🌹Capitulo 4🌹

1.8K 169 10
                                    

Lily Salvatore

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lily Salvatore.

Luego de una noche agitada, trate de dormir, pero me fue imposible. En lo único que pensaba era en Lexi, no podía asimilar su muerte, no quería aceptarlo, sentía que había más información sobre ella y mis hermanos no querían decirme.

Estaba en la cocina, preparando el desayuno, mientras Damon se duchaba y Stefan, bueno, el estaba en la casa de Elena, con Emma, eso me tranquilizaba un poco, no quería que ella estuviera encerrada, pensando en la muerte de Lexi, no quería que reviviera viejos recuerdos. Momentos después de servir todo en la mesa, mi hermano entra a la cocina con su típico semblante serio.

—¿Cómo estás?—Cuestione refiriéndome a la muerte de Rose—

—Bien.—Levanto los hombres con desinterés. Eso solía hacer cuando algo de verdad le dolía.—Fue trágica su muerte, pero que se puede hacer.—

—Hubieran sido una gran pareja.—Damon levantó su rostro, mirandome con su sonrisa de lado.—De verdad lo siento.—

—Esta bien, hermana mayor.—Se acerca para abrazarme de lado.—No había nada que hacer.—

Asentí con la cabeza sonriendo a medias, quise preguntar sobre la muerte de lexi, intentar sacarle más información, pero sabía que mi hermano no estaba bien y preferí no preguntar nada hasta que pasará su "luto".

En silencio, comenzamos a desayunar, cómo cuando éramos niños, desayunábamos en silencio, dándonos miradas divertidas, a decir verdad, creo que desayunar en silencio es un trauma que ambos tenemos de nuestra niñez. Nuestro padre nos obligaba a desayunar, almorzar o cenar en silencio, sin posibilidad de decir una palabra, y si alguno de los tres se atrevía a decir algo, nos daba un buen golpe, entonces para hacer menos aburrido nuestros encuentros en la mesa, con Damon nos mirábamos tratando de no reír y eso hacia menos aburrido estar en silencio.

Al terminar de desayunar, dejamos todo en el lava platos para poder ir a la sala de estar y recostarnos sobre el sillón. Estuvimos recordando momentos de nuestra infancia, cómo cuando ambos jugábamos en el bosque y Damon se perdía y yo entre risas lo buscaba sabiendo que siempre se perdía en el mismo lugar. Estuvimos así hasta que Stefan junto a Emma entraron a la casa.

—Hola mamá.—Saludo algo desanimada.—

La recibí con media sonrisa, abrazándola fuertemente.

—¿Te trato bien mi hermano menor?—Pregunte divertida. Haciendo reír a ambos.—

—Si.—Asintio suspirando.—El y Elena se encargaron de alegrarme la noche.—

Fantástica obsesión [Klaus Mikaelson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora