𝕄𝖆𝖉𝖗𝖊 𝕊𝖔𝖑𝖙𝖊𝖗𝖆 | • | 𝕊𝖊𝖍𝖚𝖓 & 𝕊𝖔𝖔𝖒𝖎𝖓

🥀✿ CAP. I✿🥀

★━━─  La Carta  ─━━★

Lo siento, pero no puedo soportar tanta responsabilidad...
Entiende que aún soy muy joven para esto...
Dejé todos mis sueños atrás para estar contigo y creí que los recuperaría, pero esto cambia por completo mis planes...
No pienses que te estoy abandonando...
Sólo salí en busca de mis sueño ...
Fuí a buscarme a mí mismo, porque creeme que en ese lugar ya no me sentía como yo en lo absoluto...
Siempre ten presente que los amo a ambos...
Si algún día, él te pregunta por mí...
No olvides decirle que su padre lo quiere mucho y que no lo abandonó jamás...
-por qué me pides que le mienta? Su padre lo abandonó... Nos abandonó a los dos porque no quería tomar la responsabilidad de una familia... Se fué... Él se fué...
Kim Soomin estaba hecha un mar de lágrimas... su novio la había dejado sola con un niño de sinco meses al que criar. Con tan solo diecinueve años de edad, la joven chica debía aprender como ser madre y para hacerlo más dificil, soltera.
- maldito seas!!- gritó enojada la pelinegra ahogando su grito con la carta que sostenía en su mano.
El papel que tenía ahora ella en su mano, era lo único que había quedado de él, ya que se fué con todas sus pertenencias dejando solo un testigo de su estancia en el departamento: " La Carta"

...

bha bha bha...

El pequeño Mungyul intentaba balbucear, Soomin, como toda una madre orgullosa grababa a su pequeño realizando aquella azaña...

Han pasado cuatro meses desde la partida de aquel hombre, la joven Soomin aún se estaba recuperando de aquella trajedia. Pero no tenía queja alguna, había conseguido un trabajo con el cual poder mantenerse a ella y a su bebe. Después de aquel día, la jóven tomó la decición de mudarse a otro lugar alejado de todo lo que le recordara a él, así que se fué junto a su abuela. El dolor de su abandono aún está presente en el corazó de ella, pero debe tener amor propio, por lo que se planteó no darle segunda oportunidad a aquella persona que la dejó justo cuando más necesitaba de su apoyo.

- vaya, pero qué tenemos aquí?- la voz de la anciana que entraba en la habitación llamó la atención de la jóven.

- oh! abuela, no sabía que habías llegado- Soomin le dedicó una sonrisa al verla.

- si, Moon me trajo de regreso- la jóven se apresuró a ayudar a su abuela cuando la vió con intenciones de sentarse. La anciana al ver el comportamiento de la chica soltó una risita.

- está bien, aún no estoy tan vieja- ciertamente no lo era, ya que la señora gozaba de buena salud a sus sesenta y un años.

- pero aún así debes tener cuidado- comentó la pelinegra retomando su lugar.

Un silencio para nada incómodo se formó entre ellas, ambas escuchaban atentamente como el bebe gorgogeaba.

- y dime Kim- la nombrada dirigió la mirada hacia su abuela- ya te has planteado lo que vas a hacer?- la pregunta de la mayor dejó desconcertada a la chica.

- a qué te refieres abuela?- cuestionó la jóven, tomando en brazos a su bebe para balancearlo con el fin de dormirlo.

- Soomin, sabes bien qué quiero decir- la anciana le dedicó una mirada penetrante a la chica y esta supo en seguida lo que la señora estaba pensando.

- abuela, ya hemos hablado de esto- la mayor soltó un suspiro pesado al escuchar la respuesta de la menor- creí que la última vez lo habías entendido abu- la anciana negó con la cabeza.

- Soomin, querida. Entiendo que quieras dedicarte completamente a tu hijo, pero también debes crecer en tu profeción, hija- la jóven escuchaba atentamente las palabras de su abuela- sabes que quiero lo mejor para tí y estoy más que segura de que esto que te digo te servirá para un futuro- dicho esto, la señora Kim se levantó del sillón en el que estaba sentada y caminó hasta la puerta de la habitación- por favor, piensa claramente las cosas- le pidió la anciana para luego dejarla sola en el lugar.

Soomin dirigió su mirada hacia el bebe, el cual se encontraba ya dormido tranquilamente en los brazos de su madre. Acariciaba su mejilla mientras pensaba en las palabras que le había mencionado su preciada abuela. Ella tenía razón, está bien que Soomin quiera dedicarse a criar a su hijo, pero también debe preocuparce por el futuro...

Luego de colocar al niño en su cuna, Soomin dirigió sus pasos hacia la pequeña mesa de noche que se encontraba a un lado de su cama, abrió una de las gabetas y de esta sacó aquél papel en el que el hombre que alguna vez amó, se despidió cruelmente de ella. La jóven soltó un suspiro pesado recordando el día en el que descubrió que su novio la había abandonado. Cualquier otra mujer se hubiera debastado en ese momento, hubieran pensado en dar en adopción al pequeño u otra cosa, pero ella no pensó así. Soomin reunió el coraje que nunca en su vida había tenido y antes que cualquier cosa, pensó en el bienestar y la seguridad de su hijo. Ahora, justo como en aquel momento debía pensar así, tiene que tener en cuenta el futuro de su hijo. Por ahora le va bien, pero luego el pequeño bebe crecerá y necesitará muchas cosas, por lo que el dinero que gano en la pequeña tienda alternativa de mi abuela no me dará abasto.

Tal vez más adelante me encamine a trabajar en algo correspondiente a la especialidad de la que me gradué en la preparatoria. Pero por ahora solo me dedicaré a cuidar de mi pequeño bebe de nueve meses, cuando él comienze a necesitar menos cuidado del que tiene ahora, me replantearé la idea de buscar trabajo como administradora de empresas.

Aún mantenía el sobre en las mismas condiciones en la que lo había dejado aquél día, cuando su novio la abandonó a ella y a su hijo. Ni tan siquiera Soomin sabía por qué tenía ese papel junto a ella, sólo esperaba el día en el que se pueda desaser de él como lo hizo el hombre al que alguna vez amó. Dejando a cambio una carta en la que expresaba todo aquello que no le dijo a la cara, una con la que se pueda desahogar y sentirse bien consigo misma. Solo un sobre, una hoja y tinta bastaron para hacer sufrir terriblemente a la joven Soomin. Solo un sobre, una hoja y palabras bastó para crear La Carta.

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