Es para ayudar

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Bruna no para de morfarse todo lo que ve. Y yo no paro de mirar a Pedri, Pepi, Pepinillo o como lo llamen, en un momento Bruna se dio cuenta y me hizo volver a la realidad. En tan poco tiempo ya era hora de mi parte favorita, EL PASTEL. Todos rodeamos la mesa y esperamos a que el precioso pastel apareciera. Pedro era quien traía el maravilloso pastel de chocolate, más bueno no puede estar dios mío. (El pastel) Cuando dejó el pastel enfrente de Fer, encendió las velas y se puso a su lado, que técnicamente también está a mi lado, pero consideremos que se puso ahí por Fer.

Cantamos la típica canción de cumpleaños feliz y llegaba la mejor parte, cortar y comer la tarta. En este caso Fer dijo que quería que los honores los hicieran las dos personas que más quiere en este planeta, yo pensaba que sería su madre, pero me señalo a mí y como no, a su hermano. Esto no podía estar pasando, ¿Por qué yo y no algún familiar suyo? Pero pensándolo bien, mejor para mí, así yo decido quien se lleva más, o menos trozo de pastel. Empiezo a cortar y siento todas las miradas encima de mí, hay tanto silencio que me pongo nerviosa, muy nerviosa. Literalmente todos los familiares de Fer están sentados fijando su mirada en mí.

En eso siento una mano encima de la mía, y no de Bruna, no de Fer, sino de PEDRO. Su mano estaba muy caliente y la mía por poco no parece que tenga hipotermia. Me ayudo a cortar un trozo, dos, tres... Y así hasta hacer todos los trozos posibles. Nunca llegaría a pensar que nuestro primer acercamiento sería cortando pastel. Cuando todo el mundo ya tenía su trozo de pastel empezaron a hablar, pienso dls veces y creo que es mejor quitarme la duda de encima, así que decidía voy caminando hacia Pedro.

—¿Se puede saber por qué pusiste tu mano encima de la mía? —le digo haciendo una mueca confusa

—¿Me puedes decir tú, porque has dejado que lo haga?

En este momento solo estoy mirando fijamente sus ojos cafés, mientras él espera una respuesta. No sé qué decir, porque joder, es verdad. No he hecho nada para evitarlo.

—¿Y qué debería haber hecho? ¿Gritarte en la cara y dejarme mal enfrente de tu familia?

—Algo así hubiese estado bien.

—Qué gracioso eres eh, Pedro.

—Pedri* —Me corrigió.

—Pues eso, Pedri. —digo avergonzada mientras desvío mi mirada al suelo.

—¿Y tu nombre, rubia?

¿ME ACABA DE LLAMAR RUBIA?

—Emily, pero con y no con i. —digo mientras esbozo una media sonrisa y subo la cabeza para volver a posar mi mirada en sus ojos cafés.

—Bonito nombre, dudo que me olvide de él.

Trato de que mis mofletes no se tiñan de rojo y solo le respondo con una sonrisa. Busco con la mirada a Bruna y le hago señas con los ojos para que me saque de aquí. Pero creo que la he cagado, porque cada vez se acerca más a donde estamos.

—Oiii, ya veo que os habéis conocido.

—Efectivamente. —dice Pedri mirando una cosa a lo lejos— Oye, tengo que ayudarle a Fer con algo, disfrutad de la fiesta, luego veo si os pillo por el camino. ¡Y espero volver a verte, rubia! —dice Pedri yéndose mientras me señala

QUE ACABA DE PASAR, EMILY REACCIONA POR FAVOR

—¡Emily qué ligona! —dice Bruna riéndose a carcajadas

Todos sabemos que ligar nunca ha sido lo mío. Literalmente estoy recapacitando lo que acaba de pasar, estoy quieta con los mofletes rojos, incluso más rojos que el mismísimo Mushu. Pero viniendo de mi normal, me pongo roja por cualquier cosa.

—¿Bruna que acaba de pasar? —le digo sin ni siquiera moverme

—¡Que acabas de ligar con Pedri, eso pasa!

De verdad que Bruna me pone muy nerviosa, no he ligado con él ni él conmigo, solo ha sido un primer acercamiento.

—Callate Bruna. ¡Si acabamos de conocernos! —le digo rodando los ojos, pero no puedo evitar sonreír.

Después de lo ocurrido, solo van pasando las horas hasta que se hace tarde. Es hora de irnos, nos dirigimos a Fer para despedirnos, le doy un abrazo de oso y creo que casi lo ahogo. Perdón, pero es que lo quiero mucho! Bruna hace lo mismo y le agradecemos por todo. Cuando nos dirigimos a la puerta, alguien iba detrás de nosotras. Y os juro por lo que sea que siento su mirada posada en mí, no sé, lo típico de un instinto. En eso la persona acelera el paso y subo mi mirada, era Pedri. Que por cierto se puso en medio.

—Os acompaño hasta la puerta, no hace falta dar las gracias por este gran detalle. —dice con un tono sarcástico

—Créeme que no lo hubiese hecho. —dice Bruna bostezando

—Yo sí. —digo murmurando era casi imposible escucharme

Ahí es cuando noto la mirada de Pedri fijada en mí.

—Normal, rubia. —me dice

Si sigue usando ese apodo me acabará dando un infarto. Llegamos a la puerta y nos despedimos, lo último que escucho es un "¡Cuídate mucho Emily!" Definitivamente, esto estaba siendo muy intenso. ¿Por qué de repente le importo si antes ni siquiera me miraba? Ya verás como Bruna se cansara de tantas preguntas mías.

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⏰ Última actualización: Feb 15, 2023 ⏰

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