Prólogo

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El clima era agradable, las clases transcurrían con normalidad y para mí buena suerte no me había chocado con ese lobo.

Últimamente paraba pegado a mí, era agotador porque tenía mucha energía y resistencia, me confundía tanto, jamás había conocido a nadie como él.

Y aunque no soy agradable con él, el lobo sigue a mí lado.

¿Acaso era masoquista?

Saque de mí cartuchera la pequeña roca que el me dio, durante todo este tiempo ese lobo estuvo dándome un montón de rocas, siempre le digo que las tiro, pero secretamente las tengo todas guardadas en un cajón de mí recámara.

Definitivamente él era raro, mientras otros acortejaban a la persona que les gustaba mediante cartas, manualidades o incluso comida, Keisuke me daba rocas.

No podía dejar de mirar esta pequeña roca, después de todo fue la primera que me dio, la primera de muchas, realmente Keisuke era tierno, pero no lo admitiría.

Me estaba acostumbrando a su compañia y eso era malo.

Si le dijera que lo extraño ¿Vendría?.

Y como si fuera magia o telepatía, la puerta fue violentamente abierta apareciendo Keisuke.

Tremendo susto que me había causado, pero apenas ví sus mejillas rojas y sus ojos dorados, supe lo que le estaba ocurriendo.

Sin decir nada keisuke avanzó hacía mí, ni siquiera la voz autoritaria de la profesora pudo detenerlo, me levante de mi asiento tratando de tenerlo, pero apenas el llegó hacía mí me abrazo tan fuerte que me era imposible moverme, su cuerpo estaba casi hirviendo.

Sus olor me envolvió por completo haciendo que algo dentro de mi se activará, mi cuerpo sin querer estaba reaccionando a él.

-Te extrañe- susurro cerca de mi oído -¿Tú también me extrañaste?-

Ni siquiera respondí, mire a mi alrededor y pude darme cuenta que todo el salón incluida la profesora nos miraba.

Mi cara automáticamente se puso roja, esta escena era sin duda alguna demasiado vergonzosa, para colmo tenía que lidiar con Keisuke en celo.

-Yo estoy aquí, pero tu estas mirando a ellos, concéntrate en mí- susurro, sus dientes mordieron sin ninguna amabilidad mi cuello.

-IDIOTA, ME DOLIÓ- dije ya sin importarme si el resto me escuchará.

-Precisamente lo hice para que duela y así te quedé una cicatriz- Mi cuerpo ligeramente templo, pero no era por miedo, acaso era por ¿Excitación?, ni si quiera era una marca de unión, ese lobo me había mordido solo para demostrarles a los otros que era suya -Así que solo concéntrate en mí- susurró, su lengua hizo un recorrido por mi cuello.

Definitivamente esto era muy vergonzoso si todos estaban viendo, tenía una reputación que mantener, como pude me safe de su agarre y tome su mano.

-Profesora, el alumno parece que está mal, voy a llevarlo a la enfermería- dije, rogaba que me dejará salir.

-Tiene clases, si gusta yo puedo llevarle, usted quedese- dijo

-Aún tiene clase que dar, lo llevó a la enfermería y vuelvo rápido- pude escuchar una suspiro cansado de la profesora, pero al final aceptó que lo llevará.

Salí como pude del aula, tenía la mano del lobo bien sujetada, así evitaba que haga algo.

Claramente era mentira eso de volver rápido, salí del Instituto sin importar que dejaba mis cosas en el aula, mañana podría recogerlo y tendría que pensar en una buena excusa para darle a mi profesora.

Tome el primer taxi que ví, lo llevaría a su casa, no puede estar en esas condiciones andando por ahí como si nada.

-Tu casa ¿Dondé vives?- pregunte.

-_________, me duele ahí abajo- estaba segura que el taxista había escuchado eso -Quiero besarte-

En serio este lobo no tiene remedio ¿Acaso era su primer celo para que se comporte así? ¿Acaso si lo era?

Sin remedio y con las cara hecha un tomate le di la dirección de mi casa al taxista.

El transcurso fue todo un desafío, Baji no se despegaba de mí, su rostro estaba hundido en mí cuello.

Apenas llegamos me baje del auto seguido de Keisuke, pague el taxi y entre a mi casa, agradecía que hoy no había nadie en mi casa, rápidamente subí a mí recámara sin soltar la mano de Keisuke.

Recoste su cuerpo en la cama, sin duda estaba volando de fiebre.

-Esperame aquí, voy a traer algunos paños húmedos para ponerte en tu frente- dije, me dispuse a irme, pero antes que pudiera dar un paso Keisuke se aferró a mi cintura, no me podía mover.

-No te vayas, por favor, no necesito nada más que a tí-

Si me iba alteraría a su lobo, así que no me quedaba más que quedarme a su lado.

-Esta bien, no me iré- dije tratando de tranquilizarlo.

Estaba segura que este era su primer celo, así que era duro para él, ya que no sabía como reaccionar, ni como lidiar con su dolor en su parte baja.

Aproveche que Keisuke estaba sentado en la cama, con algo de timidez me subí encima de él y le mostré mi cuello, para que así pudiera olerme mejor.

El lobo sin desaprovechar el momento hundió su rostro en mi cuello, dejó salir su olor llenando mi cuarto de su esencia ¿Acaso estaba proclamando mi habitación como su territorio?.

Metió sus manos dentro de mi blusa, acariciaba gentilmente mi espalda, dónde sea que el lobo tocará mi cuerpo se estremecia.

Estás sensaciones tanto para él como para mí eran nuevas, se sentía bien.

Algo grande y grueso se había levantado haciéndo presión con mí intimidad.

-_________, me gustas mucho, realmente me gustas- susurró, su aliento caliente chocó con mi sensible cuello, podía notar que no había nada de mentiras en sus palabras, realmente le gustaba a Keisuke -Quiero aparearme contigo-

Definitivamente esto se había salido de control, pero por alguna razón no me desagradaba la idea.

Próximamente

No se publicará capítulos hasta que terminé marcas del Tigre, ya falta poco, paciencia.

⌦1#

⌇🍂'→ Historia conectada con "Marcas del Tigre |Kazutora Hanemiya", ambas historias están en el mismo mundo.

⌦2#

⌇🍂'→ Escenas sexuales explícitas +18
Leer con responsabilidad

⌦3#
⌇🍂'→ Lenguaje informal y vulgar

Advertencia:

Comentarios mal intencionados serán borrados por respeto a los lectores y el mío.

~Maddenys

𝑴𝒂𝒓𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒆𝒍 𝑳𝒐𝒃𝒐 | 𝑲𝒆𝒊𝒔𝒖𝒌𝒆 𝑩𝒂𝒋𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora