Su amor es el más bonito.
No recuerdan haber tenido un amor tan hermoso como el de ellos. El desorden de emociones que ambos se provocan al sonreír; lo que se hacen sentir, la forma en la que se miran; el contacto de sus labios, el caos que ordenan...
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Olivia Hall o mejor conocida sólo por las personas más cercanas a ella cómo Olivia Ricciardo, esposa del piloto de Renault Daniel Ricciardo.
Ella es una mujer Australiana de 32 años. Cuándo sus padres fallecieron al tener un accidente automovilístico, ella se mantuvo bajo el cuidado de los mejores amigos de sus padres; la familia Ricciardo.
A sus cortos 7 años, ella tuvo que enfrentar la muerte de sus padres pero lo único bueno es que no lo hizo ella sola, sino que a su lado siempre estuvo su mejor amigo Daniel Ricciardo. Él a sus 6 años ya entendía lo que sucedía y siempre que escuchaba a Olivia llorar en la habitación que estaba a lado, corría a abrazarla.
Flashback.
18 de Febrero de 1995. Perth, Australia.
Los gritos de la rubia resonaban por el segundo piso de toda la casa de los Ricciardo. Grace, la madre de Daniel se levantó rápidamente al escuchar los gritos pero antes de entrar a la habitación fue detenida por su hijo.
-Tranquila mami, yo me encargo de cuidarla.- le brindo una sonrisa y sin más se adentró a la habitación.
La mujer se apoyó en el marco de la puerta para verificar que Olivia se tranquilizara ya que si no lo hacía tenía que darle medicamento para dormir, orden prescrita por el doctor que lleva el caso de Olivia.
-Ollie, deja de llorar por favor.- Daniel susurraba mientras la abrazaba.- Aqui estoy a tu lado Livi, no te voy a dejar sola.
Olivia se acurrucó en su pecho y el pequeño le hizo cariñitos en su cabello.
-Otra vez soñé con mis papás, Dani.- sollozó.
-¿Qué te dijeron está vez?.- siguió acariciando su pelo.
-Me dijeron que me amaban, pero que los dejara ir porqué tu ibas a cuidarme por siempre.- dijo en un susurro.
-Y eso es lo que haré, Livi. Yo seré la persona que te cuide de todo y de todos, porqué te quiero mucho.
-¿Me vas a cuidar hasta de los canguros que me persiguen cuándo vamos al zoológico?.
Daniel soltó una risita y asintió.
-Hasta de ellos te voy a cuidar, no importa si tenga que recibir varios golpes de parte de ellos. Por ti me vuelvo boxeador.
Olivia levantó su cabeza y dejó un beso inocente en la mejilla del menor logrando que sus mejillas se tornaran de un color rojizo.
-Te quiero mucho Dan.
-Yo te quiero más, Livi.
Fin del flashback.
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