilizó y Jongseong encendió la maquinita, y comenzó a dibujar cosas mientras el menor reía, primero con líneas, después dibujó un corazón que luego le dió forma de pene, haciendo que Jungwon lo golpeara, siguió escribiendo su nombre y mientras el pequeño se cuestionaba por qué seguía con él, terminó para dejar todo cabeza sin un sólo cabello rojo.

Al mirarse lo primero que quiso fue colocarse un gorro inmediatamente.

Jongseong lo giró hacia él, beso su frente, su nariz y sus labios con suavidad.

— Eres bellísimo.

Jungwon sonrió y sintió el calor subir a sus mejillas, mientras Jongseong pasaba sus pulgares por estas, totalmente enamorado de él, sonrió al sentirse tan feliz y verdaderamente correspondido.

Por la mañana empezaría el tratamiento, y como no podía faltar, Jongseong fue con él, tomó su mano y murmuró un "Puedes tomar mí mano, para sentirte mejor", haciendo que riera.

Con un gorro rosa que su novio le había tejido, y tomando su mano en una habitación privada, conectado a un suero con nuevas medicinas, Jungwon comenzó su nuevo tratamiento, mientras Jongseong le hablaba de cualquier cosa que se le ocurriera, haciendo que el tiempo pasara más rápido y mejor.

Y Jungwon en serio lo apreciaba y no podía pedir un novio mejor en el mundo.

𝘾𝙃𝙀𝙈𝙊 » 𝙅𝘼𝙔𝙒𝙊𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora