- No me estás escuchando - le reprochaste a tu novio, quién había sacado su celular por novena vez en aquella cita. - Si lo estoy haciendo - volvió a excusarce guardando su celular.
Guardaste silencio, recibiendo una media sonrisa por su parte mientras jalaba de tu mano para hacercarte a él. - Vamos, ¿y luego qué pasó?
Dejo un beso suave y corto en tus labios y supiste que ya habías ganado, pues pronto continuaste la historia.
- Hizo todo un desastre - continuaste recordando lo que había pasado aquella mañana .- Nadie podía atraparlo, y era tan grande que tiraba todo a su paso. A mí padre parecía que...
La sonrisa en tu rostro se borró al escuchar una llamada entrante y ver cómo ni siquiera dudó en tomar, una vez más, su celular.
-¿No se supone qué hoy sería nuestro día? - No empecemos de nuevo. - Es solo que últimamente no hemos tenido tiempo para nosotros. Y ahora estás aquí, pero no siento que...
- Quieres que siga pagando todas estas citas, ¿no? - te interrumpió. - Entonces puedes esperar. Tu historia seguirá siendo la misma en unos minutos - respondío utilizando aquel tono que no daba espacio a objeciones.
Y de nuevo. Se alejo a responder la llamada dejándote sola a mitad de la plaza.
