Un trago

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Choi san un alfa, trabajaba en un bar en una de las tantas calles de busan un lugar famoso por la trata de personas, las miles de ventas de drogas, armas y asesinatos.
El bar donde trabajaba era hogar de los más grandes y poderosos alfas e incluso omegas de la mafia coreana y entre ellos estaban los "yazkuan" maldito aquel que pronuncie su nombre en voz alta lo verías muerto con una bala en la cien. Los yazkuan eran un puesto después de los yakuza estos eran conocidos por ser una mafia japonesa muy poderosa que reino la gran mayoría de Corea, pero por alguna razón que no se sabía era que los yazkuan habían ganado una apuesta o firmado un contrato y se quedaron con algunas partes de Corea incluyendo el bar donde trabajaba san hasta el edificio donde vivía.
Después de ellos había otra "mafia" llamada los "kuwan" después que los yakuza perdieran o firmaran un contrato ellos se vieron en la obligación de ser usados por ambas mafias poderosas como guardaespaldas y así cuidar las espaldas de los líderes importantes y sus tratos ilegales. Básicamente los kuwan eran como dos bandos con un solo nombre. ¿Raro cierto?


-San el jefe de la mafia kuwan quiere un trago podrías servirselo tú? Debo atender a los yazkuan.

-Bien yo lo hago ve- Maldición era la que se cargaba cada vez que tenía que atender a ese tipo, siempre que lo hacía no faltaba sus halagos y miradas insinuantes hacía san.

Sirvió el tequila en el pequeño envase de cristal y comenzó a caminar en dirección en donde estos se encontraban, quedo frente a la gran puerta negra con detalles dorados, respiro profundo y no tardo mucho cuando el olor a feromonas de los alfas y omegas que estaban en su punto de ecxitación en los grandes sofás que habían de color negro llegará a sus fosas nasales.

Dio dos toques a la puerta y sin esperar mucho recibió la aprobación para entrar, abrió la puerta dejando a la vista el grupo kuwan y su jefe.

-!SAAAN!- grito el jefe de los kuwan cabreando a san al instante porque ya sabía por dónde iba.

San se encaminó hacía el y le entregó su trago pero antes de irse el jefe de los kuwan hablo.

-San quédate un rato, toma asiento conmigo.-
Dijo mientras tenía una sonrisa ladina y miraba a su alrededor orgulloso.
/que asco de ego.- pensó san.
-lo siento señor bam, no puedo hacer eso en mis horas laborales.-respondió de forma indiferente haciendo una reverencia saliendo del lugar y cerrando las puertas detrás de el. Soltó un suspiro que ni siquiera sabía que tenía. La presión de ese lugar era muchísima.

-Es un chico difícil líder bam.- dijo uno de los que estaba con el jefe en forma de burla y tomando su trago.

-Lo se, pero no por mucho tiempo- Tomo su trago mientras su mirada estaba perdida.


🪼



Después de una larga jornada de trabajo por fin había terminado y se dispuso a cerrar el bar. Iba caminando por el oscuro callejón a paso lento y fumando un cigarrillo mientras su mente estaba en otro lado pensando en las miles de mierdas que le pasaban en la vida.
Una lágrima bajo por su mejilla y una presión en su garganta dificultando un poco su respiración.

De pronto escucho un ruido de cadenas chocando sacándolo de sus pensamientos y mirando hacía donde creía que provenia el ruido. se sentía pequeño en ese callejón oscuro con olor a humedad mientras se escuchaba las gotas de agua caer en los charcos que habían y el frío que carcomia sus huesos.

2:30 de la mañana la peor hora para andar por esos lugares.

se acercó a un almacén abandonado que quedaba por la misma ruta, daba pasos sutiles y entrecortaba la respiración pensando que cualquiera que estuviera ahí lo pudiera escuchar. Abrió la puerta del almacén y me escondí en una gran pila de barriles. Su respiración se corto cuando logró ver a una persona encadenada y amordazada en el suelo.

¿Y si lo ayudaba?

¿Y si lo mataban mientras lo hacía?

¿Y si mejor huía de ahí y se olvidaba de todo?

¿Qué debía hacer?

Maldijo a sus adentro por tener debates mentales cada que tenía que tomar una decisión.

/24 años, muy joven como para morir.- pensó san, pero en sus debates llegó a la decisión de que no podía dejar ese hombre tirado a su suerte. Ahora que no había nadie debía ir ayudarlo y nadie sabría que fue el.

Se estaba acercando a paso lento para no asustarlo y fuera a gritar, No quería que por su culpa se llevara una bala en la cien.

Se acercó e intentó despertarlo pero...

¿¡CARAJO, ESTA MUERTO!?

-¿Quién eres y qué haces aquí?

🪼
Las_manitas_desannie.

¿Un Traidor Como Tú? (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora