Harry Potter en las Garras del cuervo

Prólogo

Hagrid y Harry se dirigieron al mostrador.

"Buenos días", dijo Hagrid a un goblin libre. "Hemos venido a sacar algo de dinero de la caja fuerte del Sr. Harry Potter".

"¿Tiene su llave, señor?"

"Lo tengo aquí en alguna parte", dijo Hagrid, y comenzó a vaciar sus bolsillos en el mostrador, esparciendo un puñado de galletas para perros mohosas sobre el libro de números del duende. El duende arrugó la nariz. Harry observó al duende a su derecha que pesaba una pila de rubíes tan grandes como carbones encendidos.

"Entendido", dijo Hagrid por fin, mostrando una pequeña llave dorada.

El duende lo miró de cerca.

"Eso parece estar en orden. Aunque entiendes, por supuesto, que no puedes acompañar al Sr. Potter a su bóveda".

Hagrid se irguió. El profesor Dumbledore me ordenó que lo acompañara.

El duende no pareció estar impresionado. "A menos que seas el guardián del Sr. Potter, tendrás que esperar aquí. La política de Gringott.

"Ah, bueno, eh, también tengo aquí una carta del profesor Dumbledore", dijo Hagrid con importancia, aparentemente superando su confusión. "Se trata de Ya-Sabes-Qué en la bóveda setecientos trece".

El duende leyó la carta cuidadosamente. "Muy bien", dijo, devolviéndoselo a Hagrid, "Haré que alguien te lleve a la bóveda setecientos trece. ¡Griphook!"

Hagrid miró hacia el duende que había comenzado a moverse hacia ellos. "¿Qué hay, Harry?"

"Baknog escoltará al Sr. Potter. Necesitará su llave. Anunció el duende. "¡Baknog!"

Harry aceptó la llave de Hagrid y luego observó cómo su gran guía seguía al duende llamado Griphook a través de una de las puertas.

Harry miró a su alrededor con nerviosismo, había tanta gente extraña.

"Ah, Baknog". El duende detrás del escritorio saludó a otro duende. Este es el Sr. Potter.

El goblin recién llegado miró a Harry. "¿Supongo que el Sr. Potter tiene su llave?"

"Um, sí". Respondió Harry levantándolo para que el duende lo viera.

"Sígueme." Baknog le ordenó y comenzó a caminar hacia una de las puertas.

Harry siguió al duende a través de una puerta diferente a la que había atravesado Hagrid y se encontró en un pasillo.

Por aquí, señor Potter. Baknog lo llamó, moviéndose por el pasillo.

Baknog lo condujo a una pequeña oficina y se acomodó detrás del escritorio.

Harry miró a su alrededor con asombro, todo era tan pequeño.

"Sentarse." ordenó Baknog.

Harry se apresuró a sentarse en la única silla de tamaño humano en la habitación, directamente frente al escritorio de Baknog.

"Entonces", comenzó Baknog. "¿Eres el Sr. Potter, hijo y heredero de Lord y Lady James y Lily Potter?"

"Eh, ¿sí?" Harry arrugó la cara confundido. "Al menos, mi mamá y mi papá eran Lily y James Potter".