Hola, Alice.

Alice...

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Alice

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Hoy como todos los días estoy esperando a Connor en los bancos del patio por irnos a casa, pero no llega. No quiero irme porque la última vez que no lo espere se molestó mucho conmigo...

De un momento a otro, veo a un chico alto que se acerca y me levanto rápidamente pensando que es Connor. Pero en vez de ver a Connor, veo a un lindo chico con unos hermosos ojos azules acercarse hacía mi.

Me quedo totalmente paralizada al ver a Cameron en frente mío.

 –Emm, hola– saludó dudando un poco.

–H-hola– le devolví el saludo sonando lo más estúpida posible.

–¿Eres Alice, verdad?

–S-si, ¿Se te ofrece algo?– pregunté nerviosa, se me hacía raro que él me estuviese hablando y seguía sin creerme que estaba pasando.

– Este... ¿Sabes? No soy bueno en literatura, además, a las chicas que les pedí ayuda me están acosando mucho y no le caigo muy bien a muchos de los chicos –al parecer ser lindo no lo es todo–. ¿Crees que puedas hacer el trabajo de literatura conmigo?

–Eh...¿Por qué yo?

–Eres la única que nunca me ha acosado, por así decirlo –su tes blanca le juega mucho en contra y lo hace verse más rojo de lo que normalmente se pone una persona al sonrojarse, pero se veía lindo.

Oh, En qué estoy pensando.

–Eh, espera, ¿yo? 

–Si, ¿Quien más?

–Bueno, no. Bueno, si. Bueno no se –creo que cabe mi propia tumba.

–¿No sabes?

–eeeh, bueno. Este...¿si?

–Bueno, ¿nos vemos más tarde?–dijo dudando mucho– ¿En tu casa o en la mía?

–eh, no sé, nunca he hecho un trabajo con nadie que no sea Conno...

–¿Conno...?

–Mi mejor amigo.

–Ah, ok –lo pude notar confundido pero decidió no prestar atención–. ¿En tu casa a las 5?

–Esta bien – dije, caminado hacia otro lado apunto de irme.

–¿Alice? La dirección–me saco de mis pensamientos,  le di un papel con mi dirección y nos despedimos.

Al despedirme de Cameron, veo a Connor dirigirse hacía mi, sin tiempo a reaccionar puedo sentir la fuerte bofetada y de inmediato caigo al suelo por el impacto.

– ¿Qué estabas hablando con el, Torres? ¿Acaso lo invitaste a tu casa? –siempre me llama por mi apellido, dice que mi nombre es demasiado angelical para mí.

– Connor, cálmate por favor, solo me estaba diciendo que no se fijaría en mi jamás, eso es todo –se que nada de lo que dije tiene sentido, pero al menos le doy el gusto de tener la razón y así podían tratar de levantarme sin salir herida pero fue en vano.

– Torres, ya te lo había dicho desde hace dias, pero tú nunca escuchas mis palabras. Eres muy fácil. Además, a nadie le gustan las chicas como tú.

A mí siempre me han dolido las palabras y los golpes de Cameron, pero nunca antes había llorado enfrente de el– creía que el lindo chico se fijaría en ti? Ja, no me hagas re...
–Cameron, ¿Qué quieres de mi? –lo corte de golpe mientras le preguntaba–. Si no te gusto, si no te importo, si no te intereso, ¿Por qué me haces todo esto? ¿Por qué me tratas así? ¿Que quieres que haga? Tu sabes que siempre fui tu amiga y siempre te dije que si en todo. Tu sabes que yo era capaz de dar la vida por ti. Pero yo ahora te desconozco, no sé quién eres, no sé dónde quedó ese chico que en algún momento a mí me gustó. Porque no te lo dije nunca, pero antes de la muerte de Sarah tu me gustabas, yo te quería, yo quería ser ella, llegar a ser igual de perfecta que ella, aún puedo serlo si así deseas.

–¡CÁLLATE, ALICE! –gritó tan fuerte que todos empezaron a llegar y ponerse alrededor de nosotros–. No te atrevas a volver a nombrar a Sarah, tu sabes que te prohíbo hablar de ella.

–Ya no importa, Connor. Ya me cansé. Me cansé de fingir estar bien cuando no es así. Me cansé de mentirle a Matthew. De mentirle a mis padres. Ya me cansé de ser tu juguete.

– ¿Cómo dices?

–¡ME CANSE DE TI CONNOR!

Sentí uno. Dos. Tres. Cuatro golpes, seguidos de una oscuridad total y muchos gritos.

–¡ALICE!– se escuchó a lo lejos...