╭⊱⋆˗ˏˋ 'ˎ˗ Last Pack

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— ten una buena noche.

— chau.

Su cuerpo abandonó la cafetería mientras su mente divagaba más lejos de lo normal. Camino a paso lento al lugar de siempre en la parte trasera de la cafetería donde tiro su chaleca al suelo, no la usaría pese a la fría brisa que se deslizaba por la desnudez de su cuerpo.

Se agachó usando su mano de soporte y dejando fluir un suave gemido cargado de cansancio cuando una fina piedra había decidido clavarse en su palma, se lanzó sin precaución al suelo e inhalo fuerte dejando que el frío viento congelara sus vías respiratorias y formara un témpano en su corazón de marfil, el de carne había dejado de funcionar hace tiempo ya.

Se inclinó un poco hacia la derecha para tener mejor acceso al sacar su cajetilla de cigarros y su encendedor de su bolsillo, deslizó un cigarrillo entre sus finos labios y la caja fue lanzada sin cuidado cerca de la chaleca, hizo una cueva con su mano para abrir el encendedor y quemar la punta del cigarro, inhalando automáticamente las dulces toxinas con tabaco de aquel enemigo que juró destruir en su torpe época de inocencia.

El encendedor de metal, a diferencia de los demás objetos, fue cerrado con delicadeza y fue guardado directamente en el bolsillo izquierdo de su pantalón de mezclilla. Pegó una gran calada al cigarro y lo alejo de su boca, dejando que los fuertes químicos penetraran sus pulmones contaminados y luego lo abandonarán, el placer efímero que le evocaba el abuso de la nicotina hizo que finalmente fuera capaz de suspirar aliviado.

Estuvo a punto de volver a respirar el tóxico químico cuando escuchó la puerta trasera abrirse, sus orejas se giraron hacia la ubicación del nuevo ser que lo veía fijamente y lo inundaba de ondas firmemente cargadas de pena y lástima, como si alguien necesitara la lástima de otros…

— ¿Disfrutas la vista?.

Spreen miró al dueño de la molesta voz qué se acercaba por primera vez, los pasos eran tímidos pero seguros a la vez, el oso solo lo ignoro y dejo que un simple “hmm” escapara de él para volver a calar del cigarro.

El castaño se sentó a su lado y jugó con sus pulgares mientras pensaba en algo que decirle al deprimido chico que solo lo ignoró y saboreo el humo que se escapaba de las comisuras de su boca, lo soltó por su nariz y cerro sus ojos sintiendo el ardor de las toxinas lastimarlo, se sentía muy bien.

— Soy R-

— Roier, ya te conozco Sebastián, llevamos trabajando en el mismo lugar hace una banda de tiempo…

Spreen calo de su cigarro mirando de reojo al muchacho que se tapaba la cara con unos lentes oscuros, una mascarilla negra y una gorra. Roier miro atónito a su mayor y estaba a punto de replicar cuando el oso se giró abrumado y soltó todo el humo del cigarro en la cara del menor que tosió con asco apenas el humo paso la barrera de la mascarilla.

— decime bien qué mierda queres, esta es ya como la milésima vez que me venis a ver fumar como un enfermo y la primera que te dan los huevos pa' hablarme, soltalo ya pelotudo.

Roier estaba a punto de quejarse enojado y se pudo jurar a sí mismo que sabía con qué objetar pero en realidad no tenía nada, se renegó a mantenerse sumiso y a jugar con sus dedos. Spreen lo miro y solo bufo agobiado, volviendo su total atención al dulce cigarro.

Roier bufa e ignora toda condición que en algún momento de su adolescencia se puso a sí mismo sacándose la gorra y la mascarilla como puede para luego dejarlas a un lado de las cosas de su compañero de trabajo. A diferencia de Spreen, este es delicado y se encarga de dejar la gorra con todo el amor que puede en su lugar, deteniendo su mano sobre esta como si fuera un ser vivo y captando la atención del mayor que ve curioso por el rabillo de su ojo como Roier guarda la mascarilla en el bolsillo de su rojo poleron con temática de spider-Man.

⭒»smoke on fire, fire on love«⭒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora