Beso | Yoshiden

EXTRA

Denji estaba sentado en el salon de clases mirando hacia la ventana con un rostro pensativo, su ceño levemente fruncido y la luz del sol que golpeaba el cristal hacia contraste con su fina y calida piel blanquecina. Cualquiera que lo viera pensaría que sus cavilaciones deben ser muy profundas, sensibles, y hasta quizás filosofícas.

Pero la realidad es un poco diferente y desilusiónante.

"¿Como le digo a Yoshida que quiero que me toque el pene otra vez?"

Resumiendo todas sus preocupaciones, si, eso era lo que quedaba.

Hace ya cuatro semanas, treinta días, un mes, que yacían los extraños sucesos obscenos y subidos de tono ocurridos entre Denji y Yoshida.

Denji a pesar de ser el que dejo en claro desde el principio que no quería oír ni una sola palabra sobre este tema, cuando vió a Yoshida sentado en su asiento en la escuela, con un semblante normal y su típica sonrisa dirigida hacia su persona, sin siquiera mencionarle lo que pasó en ningún momento... Fue...

Decepcionante.

Denji lo agradecía, pero seguía sintiendose extraño. Estaba bien, era lo que él había pedido, mas eso no evitaba que un pequeño hueco dentro de él se sintiera insatisfecho con la respuesta del mayor.

Su relación seguía siendo la misma, Yoshida le daba comida y regalos y a cambio él, uh, bueno, le otorgaba su presencia.

Aún así, Denji a veces no podía evitar mirarlo de reojo durante las comidas, deseando que Yoshida haga algo más que solo observarlo. Veía su cabello negro reluciente y liso moverse con el viento dejando al descubierto sus ojos igual de oscuros que el resto, camuflandose muy bien entre su largo flequillo. También veía lo palida y fria que era su piel, tanto que por un momento creyó que brillaría como en esas películas de vampiros. Y por sobretodo, notó que el color de sus labios era rojizo, casi como si tuviera puesto un labial.

A veces, solo a veces, Denji deseaba que Yoshida volviera a tomarlo de las mejillas repentinamente y lo besara de forma feroz sin explicación alguna. A veces deseaba haber saboreado más sus labios cuando tuvo la oportunidad para corroborar que sabor tenían. A veces deseaba haber sido más colaborativo con su lengua y movimientos torpes, para que así Yoshida le hubiese enseñado y disfrutar más de la profundidad de sus besos.

Solo a veces. Ocasionalmente.

Pero casi de inmediato Denji se golpeaba a si mismo por pensar tales falacias. Es decir, no, no y no. Un rotundo y marcado; No.

El era Denji, Chainsaw man, amante de las mujeres, féminas, chicas y cualquier sinonimo del sexo femenino.

¡No podía estar deseando el toque de un hombre!

Oh, Denji, pero lo haces. Y estas tan jodidamente desesperado ahora mismo que hasta el más ciego de los miopes lo notaría.

Un gesto de disgusto cruzó por el rostro del rubio cuando escuchó aquella voz conocida en su cabeza recordándole por milésima vez lo estúpidas e hipócritas que eran sus preocupaciones.

Odiaba esa voz, intentó apagarla de todas las formas. La cantidad de porno que había visto en esta semana intentando contradecir sus pensamientos era inhumana, muy por fuera del límite de lo sano. Pero ¿Quién podía juzgarlo? El pobre estaba desesperado.

No importaba lo que hiciese, esa llama de lujuria que el de ojos oscuros como la noche incendio ese día no se apagaba con nada. Parecía que sin importar cuantas veces se corriera la satisfacción del clímax que solía sentir como un éxtasis lleno de gloria en medio de su horrorosa vida, ahora era solo un leve placer momentáneo, rozando lo insípido.