11. Otra Asamblea

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Debido a la delincuente a la que apuñalé, estamos programados para tener una asamblea pronto. No hay clase hasta después de la asamblea. Mi teléfono vibró y miré la notificación. Era Kizano.

"Encuéntrame en la sala de teatro"

No me molesté en responder. Empecé a hacer mi camino allí. Doblé una esquina y vi a quien no quería ver. Hizo contacto visual conmigo y yo endurecí mi expresión y él suavizó la suya.

"Osoro". Lo fulminé con la mirada.

"Ayano, mira, yo-" lo interrumpí.

"¿Perdón? wow". Puse los ojos en blanco.

"Realmente te dejé hablar con Megamo para arruinar las cosas y ahora uno de mis delincuentes está en estado crítico". Parecía derrotado.

"¿Tú crees? ¡Casi la mato!" Observé mientras se estremecía ante mi tono áspero.

"Ayano..." tomó mi mano.

En un ataque de rabia, aparté mi mano y lo abofeteé. Se congeló.

"¡IBAS A DEJAR QUE ME MATARA!" Le grité y le di un puñetazo en la barbilla.

Entré para otro golpe, pero sentí una mano agarrar mi muñeca. Me volteé y era el pelilila. Mis ojos se abrieron con miedo cuando se encontraron con los míos. Él me apartó. Estaba aterrado. Entramos en una clase vacía y se volvió hacia mí.

"¿Tú lo hiciste? Lo siento, Ayano." Me puso una esposa en la mano.

"¡E-espera, no entiendes! ¡Ella me atacó!" Traté de suplicar con lágrimas formándose en mis ojos.

"¡Casi la matas!" El grito.

"¡Megamo, por favor!" Grité.

Me miro un rato y al verme me agarro de la barbilla y me beso, por una extraña sensación le seguí también, en cada momento el beso empezaba hacerse mas con deseo y más frenético, nos separamos por la falta de aire.

"Mírame, rompiendo las reglas". Miró hacia abajo sonando derrotado. Me quitó las esposas y me froté la muñeca. Me dio la espalda, "Vete". Murmuró.

"Megamo..." Tomé su mano.

"Vete." Sonaba más exigente.

Asentí y me fui.

Ayano-sempai?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora