Cabello

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Se mira al espejo forzando un desinterés en lo que tiene frente a él con la finalidad de intentar no verse afectado. Es una lucha constante que a pesar de no expresarlo abiertamente lo hace sentir menos.

Es que ganarle a la calvicie hereditaria es imposible.

¿Qué esperaba? Si su padre a partir de los treinta y dos años también padeció los mismos síntomas que él trató de controlar hasta los cuarenta y tres años. Ahora no hay forma de decir que era adoptado.

Inició con el tratamiento desde los veinticuatro años, cuando notó que estaba perdiendo el cabello, atribuyendo desde el principio al estrés laboral. Primero se aplicaba un talco que cubría perfectamente su cabellera y aparentaba volumen. Más adelante su dermatóloga le recetó un tratamiento con productos a base de Minoxidil, los cuales usaba religiosamente en su rutina de cuidado capilar de la misma manera que Tweek aplica sus productos de skin care cuando le advirtieron que su uso debe ser de por vida.

Si bien pudo desacelerar el proceso, fue inevitable que de la noche a la mañana apareciera una gran cantidad de cabello en su almohada, camisas, en la cocina, sofá o incluso en las ropas que compartía con su esposo. No podrá ganarle a una batalla que ya estaba escrita para él incluso antes de ser concebido.

Le daba vergüenza verse al espejo y encontrar huecos en su cabellera, sus entradas cada vez más amplias y encima con principios de canas por los lados. ¿Cómo era posible que el chico más guapo del salón terminase siendo el calvo del aula? Su autoestima bajó considerablemente por más que desee ignorarlo. Lo consideraba su arma poderosa, lo que le hacía ver atractivo ante los demás. Estuvo pensando en un transplante capilar más en aquel entonces solo juntaban dinero para pagar la hipoteca de la casa y otros gatos. ¿Podrá a esa edad comenzar a replantearse la idea?

Escucha tres toques a la puerta.

—¿Craig? ¿Estás ahí?

Es Tweek. Vio la hora en su celular y se sorprendió de haber pasado veinte minutos disociando sobre su complejo con la alopecia sin siquiera haberse aplicado las gotas; era el turno de su esposo para iniciar la mañana con el cuidado de su piel.

—Ya salgo, amor.

—No, abre la puerta.

Estiró su mano derecha y quitó el seguro del pestillo para que su rubio esposo pudiera ingresar. Tweek cargaba en su brazo una suave toalla.

—¿Por qué no me despertaste?— le dijo pasando a su costado para sacar sus productos de higiene.

Craig solo se detenía a ver los cabellos suaves y rebeldes de su amado. Estaba tan voluminoso que basta con aplicarse un poco de mousse en las manos para ordenarlos. Parecía una maraña de heno.

No pensó en su acción pero tomó con suavidad esos cabellos claros y enrollaba mechón tras mechón entre sus dedos. Admira que todo ese conjunto de hebras rubias sean tan fuertes y dóciles al mismo tiempo.

—Craig.

—Tan bonito— susurró—. Eres tan hermoso cuando duermes que creo cometer un delito al sacarte de tu profundo pernoctar.

Tweek se acomoda hasta quedar frente a su alto esposo, quien seguía embelesado en jugar con cada fibra capilar despeinada y este solo colocó sus brazos con la intención de abrazar el cuello de Craig. Estuvo unos segundos tratando de analizar las caricias de su pareja y ver como cambiar esa mirada afligida.

—Craig, ¿puedes agacharte un poco?

Muy obediente, agacha su cabeza hasta que sus frentes se juntan, dejando que Tweek haga con sus labios lo que desee. Siente la calidez de sus labios en ese calmado ósculo matutino, envolviendo ahora la cintura del más bajo para sentir mejor su calor.

Aunque un movimiento lo sorprendió.

Tweek dejó sus labios y los puso en su frente, manteniéndolos quietos por cinco segundos, al instante deslizó sus manos hacia la cabeza de Craig para acariciarla con tiernos masajes relajantes. Se dejó llevar apoyándose en el hombro de su esposo.

Tweek hizo un movimiento sorpresa para aclimatar mejor el momento: depositó más besos en esos espacios donde ya no quedaba nada de esa frondosa cabellera negra que tanto conocía. Craig ya no podía más, cada beso le transmitía devoción absoluta hacia su persona, confianza y mucho amor. Unas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, pero se contuvo al no sentir esa presión quedando solo con la mirada humedecida..

—Te amo, Craig— dijo mirándolo a los ojos fijamente—. Amo todo de ti, cada cana que va saliendo en tu cabello, esos signos de expresión que se van juntando en tus ojos, lo caliente que es tu cuerpo al dormir, esos leves dolores que sientes en la espalda…

—Oh— no le gustó mucho escuchar lo último—. Realmente se me ha ido la juventud y lo que me hacía sentir bien conmigo mismo. ¡Pude sobrevivir al acné pero no a la calvicie!

—No me gusta verte apenado por tu cabello. Eres mucho más que eso, tigre.

Un leve tic aparecía en el cuerpo de Tweek, cosa que hizo que Craig devolviera el beso con mucha más intensidad.

—Y pensar que todos apostaban que quien quedaría calvo serías tú.

—¿Quién lo diría? Por eso no se debe escupir al cielo.

Ahora Craig es quien busca incrementar el calor corporal de su pareja con toques más posesivos en la cintura y espalda. Por el lado de Tweek, solo corresponde abrazándolo, acariciando toda la espalda del pelinegro simulando que rasga la tela de su pijama.

—Amor— sonríe lascivamente al despegarse de ese apasionado beso.

—Dime, honey.

—¿Sabes por qué me dicen Minoxidil?

Oh, Craig ya sabe por dónde va ese chiste. Lo conoce a la perfección.

—No, pero me encantaría saberlo.

Tweek se acerca peligrosamente al oído del contrario, se para de puntas y susurra.

—Porque yo también puedo estimular y ayudar a crecer…— sintió algo suyo reaccionar a esa voz, una mano traviesa se estaba deslizando por su vientre — ¿Quieres descubrirlo?

Ya estaba cayendo redondo en ese tentador plan. Se estaba poniendo muy duro.

—Joder, por supuesto.

No soportó un segundo más y cargó a su lindo marido sosteniéndole las nalgas, caminaron entre besos hasta llegar a la habitación a encerrarse y disfrutar de un merecido mañanero.

La rutina capilar y el skin care pueden esperar.

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Notas: el minoxidil es un componente medicado que ayuda a prevenir y minimizar la pérdida de cabello. Su uso debe ser continuo (prácticamente de por vida) ya que al dejarlo no habrá resultados y puede volver a acelerarse el proceso de pérdida capilar.

Yo creo que si bien Craig por fuera podrá verse todo ok con ser pelón, puede que en cuatro paredes le cause cierta inseguridad, así que quise trabajar un poco en eso. Además que es mi HC de Crayolas pelón y usando minoxidil.

Home, sweet honey [Creek] | South Park Donde viven las historias. Descúbrelo ahora