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Jisoo veía como su novia entraba a la -gran- casa cansada, si bien sabía que Jennie tenía mucho trabajo en la empresa pues si ella quería que sus caprichos fueran cumplidos, Jennie le explicaba que ella debía estar trabajando hasta tarde.
Pero no quería tener ropita, comida, labiales con sabor a fresa si Jennie iba a estar cansada.
¿Y que mejor no hacerle unas ricas galletitas de chocolate?
Pero el problema es que la que sabía cocinar era cierta castaña, hizo un puchero al pensarlo, ella no sabía ni hacer una sopa instantánea.
-Bebé, ¿que tienes? -preguntó mientras se sentaba en el gran sofá negro de aquella sala.
-Nada Nini, ¿como te fué? -se sentó en su regazo para después sentir las grandes manos de Jennie.
-Bien -suspiro- Un poco cansada, pero nada que no se pueda arreglar con unos cuantos mimos -sonrió.
-¿Nini quiere mimos? -pasó su mano por el cuello de la contraria para acariciar su cabello castaño.
-Quiero mimos.
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