El mar y el libro

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Mientras veíamos el horizonte lejano desde la parte de atrás del barco, empezamos a sentir frío, las olas empezaron a moverse bravíamente, de improvisto, escuchamos un estruendo, la parte delantera del barco estaba siendo azotada por las olas que se alzaban más que antes, todos los tripulantes fuimos lo más arriba que se nos permitía llegar, pero fue demasiado tarde, una ola más grande nos cubrió a todos.

Al despertar me doy cuenta que estamos varados en una isla, por lo vista desierta, con unas cuantas palmeras al azar; internados en el mar sin escape alguno, uno por uno fue despertando, confundidos, luego deprimidos.

Quisiera ir a un jardín de lirios blancos y soñar viviendo un nuevo amanecer con los compañeros que estamos. Lamentablemente 30 años han pasado, nuestras esperanzas de los que quedamos son muy pocas. Con todos estos años los únicos recuerdos de sabores en nuestras mentes son el pescado y la salada agua que con suerte podemos colar levemente su sal, aún seguimos cuerdos por los libros que leemos, unos tipos dibujitos en cuadrados, como unos... "comics", de los cuales tenemos los números 1,13 y 14; ¿por qué nos tocó esto? Solo queríamos ver a nuestras personas queridas, solo queríamos ser los alegres jóvenes del ayer...

Uno de los varones dejó caer uno de los tres libros que teníamos al mar y fui a recogerlo, de pronto, se escuchan gritos de auxilio por parte de algunos compañeros, lo que veo me aterra y me trae recuerdos, las frías olas empezaron a moverse bravíamente a nuestra dirección, solamente puedo cerrar los ojos y esperar mi rotundo sumergimiento a la profundidad marina.

Ya no se escuchaba nada hasta que luego unas risas me dejan desconcertada, abro mis ojos y veo que estoy muy pequeña, con todos los compañeros que desaparecieron junto a mí; las lágrimas no se hicieron esperar en la cara de todos nosotros, los dulces niños que alguna vez fuimos, nos abrazamos y nos pusimos a comentar confundidos de lo que pasaba, ¿una nueva oportunidad de vivir? Simplemente no lo sabemos.

De pronto, por el rabillo de mi ojo un niño dibujaba arduamente en un papel lo que parecía el hundimiento de un barco... En ese momento me acerqué con cautela y lo que vi me sorprendió, estaba dibujando lo que nos pasó a todo, regresé corriendo con mis compañeros y les conté lo que pasaba, todos estuvimos de acuerdo en perseguir al creador de tal contenido. El pequeño "anónimo" dejó las hojas en un banco, donde una persona de aspecto mayor y demacrado las agarró y se las llevó hasta un edificio de imprenta. Con un cochecito que nos encontramos en medio de la calle (algo tan coincidente... Que locura aquella) entramos y tomamos "prestadas" las hojas encima de la mesa del señor, lo que no contábamos era que él ya nos había visto; con una fuerza inmensa para nosotros fuimos empujados a un cuarto; por suerte (otra coincidencia extraña) una camarada nos ayudó a escapar con sus artilugios tecnológicos.

Un tiempo después, convencimos al "anónimo" de unirse a nosotros y escapar, creando así un plan que consistía en que él distrajera al señor y nosotros tomásemos las hojas para luego reunirnos fuera de ese local e irnos rápidamente; lo que nos salió perfectamente a excepción del último paso, donde el demacrado hombre había puesto un tipo de barriles en todos los caminos para "interrumpirnos el paso", cosa que no funcionó gracias al cochecito.

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Sueño terminado

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Realidad terminada

Realidad o sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora