Príncipe De Los Dioses

El comienzo

En una habitación oscura una mujer miraba impaciente una puerta al fondo de la sala. Un sonido proveniente del otro lado la alertó y se ocultó tras la entrada junto con un bebé. Entraron tres personas a la habitación y se alertaron al no ver a nadie ahí.

-- Maldita sea, se nos a escapado -- gruñó uno de ellos.
-- Hay que alertar a todos -- dijo otro
En cuanto terminó la oración escucharon un ruido atrás de sí, volteando rápidamente para ver cómo se cerraba la puerta.

•~•~•

La mujer corría entre los pasillos hasta que encontró lo que buscaba: una salida

Al cruzarla, se encontró cerca de un río en algún lugar desconocido para ella.

Entonces vio que los dioses, o al menos uno en particular, la había escuchado.

Frente a ella estaba la entrada al lugar del cual su pareja le hablo. Era igual a como la describió, y era simplemente magnífica.
Simplemente desde la entrada hasta el gran río que subía y bajaba la colina, era en un lugar tan hermoso

Escuchó unos horribles rugidos y graznidos, gritos y tantos sonidos que le hacen recordar los peores momentos de su vida, y entonces entendió algo.
Ella ya no tenía salvación, pero su hijo tal vez si la tenía, empezó a correr colina arriba lo más rápido que pudo y mientras más se acercaba, más feroces eran los gruñidos y gritos que la perseguían.

Cuando estaba casi en la entrada a el campamento cuando un perro del infierno la alcanzó y empezó a atacarla, así que sacó un bolígrafo y lo destapó, enterrándolo como pudo en la criatura.
Miró lo cerca que estaba de llegar al campamento, admirando lo hermoso que era desde la entrada hasta el gran río que subía y bajaba la colina. Su última esperanza estaba a solo unos pasos, pero ella ya no podía alcanzarlo. Con las pocas fuerzas que le quedaban empujó a su bebé a el río, que lo llevaría a salvo dentro de la propiedad

En cuanto el río llevo a el bebé atravesó la limitante del campamento, una ola de luz mágica se expandió por los límites de la colina, arrastrando a los monstruos y el cuerpo se una mujer sin vida hacia el inframundo.

•~•~•

Quirón esperaba que esta fuese una noche normal, como todas las demás noches.
No esperaba que grandes luces iluminación al campamento a plena madrugada, pero pensó que seguro era una broma de la cabaña de Hermes, dado que este sería el último día de campamento. Seguro uno de los niños, o varios, habían decidido hacer una gran retirada.
Bueno, eso es lo que había pensado, en ningún momento se le cruzó por la mente que al acercarse al grupo de semidioses reunidos alrededor de la frontera los encontraría arrullando a un bebé.

-- Quirón, ven a ver esto -- dijo divertido Eric, un niño de la cabaña de Hermes

Alana, una niña de la cabaña de Afrodita se acercó y empezó a arrullar al bebé

-- Cuidado -- advirtió uno de sus hermanos, Emer

Una náyade salió del río y tomó a la pequeña criatura. No dijo absolutamente nada, pero miró a Quirón con una fuerza que le advirtió todo lo que necesitaba.

Era un semidiós, uno con una energía inconfundible.

-- Jefes de cabaña, llévenlos adentro.  Duerman, mañana es el último día de campamento. Los que estaban de guardia, acompáñenme.

•~•~•

Poseidon se sentía intranquilo mientras entraba a la Casa Grande en el Campamento Mestizo.

- Quirón,  ¿solicitaste verme? -- Preguntó el dios a el centauro.

-Encontramos algo muy interesante, y al mismo tiempo inquietante, está madrugada. Creo que tal vez sea tuyo, pero por si acaso quisiera preguntar si has perdido algo.