M͓̽I͓̽L͓̽ A͓̽M͓̽O͓̽R͓̽E͓̽S͓̽

Dinero por favores.

Llegó temprano como siempre al tener que venir en camión sin importar que fueran tutorias tendría que asistir a clases desde temprano cosa que odiaba.

Era buen estudiante pero le aburría el esperar casi una hora en el salón junto a su maestro y tutor de clase.
Se sento en la primer silla frente al maestro y  se quedó en silencio.

– Veo que solo es usted el que viene temprano – dijo su maestro un hombre mayor de cincuenta años.

–Si, vengo en camión por eso procuro estar temprano siempre – dijo tratando de ser amable.

El hombre solo lo miro para volver a su teléfono pero cada sierto tiempo lo volvía a observar.

– Me han dicho que tratas de ser un emprendedor y vendes cajitas de leche, es eso verdad? -.

– Si maestro pero tampoco es que sea la gran cosa además las ganancias tampoco son muchas –.

– Por que no intentas con otras cosas– le sugirió el mayor pidiéndole con señas que se acerque.

- Como que cosas? -. Pregunto curioso por la respuesta.

El adulto lo miro deseoso y vulgarmente – Yo te pagaría por favores... ya sabes que me quites el estrés con esa boquita de muñeca que tienes o que te haga un chequeo debajo de tus pantalones – sugirió su maestro agitando un par de billetes por su cara.

Pero que mirdas acaba de decir ese estúpido viejo, lo vio con cara de necesitado... Claro que estaba algo corto de dinero para todos sus gastos pero en su vida se humillaria haciendo ese tipo de cosas y menos para su maestro. Pero si necesitaba el dinero no tenía mercancía y tampoco de dónde comprar. Miro de reojo los billetes, el salón y la sonrisa lujuriosa del mayor.

-Quieres tener sexo conmigo... ?- Dijo el mayor mirando al alumno que solo le decía que si mientras el mayor se levanta para ponerle seguro a la puerta,no querían  ser  interrumpidos, aún que si fuera por el una vez que empezará no se detendría hasta terminarlo este se acercó y sujetando sus manos mientras ambos se miraban - Trataré de ser cuidadoso- masajea su mejillas sosteniendo su mentón mientras besaba a ese puesto joven-.

Gemidos y jadeos eran los únicos sonidos que se escuchaban en aquel salón, junto con el sonido de sus caderas impactar en el redondo y firme culo de aquel   muchacho que ahora se encontraba boca abajo gimiendo su nombré, tomando fuertemente el escritorio entre sus manos descargando ahí todo su placer; mientras su polla entraba y salía del culo del Castaño con un ritmo duro y constante.

- Estás tan jodidamente apretado Morales. - Gruño el mayor pasando su áspera lengua por la sensible nuca del Joven enviando una corriente eléctrica , no podía articular palabra alguna, debido a las fuertes estocadas que su maestro le otorgaba, de su boca solo podían salir gemidos entrecortados y balbuceos sin sentido.

Sus estocadas tomaron un ritmo diferente volviéndose aún más rápido y rudo tomando fuertemente las caderas del menor, prometiendo dejar marcas ahí.

-¡Hngh! ¡M-aestro! - gimió alto el joven y un jadeo de sorpresa salió de esta, el mayor le había dado una fuerte bofetada a su trasero.

- Ya te he dicho que tú culo es perfecto para marcarlo. - dijo el adulto mientras aumentaba el ritmo de sus penetraciones a un ritmo totalmente descontrolado y aunque no quisiera aceptarlo el golpear al menor durante el sexo lo calentaba en sobremanera.

— ¡AH! ¡me corro! - escucho gritar a su alumno mientras sentía como su pene era apretado deliciosamente y tiras de esperma salían de la hombría del  muchacho.

- ¡Joder! - sintió un tirón en su bajo vientre y entonces se corrio dentro del castaño tirando su cabeza para atrás por el placer.

Salió del menor viendo pequeñas gotas blancas resbalar por las piernas del estudiante, mientras retomaba la compostura frente a el su joven pupilo seguía semidesnudo con pequeños temblores y la reparación agitada. No podía ver su rostro pero sabía que este estaba rojo de la vergüenza.

Espero unos minutos y lo dejo descansar para está vez recibirlo entre sus brazos tomando más libertad de toquetear y besar su cuerpo, brindando algunos besos llenos de lujuria.  Lo ayudo a limpiarse y  vestirse cuando por fin estaban listos y no quedaba rastro de lo sucedido procedió a sacar de su cartera tres billetes de 500 pesos y dejárselos  en la mesa, tomo sus cosas y antes de irse lo agarro por la cintura y lo beso por última vez.

– Esto se repetirá y el pago será mayor nos veremos en clase de Física -.

El joven acomodo su corbata y miro a la mesa tomo los billetes y resoplo solo importaba el dinero solo es por eso, agarro su mochila y camino a su siguiente clase.