ᴍɪʀɪ-ᴄʜᴀɴ ☾ᵇᵘᵈᵈʸ ᵈᵃᵈⁱᵉˢ☽

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El hombre delante suyo agitaba los brazos al mismo tiempo que vocifera con molestia algo a lo que Rei no está prestando atención, Kazuki lleva unos generosos quince minutos parloteando sobre algo mientras señala furioso la caja de cigarros en su mano — al menos ese tiempo llevaba antes de que Suwa se desconectara del embrollo creado por su compañero —.

— ¡¿Me estás poniendo atención? Esto es serio Rei!

— Solo es un cigarro — soltó con su tono de voz eternamente tranquilo y neutro.

— ¡Sí y no tendría nada de malo si no fuera porque estás embarazado!

Rei tomó aire para decir algo pero tan rápido como lo hizo cambió sus palabras por un largo suspiro, no tenía caso discutir con Kazuki y más aún cuando sabía que el alfa tenía la razón; él y sus novelas mentales con desenlaces fantasiosamente fatídicos parecían bastante probables y este hecho es algo que confirmó a penas a sus dos meses de embarazo, el molesto zumbido que emitía le recriminaba que comenzara a comer adecuadamente.

Se había negado afirmando que estaría bien solo con las vitaminas, por desgracia el tiempo le daría la razón a su irritante compañero cuando unas fechas después se desplomó frente al rubio que también palideció y lo atrapó antes de estrellarse contra el suelo; al despertar notó que estaba en un hospital y Kazuki se encontraba a su lado lloriqueando con que tenía anemia y le insistía en comer más ya que las dichosas vitaminas no hacían milagros.

— ¡Otra vez no me estás escuchando!

Rei parpadeo regresando al tiempo actual, miró a Kazuki examinándolo meticulosamente, a pesar de que el rostro de su compañero parecía enfurecido y su voz sonaba igual su aroma no externaba enfado ni mucho menos y como siempre se trataba de preocupación.

— ¿No puedes esperar un poco? — volvió a hablar Kazuki, su voz en un tono considerablemente bajo y suplicante al igual que el gesto en su rostro — Aún faltan cinco meses, espera solo estos cinco meses, por favor.

El alfa se sentó a su lado en el sillón y le tomó la mano, sus ojos reflejaban lo que parecía ser miedo. Rei no sabía mucho del pasado de Kazuki, ellos ni siquiera eran muy cercanos cuando sucedió tal desliz, su ciclo de celo llegó antes de lo previsto tomándolo por sorpresa y no hubo mucho que hacer, Suwa ni siquiera esperaba a que Kazuki se quedara después de asistir su calor mucho menos que tomara responsabilidad de las consecuencias. Aunque sin importar las razones de Kazuki si este hubiera decidido irse Rei sin dudas le habría disparado.

— ¿Rei?

El azul profundo de sus orbes se deslizaron para conectar con el cobriso brillo de los ojos de aquel alfa, Kazuki nunca habría abusado de su poder para someterlo el tiempo que duró su celo así que cree en la historia que el rubio le contó sobre usar protección siempre pero por desgracia el preservativo se rompió.

— Se malinterpretó.

Kazuki por un momento no comprendió por lo que guardó silencio para escuchar la explicación completa.

— No buscaba fumar, el olor de los cigarros es... Bueno — trastabilló con torpeza, su mano en su vientre, el brillo en sus ojos y el aroma a uvas silvestres en el aire dieron muchas respuestas al alfa que rápidamente ató cabos.

En cuatro meses juntos en esta situación Rei jamás comentó nada, Kazuki prácticamente debía adivinar si tenía antojos, qué quería, estaba cómodo, no lo estaba, tenía náuseas, mareos, cómo se sentía anímicamente porque, por supuesto, más de una vez llegó en un momento inoportuno ganándose de imprevisto una mirada de profundo rechazo por parte del omega, eso si tenía suerte, en cambio podría hacerlo llorar sin querer como la vez que lo despertó y aparentemente estaba teniendo un sueño agradable el cuál interrumpió o la vez que le preparó una sopa pero él quería un omelette; y como esa otras ocasiones en las que él nunca supo porque lo hizo llorar, incluso hubo una vez que acababa de llegar de una misión en solitario y en cuanto Rei lo vio bajo el marco de la puerta se soltó a llorar a mares.